Selfless Love [Reeditada y resubida] ~Terminada~

Vigesimoprimera parte, Glass

"Please don't deceive me, I'm just so easily fooled

But there's some things they do not want the answers to"

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Desperté con la luz del sol quemando mi rostro, el estómago revuelto y la cabeza a punto de estallar por la jaqueca que tenía, intenté no moverme por un largo rato no tenía ánimos ni fuerza para hacerlo.

Intentaba recordar qué demonios había pasado la noche anterior y porqué había amanecido sola y borracha. Busqué mi teléfono desesperada y lo encontré aventado en el bolsillo de la chaqueta que había usado la noche anterior, apagado.

-Genial, Dian del pasado, seguro tu decisión me metió en algún lío- me dije mientras lo encendía.

El teléfono comenzó a sonar incesante, recibiendo los mensajes y llamadas de la noche anterior, en su mayoría de Julian y unos cuantos de Nikolai.

Messages new (86):

Jules: ¿DÓNDE MIERDA ESTÁS? RESPONDE EL MALDITO TELÉFONO. (83 more)

Nikolai: Dian ¿dónde estás? ¿te encuentras mejor? (3 more)

Suspiré, no estaba de ánimo para la pelea que sabía que se avecinaba por mi pequeña escapada nocturna.

Me acomodé en la cama y comencé a escribirle a Casablancas, en un intento de aminorar la ira que sabía que él debía sentir en ese momento.

Jules.

Last seen 3:00 am

¿DÓNDE MIERDA ESTÁS? RESPONDE EL MALDITO TELÉFONO

10:00 am today

Hola...

Lamento el inconveniente, anoche necesitaba silencio y espacio.

Estoy bien ¿a qué hora vendrás?

Me tumbé en la cama, lamentando mis decisiones y reprochándome el haber bebido de la manera en que lo hice.

Un leve toquido en la puerta me sacó de mi transe.

- ¿Has amanecido ya? - dijo la voz de Fabrizio.

En un instante recordé todo lo sucedido, su cercanía, sus besos...

-Mierda, mierda, mierda, no fue un sueño- dije bajito al tiempo que me levantaba de la cama acomodando mi ropa en el camino.

-Hola, Fab...lamento lo que sea que dije anoche, ni siquiera me acuerdo de mis pecados en este momento- reí

Fab me miró curioso y rio

-Te traje esto, creí que lo necesitarías, eres una ebria muy rara- dijo mientras reía y me entregaba un par de pastillas y un vaso de agua.

Las tomé sin esperar más, me sentía morir con aquel dolor de cabeza.

-Lo lamento...no sé que me sucedió anoche- admití.

-Hablando de...-

Fuimos interrumpidos por el timbre de mi teléfono, corrí a contestar, se trataba de Casablancas.

-Es Jules, debo atender- dije al tiempo que tomaba el teléfono en mis manos

-Claro que sí...- replicó en tono fastidiado saliendo de la habitación.