Segunda parte, When it started.

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 -Marzo 2019-

Un día más comenzaba, monótono, igual al día anterior y aunque para muchos eso podría ser un infierno, para mí era una bendición, una manera infalible de controlar mi trastorno de ansiedad con el que llevaba conviviendo toda mi vida y el cuál me daba tregua al tener una rutina como la que trataba de seguir desde que toqué fondo.

La luz tenue del sol se filtraba por las ventanas y el aire fresco de una mañana primaveral me despertó antes que mi despertador tuviera la oportunidad, como todos los días me quedé en cama respirando profundo, comprendiendo mi realidad y buscando los sentidos que aún estaban dormidos en mí.

Tomé mi teléfono cuando la alarma comenzó a sonar, 8:00 am en punto, comencé a mirar las notificaciones de mi calendario sin mucho cuidado y luego los mensajes que había dejado sin contestar desde el día anterior – y algunos de varios días atrás- agradecimientos, recordatorios, peticiones especiales para los siguientes huéspedes, nada nuevo, ni emocionante, justo como a mí me gustaba.

Me levanté tranquila y comencé con mi rutina de aseo, arreglar mi habitación, un baño y a trabajar; La casa se sentía muy sola siempre después de que alguno de los huéspedes se fuera, no había voces extrañas, ni ruido alguno que perturbara mi paz, y lo agradecía. Aún me preguntaba algunos días cómo es que yo había terminado en esta situación, tan extraña, tan compleja, tan vacía y al mismo tiempo tan satisfactoria, recordaba claramente los primeros días, los primeros clientes y esa sensación extraña de soledad y vacío que quedaba cuando todos se iban.

Algunos días me sentía sorprendida por cómo había logrado crear esto, cómo este espacio -tan mío- había logrado transformarse y acoger a tantas personas, y siempre tenía esa sensación de que si alguien fuera de esta burbuja supiera las cosas que suceden aquí, no podría creerlo.

Esta casa era demasiado grande cuando no había nadie más conmigo, a veces pensaba en adoptar una mascota, pero no todos mis clientes amaban a los animales tanto como yo; Mi trabajo era complejo, todos creían que era un tipo de escort o prostituta – a lo que no me opongo- pero no, ese no era más mi papel, ahora mi papel consistía en escuchar a las pobres, desdichadas y millonarias almas en pena que no podían -por alguna razón que desconozco- encontrar compañía humana real y que habían perdido toda inspiración a causa de ello, aparentemente no confiaban en sus amigos y conocidos y recurrían a mi como un medio para no perder la cabeza y para poder completar proyectos complejos – novelas, canciones, discos enteros-, había básicamente conocido a todo Hollywood y más allá, actores, actrices, cantantes, raperos, políticos -mi parte menos favorita, ellos siempre querían a la escort - ... la lista era tan larga, que a veces ni siquiera sabía quién entraría por la puerta.

Con pocas personas había logrado establecer una conexión sincera y humana; Cuando alguno de ellos llegaba aquí, se hospedaba en mi hogar por una semana o dos – a veces más, todo dependía de sus necesidades y su agenda- y mi papel consistía en escucharle y jugar a ser amigos por todo ese tiempo, buscar la manera de inspirarlos, sortear sus adicciones y lograr que al salir de casa sus proyectos estuviesen completos.

Era divertido tener tantas vidas distintas, conocer los secretos y miedos de la mayoría de esas celebridades era interesante, aunque a veces sus pecados me asustaban al punto de no poder dormir mientras ellos estuviesen en la otra habitación.

Robos, mentiras, engaños, corrupción, asesinatos, todas cosas que yo había escuchado en largas pláticas dónde esas personas -aparentemente vanas- desnudaban su alma en mi sala de estar, a ratos creía que esto era peor que la prostitución, fingir sentimientos para que ellos no perdieran la cabeza era mi especialidad para hacerles sentir que había alguien en el mundo a quien le interesaban por ser ellos.

Selfless Love [Reeditada y resubida]  ~Terminada~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora