—Debería odiarte por lo que me hiciste. Pero no puedo hacerlo. No eres tu misma —declaró Alaric desde el asiento de su escritorio.
Hope observó el bastón ridículo que tenía apoyado sobre sus rodillas y esbozó una sonrisa de lado.
—Por favor Alaric, has muerto muchas veces. Eres casi tan inmortal como yo. Puedes agregar esta muerte a tu lista —dijo y se cruzó de brazos—. Ahora necesitamos concentrarnos en lo importante: matar a ese dios. Sabes bien que no es solo una amenaza para mí, ¿verdad? Yo soy el único ser lo suficientemente fuerte como para desafiarlo. Y sin mi, ten por seguro que tu escuela se caerá a pedazos.
Alaric oscureció su expresión en cuanto terminó de hablar. No le había hecho gracia que lo juzgara por débil, ni que hubiera dicho que probablemente morirían todos en la escuela.
—Ben ha estado analizando las posibles batallas en base a las habilidades de cada uno y te aseguro que no ganaremos si no recuperas tu humanidad —mencionó y se levantó con ayuda del bastón hasta ponerse frente a ella. Hope abandonó todo rastro de humor—. Te lo aseguro. Puedes preguntar si quieres, o verlo tu misma.
Los ojos de Hope se volvieron dorados y su mirada adoptó una temible frialdad.
—Yo soy la mejor versión de mí misma. La versión más fuerte —declaró, segura, y dio un paso hacia él. Alaric tragó con fuerza—. Le demostraré a ese semidiós de lo que soy capaz.
En ese momento, las luces de la oficina empezaron a titilar. Los ojos de Hope pasaron de dorados a rojos y sus colmillos se asomaron.
—Hope, cálmate. No soy tu enemigo —dijo Alaric mientras alzaba una de sus manos. Tenía miedo y Hope pudo sentirlo.
La joven esbozó una fría sonrisa y todo volvió a la normalidad.
—Demuéstralo, Alaric. Quiero estrategias. Y las quiero pronto —mencionó, se dio media vuelta y se fue de la oficina.
Poco después, Hope se topó en el pasillo con Clarke. Él la había estado esperando. Cuando la vio, se acercó con las cejas alzadas, curioso.
—¿Y bien? ¿Qué tal estuvo ese encuentro familiar?
Hope puso los ojos en blanco, lo tomó de la corbata y lo arrastró tras ella.
—Supongo que eso significa que... no fue tan bien —dijo Clarke mientras intentaba estirar el cuello de la corbata para no asfixiarse.
La joven lo soltó en cuanto llegaron al patio, donde no había nadie, y se volteó hacia él. Sus ojos brillaron durante un instante, astutos.
—Tranquilo Clarky, Alaric ayudará. Le conviene —respondió y se relamió los labios con una risita. Clarke la observó con cierta cautela—. Tiene la loca idea que mi antigua yo, la débil, con emociones, es más fuerte que mi yo actual. ¿No es eso lo más tonto que has escuchado en tu vida? Cree que esa versión acabaría con el dios.
Clarke alzó las cejas, sorprendido, pero luego pareció sopesarlo. Lo estaba considerando. Y Hope, al ver su expresión, no pudo evitar indignarse.
—¿Tú también crees que soy débil? —exclamó y Clarke dio un respingo.
—¡No! Pero... tal vez, tu humanidad te hacía más inteligente para algunas estrategias. Sin tu humanidad solo piensas en la batalla, y eso no lo es todo. No siempre. Y sabes que en esta ocasión, necesitas apoyo —respondió con la mayor calma posible para evitar alterarla.
No lo logró.
Hope abrió los ojos y estos se tornaron amarillos, las venas bajo sus ojos resaltaron. De pronto, gritó, tan fuerte que produjo una honda expansiva que incluso estallaron los focos de luz del patio y las ventanas. Clarke cayó unos dos metros hacia atrás con un quejido, sobre unas macetas.
Hope se volteó hacia él. Pero aún no se había calmado. Sus ojos seguían igual y su cabello levitaba a su alrededor.
—¿Qué quieren de mí? ¿Quieren que los mate? ¿Así me considerarían lo suficientemente fuerte?
Clarke intentó incorporarse como pudo con una mueca de dolor. Ya no estaba hecho para ese tipo de peleas.
—No estás pensando ahora mismo. Cálmate. Hablaremos cuando dejes de... Bueno, cuando tu cabello deje de flotar, en lo posible. Es algo aterrador —mencionó con las manos alzadas.
Hope frunció el ceño, y en un segundo, volvió a la normalidad. Hizo una mueca, molesta, y se dirigió nuevamente a la escuela.
—¿Qué vas a hacer? —preguntó Clarke, intentando seguirle el paso.
Hope no respondió.
Entraron a la escuela y allí los esperaban MG, Kaleb, Jed, Ben, Ethan, Cleo y Alaric. Todos la rodearon. Tenían rostros serios. La juzgaban.
—¿Qué? ¿Qué quieren ahora? ¿Pelear? ¿Es eso? —preguntó Hope, frustrada. Sentía que la cabeza le daba vueltas.
MG dio un paso adelante.
—Esta no eres tú. Pero hemos hablado con los Mikaelson. Pueden devolverte la humanidad —mencionó.
Pero Hope negó con la cabeza. Empezaba a sudar, si es que eso era posible.
—Olvídenlo. No me interesa —sentenció—. Aléjense o los destrozaré.
Ethan avanzó hasta estar frente a ella y ladeó la cabeza.
—Sabemos que sigues allí. No te dejaremos ir.
Hope lo apartó de un empujón y negó con la cabeza mientras unas lágrimas rebeldes escapaban de sus ojos.
—¿Qué pasa? —preguntó cuando notó las lágrimas y se las apartó con las manos. Un repentino pánico se apoderó de ella—. ¿Qué les pasa? Van a morir.
Entonces, sin darse cuenta, por el estrés y los sentimientos, alguien que estaba detrás suyo le torció el cuello y murió.
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Hopeful | Legacies FanFic
FanfictionHope tiene que luchar contra un dios, ya que él no quiere que ningún ser esté a la par suya. Para eso, ella tiene que entrenar y buscar aliados. No cree tener tiempo para nada más, sobre todo ahora que no tiene su humanidad por la muerte de Landon. ...