Hopeful | Legacies FanFic

Capitulo 12 - Unidas

Era de noche cuando Josie y Hope caminaron por el bosque hasta un asentamiento. Una especie de cripta, oscurecida por la humedad y maltratada por el tiempo.

—¿Qué hacemos aquí? —preguntó Hope mientras echaba un vistazo a las tumbas que las rodeaban.

Josie, que estaba unos pasos delante de ella, se agachó y tocó la tierra con sus manos. Al principio nada ocurrió, pero luego Hope se percató de una especie de murmullo. Voces. Voces que hablaban unas sobre otras.

—Arriba —reclamó Josie con una voz profunda y se levantó.

Sombras empezaron a emerger de la tierra y Hope tuvo que retroceder para evitar que se abalanzaran sobre ella. Aquella oscuridad empezó a meterse en el cuerpo de Josie, uniéndose a su llamado. Solo se detuvieron cuando ella alzó una mano.

La joven empezó a mover sus manos y algunas sombras que aún quedaban allí se convirtieron en siluetas casi perfectas de humanos.

—Busquen a los demás —pidió Josie y las siluetas se fueron volando.

Solo entonces Josie se giró hacia Hope. Tenía los ojos completamente negros, pero en un parpadeo volvieron a ser normales.

—¿Qué fue todo ese espectáculo? —preguntó Hope.

Josie sonrió sin mostrar los dientes y empezó a caminar junto a ella en dirección contraria a la cripta. Hope no pudo evitar preguntarse qué tenía de especial aquel lugar.

—Es el comienzo de algo —anunció y al ver que Hope ponía los ojos en blanco, soltó una risa—. Ya que sientes curiosidad, te lo diré. Mis sombras fueron a buscar las del resto.

Hope la miró con una ceja alzada, escéptica.

—¿Quieres decir la sombra de una persona? —Josie asintió—. ¿De qué te serviría algo así?

Josie parecía genuinamente divertida.

—Las sombras de las personas son muy importantes. Son su propio reflejo. —Se encogió de hombros—. Una persona que controla la oscuridad, si tiene suficiente fuerza, puede controlar a las personas con la ayuda de sus sombras.

Al oír eso, Hope se quedó en una pieza. Al ver que se había quedado quieta, Josie se detuvo y la miró con fingida inocencia.

—¿Ocurre algo? —preguntó.

Hope apretó los labios y siguió avanzando.

—Bien —dijo Josie, poniéndose en marcha nuevamente—. Hay algo que tenemos que hacer. Creo que te gustará.

. . .

Josie guio a Hope por las calles del centro de Mystic Falls hasta un bar que parecía poco prometedor para dos jóvenes.

—¿Vamos a beber? Sí, parece muy mi estilo —ironizó Hope en cuanto se acercaron a la barra.

Josie sonrió y se dirigió al barman.

—Dame tus dos bebidas favoritas —pidió.

El sujeto la observó detenidamente con una ceja alzada. No era nada desagradable. De hecho, parecía solo unos años mayor que ellas. Tenía el cabello castaño, desordenado y unas cuantas pecas en el rostro que le daban un toque atractivo.

—¿Tienes edad? —preguntó.

Josie no perdió el humor.

—Claro que sí —respondió con una voz coqueta.

Hope no entendía el propósito de nada de eso, pero decidió que lo mejor era no opinar.

El barman se encogió de hombros con una leve sonrisa y se alejó para armar los tragos.

—Bien —dijo Josie, esta vez seria—. Quiero que te alimentes de él.

Hope alzó sus cejas, sorprendida por aquel pedido.

—¿Por qué?

Josie se encogió de hombros.

—Solo quiero comprobar qué tan comprometida estás conmigo —respondió—. Si no posees tu humanidad, no te importará de todos modos.

Hope apretó los dientes y le lanzó una mirada asesina.

—Te dije que no me gustaba obedecer —soltó.

Josie miró al barman de reojo.

—Si no te alimentas tú, lo harán mis sombras, y no quedará nada más que polvo de él —replicó y se volteó a verla, desafiante.

Hope miró hacia un punto muerto, a punto de estallar. Tuvo que agarrarse de la barra hasta el punto de casi resquebrajar la madera para no armar un escándalo.

—Si lo hago aquí, todos me verán —explicó.

Josie soltó un suspiro y en aquel momento el barman volvió con sus tragos. Antes de volver para atender a otros clientes, les guiñó un ojo.

—Descuida —dijo Josie en cuanto se alejó—. Nadie dirá nada. Son todos míos.

Hope se volteó hacia ella con los ojos abiertos como platos.

—¿Qué?

Josie asintió mientras le daba un sorbo a su bebida.

—Míralos —indicó.

Hope se volteó hacia las personas en el bar. Eran al menos diez. Todos se quedaron quietos de repente y se voltearon a verla un instante, como títeres, antes de volver a lo que estaban haciendo como si nada hubiese pasado.

—No puede ser... —murmuró Hope.

Pero Josie interpretó aquella frase como algo bueno.

—¡Lo sé! Es una pena que no pueda retenerlos siempre. Solo unos pocos minutos antes de que se regenere otra sombra —explicó y negó con la cabeza—. Es cansador. Pero con el tiempo, sé que podré retenerlos por mucho más.

Hope sabía que nada bueno podía salir de todo eso. Había hecho un mal trato. Pero si lo que Josie decía era cierto, no podía rebelarse cuando quisiera porque quizás usaría su sombra para manipularla. Quizás ese había sido su plan desde el principio. Estaría con ella por las buenas, teniendo el control de sus acciones, o por las malas, siendo un títere.

—Vamos —la incitó Josie—. Hazlo.

Hope gruñó. Saltó por la barra y se acercó al barman. Él la miró, sorprendido.

—¿Qué...? —empezó a decir, pero Hope no lo dejó terminar, ya que hundió sus colmillos en su cuello.

Pronto, las personas que estaban en el bar, empezaron a gritar horrorizadas.

¡Monstruo!, gritaban.

Hope se separó al instante del barman y lo obligó a olvidar lo que había pasado. La gente empezó a apresurarse para salir del establecimiento, asustados.

—¿No dijiste que no dirían nada? —exclamó Hope, molesta.

Josie se encogió de hombros mientras jugueteaba con su bebida.

—Lo siento. Te mentí —respondió—. Ahora eres enemiga pública. Pero descuida, queríamos eso, ¿no? Ser temidas y respetadas. El mensaje fue enviado.

Hope apretó los labios y se fijó por la ventana cómo las personas se alejaban.

—Puedes hacer dos cosas —continuó Josie—. Buscarlos y matarlos antes de que revelen tu identidad a todo el mundo, ya que por supuesto, toman verbena y tu hipnosis no hace efecto. O, dejarlos vivir y ser cazada por tus amigos los humanos. En ese caso, también podrías matarlos, pero serían el doble de muertes.

Hope apretó los puños y le lanzó a Josie una mirada furiosa.

—Tu decides —dijo Josie con una sonrisa.