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- ¡Kureto, no puedes hacerme esto! - Grité entre lágrimas. - ¡Mika sigue ahí fuera en alguna parte y el secuestrador suelto!

- T/N, la próxima semana se cumple un año de su desaparición, nadie sobreviviría tanto tiempo. Sabes tan bien como yo que un secuestro no es algo que se puede ocultar por mucho, ¡Madura por el amor de Dios, compórtate como la profesional de esta institución que eres! - Respondió indignado ante mi comportamiento.

- Mika no es como los demás, sé que sigue vivo en alguna parte esperando que le encuentre. - Constesté.

Kureto me miró de dura manera antes de hablar.- Conocí al mocoso en una ocasión, admito que era bastante perspicaz, pero eso no basta para salir ileso de todo en la vida, dudo que pudiese hacer algo contra un secuestrador. Es cosa de tiempo para que encontremos su cadáver tirado en algún arroyo a las afueras de la ciudad.

- No tienes idea de lo que estás diciendo.

- No pienso seguir con esta conversación. - Dijo tras darse media vuelta. - El caso de Mikaela Hyakuya queda inconcluso y se archivará asumiendo la muerte del mismo, no voy a tener a mis hombres día tras día buscando a alguien que ya está muerto. Ya es hora de que salgas de esa burbuja y te enfrentes al mundo real.

- Así que, ¿De verdad no vas a hacer nada? - Ante su silencio que respondía a mi pregunta, decidí hacer una última cosa antes de dejar esta asquerosa comisaría. - en ese caso déjame pedirte un favor.

A los dos segundos de que Kureto se girase, mi puño ya estaba completamente fundido en su rostro. El impacto del golpe lo desestabilizó haciendo que cayese al suelo.

- ¡Eres un jodido imbécil, tú y toda tu maldita institución pueden irse directamente a la mierda!, ¡Me das asco cobarde, lo único que sabes hacer es esconderte detrás de tu puta secretaria y dar órdenes como si fueses el rey del mundo! - Grité con toda la ira e impotencia de mi ser.

Mientras mis lágrimas caían sin parar, Aoi Sangu la Sub Teniente de la policía Nacional, me tenía ya esposada contra el suelo, dos hombres más acudieron a la escena y me levantaron cada uno de un brazo.

- Llévensela de aquí. - Ordenó la rubia.

Así fue como estuve detenida durante 48 horas por agresión a la autoridad, de no ser por Guren que fue a sacarme apenas se enteró de la noticia, me habrían caído cuatro años como mínimo. Si bien la situación no fue tan grave como tal, no todos los días el Teniente General de la policía nacional recibe un puñetazo. Así que le debo una grande.


- Hey enana, ¿cómo estás?

Aquella voz gruesa hizo que alzara mi mirada de la posición fetal en la que me encontraba.

- Guren, ¿Por qué estás aquí? - Pregunté desganada.

- Si no te saco de este cuchitril ¿Quién me va a cubrir cuando me salte horas del turno?, creo que hasta me siento ofendido. - Reclamó vacilándome.

Solté una pequeña risa ante su humor. - Eres un tonto.

- Sí sí, será mejor que nos larguemos antes de que Kureto todopoderoso cambie de opinión y te lleven a una cárcel de verdad. Me ha costado bastante sacarte de este lío. - Dijo mientras abría la puerta de la celda preventiva y acto seguido me quitaba las esposas.

- Pero aún así lo conseguiste.

- Me debes una muy grande, que te quede claro.

- Pídeme lo que sea y lo haré.

PERFECTAMENTE MALDITOS [Guren Ichinose x T/N ] [+18 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora