Conociéndonos otra vez

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Su alarma comenzó a sonar a la hora que acostumbraba marcando el inicio de una nueva jornada laboral, sin que ella hubiera podido dormir en toda la noche.

El día anterior, luego del encuentro entre ambos mamíferos en el que hubieron abrazos y lágrimas, Cream se sentía agotada emocionalmente, cosa que el zorro notó y le sugirió, de manera muy amable, que la chica debía descansar, que ambos podrían conversar más el día siguiente. La coneja aceptó y ofreció la habitación de invitados para que el zorro durmiera.

Cream se sentó en su cama con movimientos lentos, su mente repasando lo vivido las últimas horas. 

¿Realmente la noche anterior sucedió? ¿Tails realmente estaba vivo y había vuelto?  ¿O fue todo una alucinación?

La coneja dio un vistazo a su costado, encontrándose con Chocola completamente dormido sobre su almohada. Decidió dejarle descansar por algunos minutos más mientras ella se levantaba para dirigirse hacia el pasillo.

Con pasos lentos y cuidadosos, con la intención de no hacer ruido alguno, caminó hasta llegar a su destino. Tomó la perilla de la puerta y la giró para que esta se abriese.

Sabía que invadir la privacidad y el espacio ajeno sin permiso era descortés, pero debía cerciorarse de que la noche anterior fue real.

Asomó su cabeza a la habitación dirigiendo su mirada a la cama de la misma.

Ahí estaba él.

Boca abajo con sus dos cola sobresaliendo del colchón, el zorro estaba profundamente dormido. No era sorpresa, pensaba Cream, debido a lo herido y cansado que se veía la noche anterior. Los ojos marrones observaron cómo el muchacho dejaba saliva sobre su almohada.

Cream cerró la puerta y luego apoyo su frente en la misma, pensativa.

Tails estaba de vuelta. Era un hecho, no su imaginación. 

Una sonrisa apareció en sus labios. Amy estaría muy contenta, el señor Knuckles, quien seguía buscando al muchacho, estaría dichoso de saber que tuvo razón y Tails seguía vivo. Tal vez, incluso el señor Sonic, donde quiera que esté, también estaría feliz por el regreso del zorro.

Sin embargo, el zorro le pidió el día anterior que no dijera nada. ¿Cuál sería la razón para aquello? 

— Supongo que esa será una de mis primeras preguntas para cuando despierte —dijo la coneja para sí misma.

Unos minutos después, la chica se encontraba desayunando junto a Chocola en su cocina meditando sobre sus pasos a seguir. Debía abrir el centro dentro de poco pero no quería dejar al zorro solo en casa sin haberle dado los buenos días. ¿Podría tomarse un día libre? ¡Jamás! Los Chaos del centro tienen necesidades de las que debe encargarse todos los días sin falta.

Antes de pensar en más posibilidades, unos pasos comenzaron a escucharse.

— Hace mucho que no dormía tan bien —comentó el zorro entrando a la cocina mientras soltaba un gran bostezo.

Cream abrió la boca para comentar algo al respecto pero las palabras parecieron estancarse en su garganta ante la vista del zorro.

Tails, ahora con la luz de día, de pie en la cocina, se veía bastante mal. Sus heridas destacaban en su pelaje claro y, como notó el día anterior, su pelaje estaba descuidado y muy largo demostrando que el chico había pasado tiempos muy difíciles. La coloración, muestra clara de moretones y golpes sufridos, era visible incluso con el pelaje del muchacho, quien claramente necesitaba un par de días de recuperación para volver a un estado de salud ideal.

Ilusión del Pasado | TaireamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora