Injusticia culposa

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Cuando ya fue la hora de cerrar, luego de un arduo día de trabajo, Cream se despidió de cada uno de los Chaos del centro. Tomó su abrigo y la pequeña bufanda de Chocola.

— Hoy no tendremos la caminata nocturna de siempre, ¿de acuerdo? —dijo mientras abrigaba a su Chao—. Tenemos visita, y tal vez podríamos invitarlo a cenar o algo por el estilo, no podemos hacerlo esperar.

— ¡Chao! —respondió el pequeño con gran entusiasmo, lo que hizo sonreír a la coneja.

Cuando ya todo estuvo en orden, Cream y Chocola salieron por la puerta principal para dirigirse a la casa de la chica. Si bien el camino no era extenso, en ese día en particular pareció ser mucho más corto que de costumbre, tal vez debido a las enormes ganas de encontrarse nuevamente con su amigo de la infancia.

Esperaba que el muchacho no se hubiera marchado durante el transcurso del día.

— ¿Hola? ¿Tails? —preguntó en voz alta mientras entraba por la puerta con Chocola a su lado, haciendo saber de su llegada.

— ¡Hola, Cream, estoy en la cocina! —se dejó escuchar una voz masculina por el pasillo.

Seguía aquí entonces.

Cream suspiró tranquila, para luego acercarse  a su perchero y dejar su abrigo en él. Inmediatamente después de hacerlo, notó que la habitación estaba mucho más iluminada que de costumbre.

— ¿Uh?

También notó que, para la temperatura invernal del exterior, su casa estaba inesperadamente cálida, lo que era una sorpresa, considerando lo anticuado que era su equipo de calefacción.

Se acerco a su calentador con curiosidad, esperando encontrarse con su viejo equipo pero no fue eso lo que observó.

Donde, en la mañana, se ubicaba su calentador, ahora había algún tipo de máquina sumamente moderna, no poseía botones y su diseño se veía sencillo y elegante.

— Lo construí esta mañana, ¿te gusta?

Cream saltó de la impresión al escuchar una voz detrás de ella.

— Oh, lo lamento —exclamó Tails apenado, levantando sus manos a modo de disculpa—. No fue mi intensión asustarte.

Cream negó con la cabeza.

— No, no te disculpes, yo... Estaba distraída. No te escuché venir. Sólo, estaba impresionada con aquello— apuntó al nuevo aparato presente en su hogar a lo que Tails sonrió con orgullo.

— ¡Lo mejoré! —habló con gran entusiasmo, sus colas agitándose con energía—. Ahora posee más eficiencia con menos uso de energía y se programa automáticamente, tu casa siempre estará a una temperatura agradable, ¡te lo aseguro!

Cream lo observó en silencio, admirada por el entusiasmo del chico.

— También arreglé tu sistema de iluminación, pero eso fue mucho más sencillo. ¿Te gusta?

— Tails, no debiste tomarte tantas molestias —dijo Cream apenada—. Aún estás herido, deberías descansar.

El rubio levantó sus hombros restándole importancia al asunto.

— No puedo evitar quedarme quieto a veces, además, me siento algo culpable de quedarme aquí sin ayudar —respondió con una sonrisa sincera dirigida a la chica—. Es mi forma de agradecerte por dejar que me quede aquí por un tiempo.

—Tails, no hay nada que agradecer —Cream habló despacio observado con ojos llenos de emoción al muchacho a su lado—, saber que estás vivo y bien es más que suficiente para mí.

Ilusión del Pasado | TaireamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora