Estableciendo afectos

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— ¿Vas a salir tan desabrigada? Te vas a enfermar otra vez.

Cream gruñó por lo bajo. 

— Tengo mi abrigo y mi bufanda, siempre salgo así.

Tails levantó una de sus cejas observando a la chica de forma desconfiada.

— Así mismo estabas vestida el otro día y te enfermaste, deberías abrigarte más. Tal vez un gorro y una abrigo más grande.

Cream observó al muchacho fastidiada.

Desde que cayó enferma cuatro días atrás, Tails se había vuelto algo "sobreprotector" con ella. Le insistía en cocinar comidas nutritivas, que durmiera una cantidad "saludable" de horas y que vistiera ropa abrigadora en todo momento.

Cream ya estaba aburrida de esas actitudes, en especial ahora que estaba apunto de volver a trabajar después de su ausencia, sin embargo, eso no era lo peor.

— Vamos, Cream, solo me preocupo por ti, no te molestes. Además —dijo él con voz juguetona mientras cerraba sus ojos, ladeaba su cabeza y posaba sus manos bajo su propia barbilla— si no lo haces, mi cara bonita se tornará triste.

Cream se sonrojó de golpe y de enmediato sacó su bufanda para arrojársela al chico y darle de lleno en su cara.

— ¡Cuidado, Cream! —reclamó él—. ¡Tenía mis lindos ojos abiertos!

Ella se dirigió hacia la entrada molesta y avergonzada sin mirar atrás.

Lo peor era que al parecer dijo algo inapropiado sobre el aspecto de Tails estando enferma, no lo recordaba, tenía todos aquellos sucesos algo borrosos, solo tenía vagas imágenes del chico cuidando de ella pero desde que se mejoró de su resfrío, Tails hacia comentarios sobre lo "lindo" que era con burla.

Cuando estuvo a punto de salir por la puerta, Tails voló detrás de ella. Cream volteó para decirle que no la siga molestando pero antes de que pudiera hacerlo, Tails, con suma delicadeza, le puso la bufanda alrededor su cuello.

— Hey, solo estoy jugando, no quiero que te enfermes de nuevo, me preocupe mucho. Abrígate bien, por favor.

Cream no pudo decir palabra alguna, mientras se sonrojaba aún más, mientras Tails le sonreía de una forma tan cálida que podría descongelar un glaciar entero.

Había una genuina preocupación y cariño reflejados en esos ojos azules.

Cream suspiró derrotada, aceptando las palabras del muchacho.

Ambos se despidieron y cuando Cream y Chocola iban unos metros lejos de la casa, Tails habló.

— ¡Qué les vaya bien hoy! ¡Los esperaré con una cena deliciosa!

Chocola empezó a hacer ruidos de felicidad ante lo escuchado mientras Cream solo se limitaba a sacudir su mano en señal de despedida.

Camino al centro de cuidados de Chao, cuando ya estaban lo suficientemente lejos como para no ser escuchados desde su hogar, Cream volteó a Chocola.

— Chocola, sé sincero conmigo, ¿le dije algo extraño a Tails estando enferma?

El pequeño Chao volteó algo incómodo sin hacer ruido algo.

— ¡¿E-entonces sí lo hice?! —exclamó sonrojada— ¡¿Qué dije?!

Chocola empezó a jugar con sus pequeñas manos sin dirigirle la mirada a la chica por unos momentos, pero luego pareció rendirse.

— Chao, Chao, ¡Chao! —decía mientras volaba alrededor de ella—. Chao, Chao...

La chica detuvo su andar, encarando a su Chao con un rostro extremadamente rojo y horrorizado.

Ilusión del Pasado | TaireamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora