Capitulo 4:

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Icar
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Mi padre me estaban desesperando, misteriosamente María podía verlo pero Maia no, por lo cual ella solo hablaba con el cuando su hermana se distraía. Paramos en una gasolinera y Maia se adentro en la tienda que habia para comar agua mandada por Deimos que se percato de la situacion

-¡Dale boludo, no me rompas las bolas y andate a la mierda! - grito la de ojos verdes a mi padre el cual intentaba sacarle informacion del porque solo ella podia verlo. Deimos intervino antes de que Maria empezase a chillar. -¿Seras capaz de guardarnos el secreto?- Fhobos aparecio detras suya y la miro.

Ella medio asustada asintio coloque mi mano en su hombro; - Tranquila, a mi tambien me daba miedo, y mirame tengo que tomarme pastillas camufladoras para que no se me noten las alas- sus ojos casi se salen de orbita cuando  Deimos chaqueo los dedos y mis alas aparecieron ante los ojos verdes de la muchacha

-¿Sois angeles?- me eche a reir y sonrei mirandola. Fhobos encenciendose un cigarro respondio;-Somos dioses, este es nuevo pero si dioses- Eso ultimo lo dijo señalandome- Y ese de alli se llama Alejo el padre de este- ella asintio, se pellizco el brazo y se quejo al ver que no estaba en un sueño.

Empezo a murmurar cosas raras de que ya habia soñado con esto. Fhobos la agarro de los brazos e intento calmarla, Maia aparecio y vio a su hermana; -Eu nena, ¿queres que conduzca yo y descansas?- ella nego y se metio corriendo en el coche, el dia lo pasamos parando en estaciones de servicio. Maia buscaba en su ordenador, cuando consiguio lo que queria dirijio a su hermana donde debia ir.

Cuando llegamos ella bajo del coche y entro, cenamos, y fue jodidamente incomodo, la unica que no lo notaba era Maia, la pelirroja sonreia con severa alegria. Tanta alegria me estaba repateando las pelotas. cada uno se fue a su habitacion.

Seguia preocupado por Maria, Aunque la que verdaderamente me preocupaba era Andy.

¿en que piensa?, Sabe que donde ella vaya vamos a ir nosotros, estaba cansado me tire en la cama, a los minutos entro Deimos me obligo a levantarme y llevarlo volando a la terraza de el maldito hotel, en la terraza estaban Fhobos y Maria, ambos tirados en la tela asfaltica con Fhobos se estaba haciendo un porro mientras ella esperaba.

-Acercate mas no los oigo- mire Deimos el cual lo tenia sostenido de los brazos, me movi un poco para acercarme intentando que las batidas de mis alas no se oyeran.

-¿Me explicas porque estamos espiando a Fhobos?- el miro hacia arriba y fruncio el ceños, sus ambarinos volvieron a su hermano. Me estaba enfadando, baje en picado y lo tire al suelo lleno de hojas; -¿Que cojones hacemos espiando a Fhobos?- el paso su mano por la cara y suspiro exsaperado

-Haber cara acelga, ese comportamiento en Fhobos es raro de cojones, si el ve a una tia y le gusta a los cinco minutos ya le esta comiendo la boca, y pasa a otra- suspire y lo mire;

-Yo que se tarado de mierda puede que ella le guste, mas alla del fisico. - miro el suelo y nego. Cuando alzo la mirada con una sonrisa maquiavélica. -Claro, por eso se enfado, se parece a la chica de esparta.- no lo entendia ¿de que hablaba? - ¿de que chica de esparta hablas?-cuestione yo mirandolo

-Hace ya muchos años, Fhobos se enamoro de una de las saterdotizas de mi madre. La recuerdo perfectamente, tenia los ojos verdes como ella, solo que ella no era una borde de mierda y tenia el pelo corto. Le rogo y le rogo a mi madre que se la diera- le interrumpi

-¡¿Que se la diera!?- el me miro y se encogio de hombros- En ese tiempo pedir casarte con una mujer era robartela y mas en esparta el le pidio permiso a mi madre- me seguia pareciendo indignante.

Lady Shadow II: El retorno del caidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora