Lady Shadow II: El retorno del caido

Capitulo 18;

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Ícar
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El ringtone de mi telefono me hizo darme cuenta de que me estaban llamando.
Mire y vi que era Deimos, al cogerlo el aparecio con una cara de mala hostia enorme, andy detras suya pregunto que quien era, al verme le arrebato el teléfono y hablo.

—Icar haz el favor de alzar vuelo para dejarle claro a deimos que estas en el norte y no en el sur— me eche a reir y le di mi teléfono a María para que me enfocase.
Al levantar vuelo logre ve a una considerable distancia los azabaches cabellos de Andy.
Ella dio un grito de felicidad al verme y también creo que por llevar la razon.
Me avalanze a ellos para agarrar a andy y llevarmela conmigo, ella con gusto acepto mi agarre.

Fhobos nos grito desde lejos, necesitabamos un poco de alegria. cuando todods llegamos al lugar donde se encontraban Maria y Maia, nos pusimos a hacer un plan, segun las pistas de Andy y deimos, podrian estar ubicados en el oeste.

Nos dispusimos a ponernos en marcha para buscar, pero no hizo mucha falta debido a que un gran pedrusco casi nos deja como a una tortilla de maíz.

—¿Que pasa, es su forma de avisar que están aquí?— dije agarrando mi daga, Andy aun en mis brazos levanto un muro de sombras el cual se desquebrajo al recibir el impacto, cuando dicha pared callo al suelo nos dejo ver a el escuálido Hefesto.

Estaba solo eso era lo raro, por lo que en mi mente se me vino de las peores ideas.

—Esta solo, el nunca se queda solo— Dijo Deimos con molestia;
—Es una emboscada— y cierta era la teoría de deimos, Heracles derribo a un Fhobos distraído en proteger a Maria, la cual para hacer que lo soltase prendió fuego su propia mano.
Al parecer a Heracles si le ardia el fuego de la de ojos verdes porque cuando se le tiro encima y agarro su larga melena esta empezó a arder de manera instantánea.

No me vi venir el fuerte golpe que recibí en la espalda, dicho golpe me lo propinó el mismísimo Zeus. Andy en ese momento no podia encargarse de el, por lo que creo que me tocaria a mi.

—Bien, quien tenga miedo a morir que no nazca— dije acordandome del pelirrojo que se estaba encargando de darle para el pelo a Hefesto. Me tire a el dispuesto a lanzarlo por lo alto de las montañas, casi funciona mi plan de no ser que agarro una de mis alas haciendo que ambos cayesemos.

Al caer, el estaba dispuesto y listo para ensastarme con una lanza, de la cual salian chispas. De milagro esquive sus golpes hasta que pude ponerme de pie, al acerlo se me cayo un papel, no cualquier papel, un pergamino armado.

Andy o Fhobos lo pondrian hay. Al extenderlo apareció en mis manos una espada idéntica a las de andy pero de un color claro.
Me servir para desviar los ataques del lunático que tenia en frente.

—Bastardo, nunca mereciste nacer, tu madre nunca te ha querido, se tiro 17 años sin querer verte y te arranco esas bonitas alas que tienes. — dijo socarrona mente

—Vaya al parecer eres fan mio porque  te sabes toda mi vida, no me gustan las groupies escandalosas sabes— dije en burla, mis golpes con la espada habían mejorado muchísimo, pero aun estaba verde.

Le pegue y conseguí pegarle, estamparlo en la pared. Salí volando, y molesto maldije. Me costaba volar y me dolía con cojones, Andy me miró de lejos, hizo una señal y me hizo mirar mis alas. La cual una de ellas sangraba, me acerque a ella y ella me miró.

—Tranquilo, levanta el ala— le hice caso y me resigne al dolor que tenía. Ella me arreglo un poco para que no sintiese el dolor y a la vez me dejase de sangrar.