Lady Shadow II: El retorno del caido

Capitulo 28;

-----------------------~~~~~~~~~---------------------
Icar
-----------------------~~~~~~~~~---------------------

Me levante del suelo, Andy nos estaba llamando, desperte a Fhobos. El se levantó aturdido y me miró.
Vio que tenía lágrimas en los ojos agarró mi cara junto su frente con la mía respirando irregularmente.

-¿Te has dormido a mi lado?- parecía preocupado, asenti. Molesto se levantó y chasqueó la lengua.
-No vuelvas a dormir a mi lado, no almenos sin avisarme.

Asentí ante su orden dictatorial. Revolvió mi pelo y me abrazo caminando en silencio, parecía que sentía culpa.

-Fhobos, no es tu culpa- el me miró y suspiro; -Si lo es, tendria que haberte dicho. O no haberme quedado dormido-

Seguimos caminando en silencio, hasta que llegamos donde Andy y Thanatos estaban haciendo sus cosas.

En los brazos de Andy se encontraban en su estado natural según Deimos, desde las uñas hasta los codos de un color negruzco con grietas magenta las cuales centellaban una especie de luz morada.

Las sombras salian del cuerpo de Andy, normalmente esas sombras tenían forman de lanzas afiladas, pero ahora solo tenían formas curveadas, como si de enrredaderas se tratasen. Unas se enrroscaron en mis piernas y otras acariciaban los rizos de Fhobos.

El sonreía de manera tierna a la vez que acariciaba la larga y sombra como si se tratase de un animal, en cierta manera tenian formas de serpientes.

Ella parecía ignorar el echo de que estábamos detrás de ella, como si no se diese cuenta. Mentira, Andy siempre se daba cuenta de que había gente detrás suya.
Podría hasta decir cuánta gente podría haber en un bar hasta los topes, pero por alguna razón nos ignoraba. Thanatos al igual que ella nos ignoraban, hablaban entre ellos en griego. Fhobos era el que se podría enterar de la conversación, porque mi griego era peor que el español de un guiri en la feria de Sevilla con diez rebujitos.

Andy se levantó de golpe y las sombras serpenteantes se movieron hasta esconderse de nuevo en las manos de su dueña.
-ΝΑΙ ΠΑΜΕ ΓΙΑ ΑΥΤΟ ΤΟ ΗΛΙΘΙΟ!- le mire con la ceja alzada.

-Andy, en castellano. No todos hablamos olímpico- ella me miró de reojo al decir eso, pero me ignoro agarrándome de la mano y llevándome a la planta más baja de la enorme estructura.

-Icar, se que va a ser mucho pedirte, pero tienes que hablar con tu madre.- se percató de mi disgusto al ver mi cara.

-¿Porque?- el tic de su ojo me dio un porcentaje de la respuesta.
-Recuerdas la charla que tuve con Zeus, el aún después de todo sigue amando a tu madre. El mero echo de verla de nuevo, lo distraeria tanto que podríamos entrar directamente a por Hebe y evitar que tenga otra vez inmortalidad.-

-¿Y porque no la llamas tu?- ella se echó el flequillo hacia arriba con un soplido.
-Porque tu- me apunto con su dedo;
- Eres - empezó a darme golpecitos en el pecho. - Su maldito hijo, porque algún día tendrás que hablar con ella.
¡Y porque te lo digo yo! - en sus ojos pude ver cómo la rabia crecía.

Cerró los ojos y respiro fuertemente mientras buscaba en sus bolsillos su teléfono;
-Icar, hazme el favor y llama a tu madre- dijo entregándome el teléfono desbloqueado.

-Andy- dije en tono quejoso. Sentí una fuerte colleja en la nuca, era Deimos; -Vamos se un maldito hombre y llama a tu madre- murmullo entre dientes.

Mire la foto del contacto, la mujer de cabellos lacios y ojos dorados estaba sonriendo con el padre de Andy y otro hombre de ojos azules.