sencillas palabras de amor

10.-El episodio de la playa

Resumen:

el episodio de la playa: creo que soy muy divertido y no pude resistirme a estropear el tema. ningún presagio aquí para ser visto. ninguno en absoluto.

Notas:

cuando accidentalmente comienzas a escribir el final de la historia en lugar del capítulo que se suponía que debías publicar hace días. ¿ups?
Puedo hacer que algunas personas se enojen mucho con el final de la historia o que se pongan muy tristes, pero de cualquier manera creo que coincide con lo que había planeado el año pasado cuando comencé a escribir "quemaremos ese puente cuando lleguemos a él". La hoja de ruta ha cambiado mucho, pero sigue siendo la esencia de lo que quería, así que espero hacerlo bien una vez que pueda publicarlo.

Azula encuentra a Ursa sentada en el sofá, tejiendo hilos entre sus manos. Una inspección más cercana revela el ovillo de lana a su lado. Azula pisa una tabla del suelo y el crujido hace que la cabeza de Ursa se levante bruscamente y luego se apresure a meter la lana detrás de una almohada.

"¿Cómo era la escuela?" pregunta ella con una sonrisa forzada. Azula nota el entrelazamiento nervioso de sus manos.

"Estuvo bien."

Azula está demasiado cansada para pelear. Pasa junto a su madre y deja caer su bolso al suelo. Si Ursa quiere ocultarle proyectos secretos a Azula, entonces se lo permitirá. Azula no es la guardiana de su madre.

¿Dónde está Zuko? finalmente cede y pregunta después de escanear la casa y darse cuenta de que Zuko no está a la vista. Ella quiere que su hermano revise sus palmas, haciendo esa pequeña y estúpida caída de confianza. Azula no está segura de poder tocar nada sin quemarlo en este momento.

Osa mira hacia arriba. “Fue al mercado. Necesitábamos más harina de arroz”.

"Por supuesto que lo hizo". Azula pone los ojos en blanco y se dirige a su habitación. Capta el estremecimiento de Ursa cuando da un portazo y se enfurece.

Azula no va a lastimar a Ursa. No importa cuán enojada se ponga o cuán cerca esté la presión de estallar, Azula nunca la lastimaría. No solo por Zuko, sino porque Azula está cansada de ser la persona que lastima a los demás. Ursa está a salvo con Azula. ella es su madre ¿A Ursa siquiera le importa? ¿Está nerviosa con Azula porque lastimaría a Azula y espera la misma disposición de su hija?

Azula siente que se está aferrando a un clavo ardiendo. Ella no entiende a su madre. Ursa y Zuko han tenido muchas conversaciones largas en el jardín desde que llegaron, pero Ursa solo ha dado paseos cortos con Azula o le ha puesto más comida en el plato. Ellos no hablan. Ursa parece reacia a sacudir el barco, y Azula está tratando de dejar tanto espacio para Zuko como pueda. Este fue su viaje. Su tiempo fuera del trono que Azula sentía demasiado pesado para soportarlo por sí misma. Fue culpa de Azula por ser demasiado débil para manejarlo. Si se las hubiera arreglado sola y dejado libre a Zuko, entonces él no tendría terribles migrañas que se prolongan hasta bien entrada la noche.

Este viaje fue la forma de hacer las paces de Azula. De alguna manera, siente que todo lo que está haciendo es empeorar las cosas. Ella quiere gritar.

Azula saca su prueba de su bolso y mira la marca marcada en el pergamino. Ella siente que su mano tiembla. Aferrándose a la nada, esperando que un objeto lo aplaste. Ella trató de no mirar. Se dijo a sí misma que vendría directamente a casa y se sentaría con Zuko y no lo miraría. Su primera prueba en la estúpida escuela de prueba. Ahora, ella mira a través del papel.

Le fallaron. Realmente le fallaron. Ella, el Señor del Fuego y la estudiante más prodigiosa jamás vista en la nación, reprobó una estúpida prueba en una estúpida isla atrasada demasiado escasamente poblada como para tener un puerto adecuado.