Capítulo quince

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Era una noche tranquila, como todas en Green Hills. Una pareja cenaba a gusto hasta que un portal se abrió a sus espaldas. Saliendo  expulsado un erizo con brusquedad y con algunos escombros. Los ciudadanos se alteraron.

Sonic resbaló por la mojada calle y su bolsa de anillos se alejo de su muy lastimado cuerpo.

"¡USAR  SOLO   EN   EMERGENCIAS!"

Los habitantes observaron al erizo y después en el mismo portal, salió una gigantezca máquina. La arena que flotaba en el aire, le daba un toque más escalofriante a la nave. Los habitantes salieron corriendo al ver a la nave salir por completo del portal. Sonic seguía descansando en la calle, sucio y muy golpeado.

Los esposos Wachowski llegaron al lugar, seguidos de Daniel y John. Y el granjero al que había ayudado Tom.

—¡SONIC!—

Daniel corrió hacia el erizo, resbaló con sus rodillas para acercarse. El muchacho  agarró al erizo con cuidado en sus brazos.

—Hey, hey. Estoy aquí, mírame Sonic. Estoy contigo—con su mano libre, abrazó el rostro del erizo, besándole con amor la frente.

—D-Daniel...tú...tú me—Sonic sonrió al ver al muchacho, su mano se posó en la mejilla del adolescente.

"Tú me gustas, me gustas mucho" fue lo que pensó Sonic.

—Está bien, no te esfuerces. Está vez me toca protegerte—Daniel le sonrió al erizo.

John se acercó a ellos y se arrodilló para ver al erizo.

Las risas desquiciadas de Robotnik se escuchaban por toda la calle. El doctor abrió la compuerta de su nave. Mirando satisfecho su cometido.

—Eres una criatura extraordinaria—el doctor ignoró a los chicos que estaban cerca del erizo.

John acarició el hombro de su hijo y cuando este volteó para ver al doctor, tenía una mirada oscura. Siniestra, llena de odio hacia Robotnik.

—¡PÚDRETE!, ¡VIEJO IMBÉCIL!—

Daniel acomodó mejor a Sonic en sus brazos, el erizo abrió sus ojos un poco observando a su chico totalmente enojado.

—Pobre mocoso, debe ser doloroso para ti que te arrebaten a tu precioso erizo—El doctor rió cínicamente—

—Sobre mi cadáver—sentenció el adolescente.

Tom vió a su alrededor, encontrando una bolsa.  La tomó entre sus manos.

—Si es lo que deseas—el doctor volvió a reír, su egocentrismo le dejaba disfrutar—será divertido llevarlo al laboratorio para hacerle un sinfín de exploraciones invasivas...¿Unas últimas palabras?—

Sonic se acomodó en los brazos del chico, alzando un poco la cabeza.

—Guac. Me gusta esa palabra—Después de decirlo el erizo se desmayo en los brazos de Daniel.

—¿Sonic?—el chico sintió unas saladas lágrimas caer.

John vio hacia al frente, encontrando a su amigo en la espalda del doctor. Había abierto un portal.

—Sobra decirles cuántos avances científicos han sido posibles, gracias a las pruebas en animales—El doctor activó el cañón, ya no le importaba si el chico moría en el proceso.

Tom se colocó con cuidado en la parte de atrás, sin llamar la atención de Robotnik.

—Estás siendo muy egoísta, Daniel—se burló el doctor.

Pequeño erizo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora