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El sensei los había llevado a un lugar abandonado, rodeado de autos chatarra y otras cosas inservibles.

Nirvana arrugo la nariz por el mal olor.

El sensei apareció frente a ellos sobre un auto chatarra y los observa con seriedad

- Entrenaron duro - comienza a hablar él - Se volvieron más fuertes, duros y rápidos. Se esforzaron y están listos para este torneo, ¿no?

- ¡Sí, sensei! - gritaron todos al unísono

- ¡No! - los contradice rápidamente el sensei lanzando la lata de soda que estaba bebiendo en su dirección - ¡No sirve una mierda! Si quieren ganar el torneo de karate sub-18, deben superar su esfuerzo, así que a partir de ahora, verán mi peor versión ¿entienden?

- ¡Sí, sensei! - exclaman de nuevo al unísono

-¿Son fracasados? - cuestiona mirándolos
atentamente

- ¡No, sensei! - responden negando con la cabeza

- ¿Son cerebritos? - vuelve a cuestionar el sensei

- ¡No, sensei! - responden negando una vez más

- ¿Seguros?

- ¡No, sensei!

- ¡Si, sensei! - dice ella contraria a sus compañeros y los mira raro - Chicos, dijeron que no.

Y dado la respuesta de los demas, el sensei estrella ambas manos en su rostro en señal de desesperación.

Comenzó el entrenamiento, el cual consistía en correr entre neumáticos uno detrás del otro sin caer.

- Muevan los pies. ¡Vamos! - exclama el sensei en dirección a Halcón y Miguel, quienes son los primeros en la fila del ejercicio - Bien hecho. ¡Vamos, Mills! - la anima

Durante el segundo ejercicio, el sensei les entrega unos palos, los cuales ven confundidos ya que no ha dicho exactamente que quiere que hagan.

- Los rodea el enemigo - dice mirándolos atentamente - ¡Destrúyanlo! - dice apuntando a todo lo que está a su alrededor

Todos se colocan unos lentes por seguridad y comienzan a romper todo lo que los rodea, como los autos y demás cosas.

El tercer ejercicio consistia en cruzar sobre un contenedor lleno de vidrios y metales rotos a través de una delgada y quizá nada resistente tabla la cuál también está algo llena de pequeños vidrios. Miguel es el primero en ofrecerse a hacerlo.

- ¡Eso es! - comienza a decir el sensei una vez que Miguel comienza a caminar sobre la tabla

Después de Miguel, llega su turno e intenta hacerlo lo mejor que puede aunque igual batalla un poco con el equilibrio y el ver hacia abajo con ese montón de vidrios donde podía caer, no ayudaba mucho.

- No teman a nada, salvo al miedo mismo comienza a alentar el sensei viéndola - Y a caer en metal y vidrio roto, asi que ¡No caigan!

El sensei Lawrence comienza a entregarles comida.

- ¿Quieren ganar? Deben tener hambre - dice mirándolos mientras les entrega pequeños trozos de carne seca - ¿Tienen hambre?

- ¡Si, sensei! - exclaman para después masticar la carne seca

- Bien - dice colocándose frente a todos - Ellos también - dice llevándose un silbato a los labios

Todos se ven levemente confundidos por el acto, pero todo cobra sentido cuando se comienzan a escuchar ladridos y aparecen dos perros enormes los cuales comienzan a correrlos

I See Red [Cobra Kai]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora