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1 año

-¡Feliz cumpleaños Nakumi!-dijeron los presentes en coro.

La mini pelirroja solo sonreía a todo el mundo inocentemente, probablemente ni siquiera era consiente de lo que estaba pasado, pero, le gustaba la atención que recibía, además su papá la cargaba. 

-Feliz cumpleaños mi pequeña tomatito-dijo Obito en un susurro a su hija.

Cuando terminaron de cantar el cumpleaños, todos los invitados se volvieron a sentar para esperar su pedazo de pastel, los niños pequeños siguieron corriendo, y Obito, bueno el se había alejado un rato con la cumpleañera. Necesitaban un momento a solas.

Padre e hija.

Obito miró los ojos de su pequeña y se volvio a perder en ellos, él seguía nervioso, ya había pasado 1 año, Nakumi tenía un año y aún no había podido afrontar la dolorosa verdad.

No quería que las palabras de la mujer que alguna vez amó sean reales, aún cuando existían pruebas.

No quería que un papel le dijera si él era el padre de Nakumi, no le importaba, y si era necesario ese secreto se lo llevaría a la tumba.

Porque Nakumi era hija suya, él fue quien la crío, él fue quien la cuido sin importarle nada, él fue todo lo que Nakumi necesitó y tuvo.

-¿Debo suponer que las lágrimas so de felicidad?- Obito se sobresalto ante la voz de su progenitor.

-Papá...

-Obito, mi niño ¿Qué es lo que tanto te atormenta?-pregunto con preocupación

Obito seguía en silencio, no quería decir nada porque sino diría todo, pero no podía mentirle a la persona que lo trajo al mundo, no quería hacerlo, así que solo se dedicó a mirar a Nakumi.

-Uchiha Obito, durante mi vida he sido capaz de muchas cosas, por más difíciles que fueran, pude hacer que mis hijos lleven mis apellidos sin importar el odio de la familia de tu padre, también fui capaz de casarme con él, ¿crees que me va a ser difícil lograr que mi hijo me diga la verdad?-habló con seriedad

Cuando los deditos de Nakumi tocaron su rostro, se sintió mejor, así que juntó el valor y soltó las palabras.

-Nakumi...

-¿Qué pasa con ella?-la preocupación se hizo presente en Madara, que observaba como su hijo empezaba a tensionarse.

-Nakumi no es mi hija....


𝓟𝓪𝓽𝓮𝓻𝓷𝓲𝓭𝓪𝓭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora