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Calma y tranquilidad

Madara observa con una sonrisa a su esposo e hijos jugar con Nakumi, se concentra en sus sonrisas y en el cálido sentimiento que hay en el lugar y sabe que todas las luchas que tuvo han valido la pena. Mientras observa como Nakumi trata de llegar caminando hacia Hashirama, se convence aún más de que todo lo que hace es por la protección y seguridad de su familia.

_Quiero que averigües todo lo que ha hecho esa mujer después de abandonar a mi nieta-Madara dirigió su mirada a su cuñado mientras le mostraba la foto de Nozomi. 

_¿Quieres que investigue a tu ex-nuera?- Tobirama miró con confusión al esposo de su hermano 

_Exacto, esa arpía cree que se ha salido con la suya escapando y sigue derrochando el dinero de mi hijo.

_Así que Obito no ha bloqueado las tarjetas-Tobirama observo a su sobrino y volteo nuevamente hacia su cuñado- Bien me encargaré de ella, cuando tenga la información te la mandaré.

_Perfecto, mientras tanto, quiero algo más-Madara miro con un sonrisa al peliblanco

_¿Hay algo más?

_Si, ¿sabes si Izuna tiene aún contacto con Kakashi?

Obito y Nakumi daban un tranquilo paseo por el pasillo de cuidado infantil cuando algo llamó la atención de ambos. Se acercaron con emoción y cuando lo vieron de cerca les encanto aún más. Después de todo era un adorable peluche de tomate. 

Cuando Obito procedió a tomar el peluche se dio cuenta de que alguien más lo había tomado, trató de que la otra persona dejará el peluche forcejeando, pero solo consiguió que la otra persona sujetara aún con más fuerza el peluche.

—Disculpe, ¿podría soltar el peluche?

—Lo lamento pero yo deseo el peluche para mi hija.

—Vaya, que lindo, pero yo lo necesito para regalárselo a mi hermanito.

—Es un muy lindo gesto, pero mi hija lo quiere, así que se lo compraré.

—Lo lamento por su hija, pero seré yo quien lo compre para mi hermanito.

—Y yo lo lamento por tu hermanito, pero yo se lo compraré a mi hija.

—Pues yo lo lamento aún más, pero yo fui quien tomo el peluche primero y me lo llevaré.

—Pues yo lo lamento mucho más, pero yo y mi hija vimos este peluche, lo tomamos primero y nos lo llevaremos.

Obito tomo con las dos manos el peluche, para jalarlo y quitárselo de las manos a la otra persona. Al lograr su objetivo, emprendió camino hacia la caja más cercana para pagar e irse de una buena vez. 

No le importo los reclamos que oyó atrás suyo y siguió su camino hacia la caja, pagó y se encaminó rápidamente a su auto. Una vez dentro precedió a regular su respiración y a mirar con felicidad y orgullo su gran hazaña.

—Logramos con éxito la misión y sin ningún rasguño ¿verdad Naku?

Obito miro a su hija que le respondió con una sonrisa y él contesto con una igual.

—Vayamos a casa con nuestro trofeo tomatito.

Arrancó el auto y se encamino hacia su hogar

—Ba-ba...

—¿A qué te refieres con "ya no hay más saldo en la tarjeta"?

𝓟𝓪𝓽𝓮𝓻𝓷𝓲𝓭𝓪𝓭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora