Parte 6

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Las primeras dos semana de convivencia no fueron nada fáciles.

Snape intentaba evitar a toda costa coincidir con Ron. La presencia de Hermione no le resultaba tan molesta pero intentaba también evitarla.

Terminó por establecer una rutina que le resultaba más o menos cómoda.

Se despertaba a las 6:30 de la mañana y se metía en el baño. Aprovechaba que la pareja seguía durmiendo para tomar una ducha y vestirse para comenzar el día.

A las 7 bajaba a la cocina y se preparaba un café con unas tostadas. Normalmente dejaba café hecho para cuando sus "carceleros" se despertasen. Desayunaba en un apacible silencio mientras miraba al jardín trasero y a las 7:25 subía a su habitación y se encerraba hasta que el pelirrojo se marchaba.

Por norma general, la pareja solía despertarse a las 7:30 de la mañana más o menos. Se duchaban por turnos y ambos bajaban a desayunar.

Snape les oía desde su cuarto mientras lo ordenaba, ventilaba y dejaba la cama hecha.

Sospechaba que habían puesto un hechizo silenciador en la habitación de matrimonio porqué en los días que llevaba allí nunca había oído ningún tipo de sonido proveniente de la estancia que estaba pegada a la suya... Internamente lo agradecía. No le apetecía nada oír a sus dos ex alumnos en actitud cariñosa.

Alguna mañana les había oído discutir. Normalmente el tema principal de conversación era él.

El pelirrojo se encargaba de dejar muy claro que no le quería allí. Hermione aguantaba estoicamente todos los ácidos comentarios de su prometido luchando con todas sus fuerzas para no entrar al trapo y no llevar más allá el conflicto.

Severus intentaba no escucharlos, a veces silenciaba su alrededor para no oír a la pareja si se comenzaban a gritar.

A las 9, el chico se marchaba y Hermione se quedaba en la planta de abajo recogiendo el desorden del desayuno.

Algunas veces Snape bajaba y se sentaba en el salón con un libro. No solían hablar de nada pero él notaba el aura triste y enfadada de su antigua alumna... No entendía porqué la chica aguantaba vivir con una persona que no le hacía la convivencia fácil. Siempre supo que Weasley era un inepto y que Hermione era demasiado para él y vivir con ellos no hacía que reafirmar sus pensamientos al respecto.

Uno de esos días, Lupin se presentó con su hijo mientras Ron estaba fuera.

Hermione subió a la habitación del profesor y le invitó a unirse a ellos para tomar un té pero él declinó la oferta. Ella estaba convencida de que no querría unirse pero de nuevo demostraba ser una anfitriona educada e intentaba incluirle en todo.

Vivir en una casa pequeña hacía que no hubiese demasiada intimidad y la conversación de la chica y el lobo subía por el hueco de las escaleras y llegaba directamente a sus oídos.

-¿Que tal va todo, pequeña?

-Bien, supongo... - ella suspiró con cansancio.

-¿Supones?, ¿Ha pasado algo?, ¿Snape se comporta?

-Sí, claro. Él no es el problema relamente... - dijo ella con pesar. - Ron está siendo un autentico grano en el culo estos días.

-¿Sigue si aceptar esto, no?

-Exacto. Nos pasamos el día discutiendo. Es insoportable. Me agota. - Snape detectó resentimiento en sus palabras.

-Bueno Hermione, en el fondo es comprensible. Has metido a otro hombre en casa...

-Lupin, por favor. - dijo ella medio molesta. - Es imposible que sea sólo un tema de celos y territorialidad.

-Te sorprenderías de lo que son capaces de hacer los hombres si se sienten amenazados. No te ofendas pero tu casa apesta a Snape. - ella arrugó la nariz en una mueca mientras miraba a su alrededor. - Tu no lo notas, ni él tampoco pero vuestras hormonas tienen una respuesta involuntaria a las feromonas de otro macho en el hogar familiar. A Ron le crean inseguridad e ira y a ti, pues no estoy seguro pero por tu olor diría que dudas y curiosidad.

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