••4•• Monstruo

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Katherine reía mucho, era una mujer bastante risueña y me agradaba.
Al llegar a restaurante, cada quien encargó su platillo y yo me encargué del buen vino de mesa.
La platica fluía en lo que esperábamos de comer, tenía una mirada interesante y ponía toda su atención en mi, mediante la platica. Hasta que por fin se nos dio tocar el tema de McCarthy.

—El es un "ex novio", si es que puedo llamarle así— dijo con desagrado en su cara— aun que en realidad nunca formalizamos pero la relación entre el y yo fluía como de novio a novia, así que fue una relación sin títulos. Fue un Monstruo conmigo, hizo conmigo lo que quizo, fue mi primera relación después de todo, tú sabes, primera ilusión, primer beso, primer todo. Realmente estaba enamorada de él, pero a la vez sentía que le avergonzaba porque siempre fue todo a escondidas, yo lo aceptaba la verdad, y se que estuvo mal, pero, ¿qué le puedes decir a una Katie de 16 años locamente enamorada?— contó en brevedad mientras yo le escuchaba atento.
—¿y qué pasó después?, ¿siguen en una relación?— pregunté un poco inquieto
—Por supuesto que no, hace más de un año que no tengo nada que ver con Peter, pero el sigue de insistente en hacerme berrinches si me ve con alguien más, como si el no hubiera formalizado su noviazgo ya, porque con la otra si formalizó— repuso bastante molesta, refiriéndose con coraje a la "otra", quien supongo era Sara de quien hablaba con tanto rencor.
—¿Tiene novia?— dije haciéndome el desentendido.
—Si, con el pretexto de que sus papás lo estaban forzando a estar en esa relación porque era su mejor amiga de la infancia, te lo juro que me pegó bastante, y aún así accedí seguir saliendo con el tomando el puesto de la querida. Te lo juro que hablo de esto y siento un poco de repudio hacia mi— dijo ella. Se veía que realmente le dolía lo que había pasado con McCarthy, sin embargo, la información que me estaba proporcionando me confirmaba cada vez más mi teoría hacía ese hombre.

—No deberías de sentirte así contigo misma, todos tenemos errores y aprendemos día con día de ellos. Así que ya, cambiemos de tema y mejor platícame de ti. ¿Que haces?, ¿a que te dedicas?— pregunté
—Tengo una florería, es negocio propio y me dedico a atenderla y estar a cargo de ella, no es un negocio muy grande a comparación del tuyo pero puedo decir que me va bastante bien. Me encantan las flores y diseñar arreglos. El hecho de trabajar para una buena intención me llena de orgullo— dijo ella cambiando su semblante de coraje por felicidad en un santiamén, —me parece un excelente negocio, deberías de decirme la dirección, a mi madre le encantan las flores, ella las planta en el jardín de la casa, me gustaría darle un arreglo cuando venga a visitarme, o sea mañana, ¿crees posible hacerme un detalle para mi madre?— pregunté. Realmente me nacía darle la sorpresa a mi madre, y de parte también invitar a la inauguración a Katherine. —claro que si, yo puedo hacerle el arreglo que más te guste y llevarlo hasta tu casa—exclamó en respuesta, —pues excelente, después nos ponemos de acuerdo, por ahora sígueme hablando de ti.

La noche pasó y sin querer eran las 11:30, ya habíamos acabado con nuestra cena y el cansancio caía en mi cuerpo. Me dispuse a pagar la cuenta y manejé a casa de ella mientras seguíamos platicando y riendo.
Al estacionarme frente a su casa, Kat me invitó a pasar pero me negué al saber que ya era tarde y el sueño me estaba matando.

—Solo un rato, no pasa nada, platicamos un ratito y te vas— insistió, a lo cual no me pude negar.
Al entrar me invitó a sentarme en su sala, ofreciéndome un trago.

—No tomo alcohol cuando manejo, enserio, pero gracias— dije
—Está bien, yo si voy a prepararme uno— respondió ella mientras servía hielo en un vaso de vidrio y lo llenaba de ese líquido
—¿y tomas así, en tu casa?— le cuestioné tratando indagar un poco más, —si, mis papás no están así que no hay problema con eso por ahora— contestó sentándose a un lado de mi mientras se quitaba sus tacones con sus propios pies para después acomodarse sobre sus piernas el sillón tomando un trago largo.
—Me agradas mucho, me haces sentirme en confianza, yo creo mucho en las vibras y siento que la tuya tiene mucho encanto, y magnetismo, presiento que eres un hombre hecho y derecho— expreso mientras me analizaba lentamente de pies a cabeza, —no sabía que fueras vidente, pero tú también me estás empezando a caer muy bien— comenté para después ver cómo se acercaba mirándome fijamente a los ojos, como si analizara cada parte de mi cara —tienes unos ojos muy claros, muy bonitos, un verde muy peculiar, y tu cabello dorado rizado, tienes facciones muy atractivas— decía con delicadeza mientras su aliento a alcohol pegaba contra mi cara, sinceramente algo dentro de mi sentía una tensión sexual, y no sabía si ella estaba provocando esto adrede o solo eran ideas mías.
Y como si pudiera leer mis pensamientos, con una sonrisa se alejó completamente de mi cara quedando del otro extremo del sillón dando un enorme trago de su vaso.
—Pero cuéntame, tú debes de tener algún desamor también, me gusta mucho indagar ese tipo de pasado en las personas, ¿qué me puedes decir tú?— preguntó.
—¡Eres bastante perspicaz eh!, jajaja, pero obviamente me han roto el corazón, sino, ¿qué sentido tendría estar vivo?, pero lo mío es de hace más de un año, si a caso dos— comenté un poco nervioso, tenía bastante sin comentar el tema, y para ser sinceros, lo evadía hasta olvidarlo.
—Ajá... ¿y qué pasó?— exclamó inquieta— pues digamos que me enamoré de alguien, fue una mujer muy importante en mi vida ya que estuvo en momentos muy fuertes de mi vida como la pérdida de mis dos abuelos, tanto maternos como paternos, también en crisis de mi familia y la verdad es que creí que era una compañera leal, tenía absolutamente todo lo que buscaba que hasta superaba mis expectativas y más, tanto físicas como en su forma de ser, era casi irreal para mi, la adoraba de una manera auténtica— comenté abriendo mi corazón y exhalando un poco— hasta que un día le pedí matrimonio, pedí su mano en casa de sus padres, planeamos la boda y nos casamos.
—¿Estuviste casado?— dijo mientras se paraba del sillón— !espérame, necesito otro trago!, esto se pone interesante— comentó entusiasmada por la historia. Se hizo su trago rápidamente y se acomodó aún más cerca de mi— ¡ahora si, sigue, sigue!— insistió.
—Pues duramos casados seis meses hasta que un día llegué a nuestra casa de imprevisto después de un viaje largo de trabajo, y la encontré en mi cama, con mi mejor— le solté la información lo cual hizo que abriera sus ojos y ase ahogara un poco —Damn, no esperaba eso— dijo.
—Evidentemente nos divorciamos, y poco después me enteré que estaba esperando un hijo, tuve que esperar nueve meses para someternos a una prueba de paternidad y al saber que no era mío pude continuar con el proyecto aquí en Épernay, y ahora 1 año después estoy aquí. La terapia me sirvió bastante si te soy sincero, fue un golpe muy bajo para mi, perdí a dos figuras muy importantes en mi vida y saber que ellos formarían la familia que siempre quise, me destrozó por completo— la verdad poder contarlo con alguien me liberaba un poco más el pequeño peso emocional que el recuerdo todavía traía a mi sentir, sin embargo, podía admitir que estaba totalmente superado, más sin embargo era un trauma que iba cargar con el toda mi vida, y solo yo sabía si manejarlo e ignorarlo o seguir dañando mi mente con coraje y rencor. Y solté.

— ¡Wow!, no me imaginaba que hubieras pasado por tanto, ni si quiera me pasaba por la cabeza de ti estando casado. La verdad que lo siento mucho, pero al menos te pudiste desvincular de eso y lo superaste— dijo mientras me daba un abrazo lo cual me puso de cierta forma un poco nervioso.

La noche pasó y la platica se extendió hasta dar la 1 a.m, con apresuro me despedí yéndome a casa para descansar un poco pues el día sería muy atareado por la apertura del restaurante.

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POR LA MAÑANA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora