II

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Mientras los tres amigos se dirigían a el desarmadero de autos, un moreno y su mejor amigo estaban lamentandose de sus vidas.

— ¡Es qué no entiendo porqué se enoja! —habló confundido el moreno mientras pasaba fuertemente su mano contra su rostro.— Solo le dije qué no quería ir a casa de Will y ya.

— Creo qué debería entenderte, Will lo único qué quiere hacer es jugar calabozos y dragones desde qué volvió. —dijo burlonamente Mike, ganándose una mala mirada por parte de su novia.— Lo siento pero es la verdad.

— Deberían entenderlo, perdió la mitad de su infancia en el Otro Lado, tal vez y solo quiere ser su amigo nuevamente. —alzó sus hombros Jane, sin darle mucha importancia al tema.—

— Es qué ya somos adolescentes, no estamos para aguantar las niñerías de un chico traumado. —el bufido de Mike se escuchó fuertemente, mientras se acostaba en el sofa.—

— Exacto, no entiendo cómo hace Max para estar con él todo el tiempo.—Lucas frunció levemente el ceño, tomando de su lata de nuevo.—

— Tal vez se la pasan besándose. —dijo burlonamente la castaña, ganándose un pequeño golpe en el hombro por parte de Lucas.—

— Cállate qué me empezaré a poner celoso.


— Dustin, te explicas para el carajo. —la voz estresada del castaño hizo sacar una risa de la pelirroja y un bufido del ruludo.—

— A ver, vamos de nuevo. — Henderson colocó a su amigo en el medio de todos los autos oxidados, para luego salir corriendo a una considerable distancia y gritarle desde ahí.— ¿Con cuál gema quieres empezar?

— Con la del poder, destruir cosas es más fácil. — gritó su respuesta el menor mientras se cansaba de repetir lo mismo.—

— Bien, cierra los ojos y concéntrate en tu respiración. —Cuándo vio qué su amigo le hizo caso, prosiguió.— Ahora, siente la gema en tu rostro y deja qué todo su poder se extienda por tu cuerpo.

Luego de unos segundos de espera, la pelirroja le señaló al ruludo, cómo de la gema en el rostro del chico, comenzaron a salir pequeños hilos violetas qué conectaban sus ojos a las puntas de sus dedos de las manos.

— ¡Genial! Genial, sigue así.—habló rápido el chico mientras movía nerviosamente sus manos.— Ahora, visualiza en tu mente qué quieres hacer con tu poder, y cuándo te sientas listo y tengas todo visualizado, solo mueve tus manos o chasquea los dedos.

Pasaron dos minutos sin qué nada ocurra, la pelirroja tenia la mano cansada de sostener la cámara con la qué grababa y el chico mordía nerviosamente sus uñas.

Hasta qué vieron cómo el chico abrió sus ojos, los cuales brillaban en un brillante color violeta, y levantando levemente su mentó, movió sus manos hacia adelante provocando qué todos los autos y chatarras qué se encontraban delante de él salgan expulsados fuertemente al aire, haciéndose añicos en el transcurso.

— ¡Aah, mierda mierda! —gritó asustado y agudamente el chico mientras se tiraba al piso cubriendo su cabeza.—

— ¡Genial, Willy! —la voz de la chica se hizo escuchar después de su shock inicial, aún sin soltar la cámara con la cuál grabó todo.—

— Me siento un poco mareado. —dijo con una mueca el castaño, mientras frotaba sus cienes.— Oh, lo siento Dustin, no fue mí intensión asustarte.

Apesar del tono burlón en la voz del castaño, el ruludo le sonrío así se tranquilize y dio palmadas en su hombro.

— No te preocupes, hermano, lo hiciste espectacular, más tarde  seguiremos practicando, debo volver a casa. —habló viendo el reloj en su muñeca.— Después de almorzar sí desean nos encontramos aquí de nuevo.

— Por mí no hay problema. —se alzó de hombros la pelirroja.—

— Lo mismo digo. —estuvo de acuerdo el castaño.— Ahora debo buscar a Jane para volver a casa, sino mamá me regañara por volver sin ella.

— Te acompañamos.


— ¿Quién será? —dijo Mike con voz quejosa, mientras se levantaba a abrir la puerta de su sótano.—

— Seguro Will ya vino a buscarme. —habló Jane mientras tomaba sus cosas.—

— ¿Es tu niñera acaso? —la voz burlona del moreno se hizo escuchar mientras Mike abría la puerta, dejando ver a dos castaños y una pelirroja.—

— Jane, debemos irnos, ya es hora de comer. —habló Will, con un rostro serio y un poco incómodo al sentir la mirada del pelinegro sobre él.—

— ¿Qué carajos tienes en el rostro? —la voz burlona de Mike no se hizo esperar.—

— Son las mejores gem- ¡Oye, sí me dolió! —Dustin fue interrumpido por una patada en su pierna, propinada por cierta pelirroja qué lo veía haciéndole señas a qué se calle.—

— ¿Qué? ¿Ahora también eres un marica? —Mike y Lucas explotaron a carcajadas después del comentario de este último, quién se ganó una mirada bastante molesta de su novia.—

— Sí, soy tremendo marica. —dijo sarcásticamente Will, haciendo qué ambos chicos se callen y se vean entre sí.— En fin, adiós.

Cuándo Will y Jane se fueron, los cuatro amigos se vieron entre sí, mientras una pelirroja estaba cruzada de brazos molesta.

— ¿Enserió te molestaras por eso? —rompió el silencio el moreno mientras veía a su novia.—

— ¡Claro qué me molestare! No puedes hablarle así a tu amigo.

— Él no es nuestro amigo. —salió a la defensiva el pelinegro, con el ceño fruncido.—

— Pues, solía ser tu mejor amigo. —habló el ruludo extrañado.—

— Eso fue cuando teníamos ocho, Dustin. —dijo exasperado el moreno.— Ya somos adolescentes, crecimos.

— Pues, solo les crecieron las piernas aparecer, porqué siguen siendo igual de idiotas. —la pelirroja suspiró enojada, apoyándose sobre el marco de la puerta.—

— Qué romántica tu novia.—se burló el pelinegro.—

— Cállate.

— Les recomiendo no hacer enojar a Will, o los hará volar en miles de pedazos. —el ruludo habló exasperado, moviendo sus manos bruscamente.—

— ¿Qué puede hacernos ese enano? —rieron ambos chicos cuando el ruludo castaño y la pelirroja ya se fueron.—


















𝓭𝓲𝓼𝓽𝓲𝓷𝓽𝓸 ●willmax●Donde viven las historias. Descúbrelo ahora