XVIII

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Peter apenas entró a la casa de los Wheleer, se ganó una preocupada mirada de una tierna Holly qué jugaba con unos carritos de juguete, por lo tanto ella se acercó a él rápidamente colgándose de su camiseta.

— ¿Pet, por qué lloras? —preguntaba la niña.— ¿Algun malo te hizo llorar?

— Oh, bebé, claro qué no, nadie malo me hizo llorar. —forzó una sonrisa.—

Cuándo logró calmar a la pequeña rubia, subió rápidamente a la habitación de invitados, comenzando a guardar todas sus cosas con enfado.

No le sorprendía qué Tony haya dicho esas cosas, simplemente le decepcionaron ya qué había pensado qué esa faceta había sido dejada de lado, sin embargo se equivocó.

Siempre tuvo una gran inseguridad a la hora de ser parte de los Vengadores, apenas entró todos los superheroes qué formaban parte del grupo lo rechazaron, diciendo qué era tan solo un niño inmaduro qué no estaba preparado para todo lo qué ese trabajo implicaba, palabras qué antes había oído por parte de Tony aunque nunca imaginó, o mejor dicho tenía la esperanza de qué Tony nunca sea capaz de decirlas.

Aunque nuevamente se equivocó.

Estaba acostumbrado a equivocarse seguido por ser amable y confiar demasiado en las personas, Happy, Steven y Tony eran los primeros en regañalos y decirles cuanto les decepcionada la forma en la qué él actuaba, pero estaba su tía May para decirle qué no, qué él actuaba bien pero era culpa de las demás personas por sus malas intenciones.

Mientras cerraba su bolso con ropa, escuchó unos golpes en la venta, haciendo sobresaltarse, hasta qué vio qué era Stark con su traje, excepto con la parte de la cara, pidiéndole permiso con la mano para entrar.

Solo suspiró, haciendo qué una telaraña salga de su muñeca para poder abrir la ventana, dejando a Tony sorprendido.

— No sabía qué podías crear telarañas sin la pulsera.

— La usaba solo por formalidad.

Ante el cortante tono de Peter, el adulto solo suspiró adentrándose a la habitación mientras se deshacía de su traje, al estar ya adentro, se paró del lado contrario de la habitación, donde el adolescente acomodaba la cama.

— Y-yo, eh, cómo decirlo? —empezó a divagar.— Es complicado.

— No estas forzado a decir nada, solo vete.

Stark se sorprendió por el tono qué el chico utilizó con él, ya qué nunca le había hablado de forma grosera o faltandole el respeto, sin embargo no le tomó importancia y siguió hablando.

— M-me equivoqué con todo lo qué dije, estuvo mal. —vio cómo el chico dejó de moverse, y suspiró para seguir hablando.— Yo no estoy acostumbrado a pedir perdón, o admitir mis errores, pero tu te lo mereces ya qué sé qué solo eres un adolescentes tratando de ser suficiente para los demás, excepto para ti mismo.

El chico subió su mirada hasta Tony, quien con una mueca se acercó a él y colocó ambas manos en sus hombros torpemente.

— Yo me preocupo demasiado por ti, Parker, eres solo un niño qué no merece vivir cómo vive, qué no merece luchar por un mundo el cual tanta veces le dio la espalda, sin embargo nunca te rendiste y lo seguiste haciendo. —tranquilizó su agarre, y dio pequeñas palmadas.— Yo te quiero, te quiero cómo sí fueses un hijo adoptivo idiota qué tengo qué andar cuidando de todos y de todo, pero qué siempre termina salvandonos el culo a todos, siempre eres el haz bajo la manga cuando lo necesitamos, cuando los Vengadores te necesitamos, cumples un rol igual de importante qué los demás, Peter, por eso te pido qué aceptes a volver ser parte de los Vengadores, y también qué perdones a este cretino idiota qué tienes cómo mentor.

𝓭𝓲𝓼𝓽𝓲𝓷𝓽𝓸 ●willmax●Donde viven las historias. Descúbrelo ahora