𝓭𝓲𝓼𝓽𝓲𝓷𝓽𝓸 ●willmax●

V

— Buenos días. —dijo una somnolienta pelirroja mientras entraba en el comedor de los Byers.—

Al poder fijar su vista nuevamente, pudo ver a un Will sonrojado y con cara molesta viendo a Jonathan quién tenía una sonrisa burlona mientras le servía el desayuno.

— Buenos días, cuñadita. —la voz de Jonathan fue cantada mientras veía a la pelirroja sonrojada centarse.—

— ¿C-cuñada? —la chica vio a Will confundida, pero este solo negó con su cabeza en signo de resignación.—

— Jonathan, ya te lo dije, miles de veces. —la voz del chico sonaba cansada.— No somos novios.

— Pero podríamos serlo.

— Pero podrían serlo.

Después de esto, todos se quedaron callados, sin embargo fue interrumpido por una carcajada del mayor.

— Te lo dije, hermanito. —dio una amistosa palmada en su hombro, al mismo tiempo qué tomaba su mochila y se dirigía hacia la puerta.— Bien, me voy con Nancy, adiós niños.

El silencio qué se produjo después de la salida del mayor no fue incómodo, solo era cada uno perdido en sus pensamientos. Sin embargo el chico rompió el silencio.

— Llamé a Dustin así venga, no hay nadie en casa y podíamos practicar aquí. —dijo en casi un susurro el castaño mientras se acercaba a la chica y acariciaba su cabello, desenredando los pequeños nudos con sus dedos.—

— Me parece bien, pero estas seguro? —levantó un poco su rostro para poder verlo con una sonrisa burlona.— Puedes dejar tu casa en los años 3.000 por accidente.

— Correré el riesgo supongo. —soltó una pequeña risa mientras se agachaba un poco para besar su mejilla.—

Luego de limpiar los platos, se sentaron en el sofa viendo televisión esperando a qué Dustin llegase. Esperaron unos veinte minutos cuándo escucharon cómo tocaban la puerta, y el castaño fue directo a abrirla dejando ver a un pelinegro, un moreno y una castaña.

— ¿Qué hacen aquí? —preguntó el menor dejando entrar a los tres adolescentes.— ¿No venias a la tarde?

— ¿Y qué hace ella aquí? —le devolvió la pregunta la castaña viendo a la pelirroja quién miraba despreocupada todo desde el sofa.— Y no necesito permiso para venir a mí casa.

— Se quedó a dormir. —contestó simple el menor mientras se volvía a sentar al lado de la pelirroja.—

— ¿Dormiste con él en lugar de ir a encontrarte conmigo? —la voz indignada y enojada del moreno se escuchó más fuerte mientras entraba el ruludo por la puerta.—

— Obvio, prefiero estar con él a estar contigo. —contestó simple la pelirroja, acostándose  en el pecho del menor.—

Luego de este comentario, la chica y su ex novio comenzaron a pelear nuevamente. Entre gritos e insultos, la pareja del pelinegro y la castaña se fueron a la habitación de la última.

— ¿No deberíamos pararlos? —le preguntó el ruludo a su mejor amigo, en un susurro.—

— Creo qué necesitan descargarse. —se encogió de hombros restandole importancia mientras acariciaba el cabello de la chica qué nunca se movió de su lugar.—

Después de unos diez minutos de estar gritándose, la pelirroja se levantó demasiado enojada y se fue hasta el moreno empujándolo. Sus dos amigos al ver esto fueron hasta ella alarmados.

— ¿Acaso no lo entiendes, Lucas? —la chica estaba gritándole en la cara al chico, el cuál sólo optó por encogerse en su lugar.— ¡Ya no te quiero! —lo empujó hacia atrás.— ¡Ni quiero estar con un imbécil cómo tu!