Capítulo 19. Festividades pt. 1/3

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Jueves, 24 de diciembre, 2015.


―Creo que en este momento Mónica ya sabrá algo ―soltó Raquel, después de un tramo de silencio. Refiriéndose al embarazo o a su relación. Iban en camino a casa de ella y de Daniel para celebrar la Nochebuena y por ende, Navidad.

―¿Por qué lo dices? ―preguntó Sergio, apartando la mirada del camino por un segundo para poder verla.

―Bueno, vamos un poco tarde ―alzó las cejas, mirando el reloj del coche y continuó―. Y... sí Andrés se ha ofrecido a hacer la cena, él seguro ya debe estar ahí ―apretó los labios. Sergio volvió a mirarla sin entender aún su punto―. Que lo más lógico sería que tú ya estarías ahí también, con él.

―No necesariamente ―pensó en voz alta.

―¿Ah, no? Pero sí es a él a quien vienes a ver, ¿A qué venías a Madrid cada vacación sino? ―preguntó Raquel, retándolo.

―A verte ―asintió este.

―Ojalá ―rio Raquel.

―Pero casi nunca coincidía ―continuó.

―Que va ―rodó los ojos y miró hacia la ventana.

―Aunque no lo creas, ¿eh? ―tomó su mano, llamando su atención nuevamente―. Que siempre tenía una pequeña ilusión de que quedaran en alguna vacación, pero nunca podías.

―Pues la realidad era que nuestras vacaciones nunca coincidían. Lo que para ti eran vacaciones, para mí seguía siendo una época más. Así desde que salí de la facultad ―rio levemente.

―Alicia se tomaba su trabajo en línea mientras íbamos de pueblo a pueblo. ¿No cuenta cómo vacación?

―Bueno sí, pero es decisivo.

―Por eso, pudiste haberte pegado con nosotros a algún viajecillo ―agregó.

―Ya, pero nunca me invitaron.

―¿Acaso hacía falta alguna invitación? ―le sonrió de lado.

―En realidad no ―admitió Raquel, riendo levemente.

―Eran buenos amigos ―carraspeó, pensando si debió hacer aquel comentario. Raquel asintió y le devolvió el gesto, mirándolo.

Sergio aparcó el coche y volteó a verla, asintiéndole con la cabeza, indicándole que cuando estuviese lista, podrían bajar. Raquel se fijó que el coche de Andrés estaba ahí, por lo que seguramente, sí este no había dicho nada aún, Mónica estaría con preguntas en la cabeza. Como ¿Por qué Sergio no ha llegado con él? ¿Con quién más estaría? O ¿Por qué ella no habría llegado?

Suspiró y asintió, indicando luz verde para bajarse. Traía una ropa bastante abrigada, que lograba disimular su tripa, pero no lo suficiente como para pasar desapercibido. De igual forma, Raquel sabía que había llegado el momento de soltarlo a la luz. Esta tenía la costumbre de entrar por la puerta de servicio de aquella casa, por lo que inconscientemente se dirigió hasta ahí, pasando por el garaje. Sergio la seguía por detrás, con un plato de aquel postre que Raquel solía hacer para las Navidades, mientras ella cargaba bolsas de regalos. Conforme se iban acercando, empezó a escuchar las voces tan familiares de siempre. Se detuvo, provocando que chocara su espalda ligeramente con el plato de los postres, a este no le había dado tiempo de frenar ante su reacción tan espontánea. Se volteó y murmuró un "Perdona" en lo que él negó, indicándole que no pasaba nada. Se giró nuevamente para poder acceder por aquella puerta, que daba a un pequeño vestíbulo. La cocina estaba a un costado, por lo que entró directamente y sonrió al ver a su amiga, platicando con Andrés, mientras acomodaban un par de cosas en la meseta. Mónica miró a su amiga con sorpresa, pero aún más a su acompañante. Sabía que vendría, pero no que llegaría con ella. Igual se lo pudo haber pensado, pero nada como confirmar aquellas sospechas.

De septiembre y para siempre | Serquel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora