Capítulo 7. Perdón

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"Human" de Christina Perri.



lunes, 28 de septiembre, 2015.


Raquel estaba bajando las escaleras cuando escuchó que llamaron a la puerta. Se devolvió en sus pasos para tomar una sudadera de su habitación, pues aún no le había dicho a nadie sobre su embarazo. Se la puso y bajó nuevamente.

Ayer había ido a visitar a su vecina y le había regalado algo de postre que había hecho. Raquel le dijo que le devolvería el tupper donde se lo había dado y se pensó que sería ella. Se iba a disculpar porque en realidad aún no se lo había acabado, por eso no lo había hecho. Se mordió el labio, apenada, yendo hacia la entrada.

Abrió la puerta y quien menos se esperaba en aquel momento, estaba frente a ella.

Sergio parpadeó temeroso. La observó de los pies a la cabeza, y de regreso. Ella hizo lo mismo. Estaba vestido con su traje y corbata, parecía recién salido del trabajo, así la había ido a buscar aquel día que llegó a Barcelona. Era lunes. ¿Qué hacía ahí si mañana también tenía trabajo?

Él fijó su mirada en su vientre que no se veía. Le alzó la sudadera sin preguntar y ahí estaba, un poco más abultado que la última vez que la había visto. Raquel le miró, confundida. Este suspiró profundo, mientras volvía a bajarle la prenda. Tragó saliva y miró hacia la nada. Segundos después, volvió a verla, ladeó la cabeza al mismo tiempo que apretaba los labios y bajaba la mirada, soltándose a llorar.

Raquel se desconcertó, quedándose quieta. Aquel hombre, estaba siendo vulnerable ante ella, una vez más, pero más intenso. Pudo incluso notar que se destensaba al ver que todo estaba en orden. Esta, al verlo de esa manera, por el bienestar de un bebé que no había sido deseado y por ella, que le había partido el corazón anteriormente, le pareció una locura, por lo que se le abalanzó en un abrazo. Este la rodeó por completo y enterró su cara entre su cuello. Estaba hasta cierto punto, sorprendido, pero agradecido de que lo haya recibido de tal forma. Después de unos minutos, este posó una mano en su cabeza y la deslizó, para acariciarle el cabello.





domingo, 27 de septiembre, 2015.

6:03 pm


Además de darse el espacio que necesitaba para pensar la situación, también era para enfocarse en el trabajo, pues se acercaban los exámenes de sus alumnos y él también debía prepararse. De por sí había dejado de estar mucho tiempo con Serena, debido a que ese nuevo semestre, tras volver de las vacaciones, la mayor parte de clases que daba, eran en la mañana. Algunas por las tardes y noches, pero, aun así, no le daba el tiempo de ir a entrenar con ella como antes. Así que mantuvieron una cierta distancia, y evidentemente, comenzó a sentirla, pero se dio cuenta que no era tan grave como parecía. Su mente estaba ocupada, con el trabajo... y Raquel.

"No quiero que pienses que no me importas, Raquel. Pero si he dejado de insistirte fue porque sé que necesitabas tu espacio, así como yo también necesitaba el mío. Lamento mucho haber provocado que te fueras cuando apenas llegabas, no era mi intención, aunque lo pareciera. Arruiné todo sin siquiera habernos dado la oportunidad. Me gustaría saber por lo menos cómo estás." domingo, 6:07 pm

"Cómo están, mejor dicho." domingo, 6:08 pm

"Estoy bien." lunes, 7:54 am

Ignoró la pregunta dirigida para ambos seres ―ella y el bebé que crecía en su interior― para contestar en singular.  El pánico inundó su corazón. Este releyó aquel mensaje. Dos simples palabras, que lo dejaban estático. Tenía miedo de que Raquel haya tomado una decisión errónea.


De septiembre y para siempre | Serquel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora