Después De La Misión : Un Breve Descanso.

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-¿Próxima vez? -Pregunto Sylar con sorpresa y agrego-Entonces usted me permitirá acompañarla en otros viajes, a pesar de no ser de gran ayuda.



-Eso es obvio-La adalid le contestó a su nuevo compañero y agrego-Y eres de gran ayuda, después de todo solo te falta experiencia y seguridad.



-Muchas gracias por su amable palabra, señorita Inanna-Agradeció el joven Sylar y agrego ya más contento por las palabras que había escuchado de aquella bella joven-Yo... yo seré el mejor curandero de todos, para usted.



La joven le sonrió al chico y le dijo que contaba con eso, luego decidieron proseguir hacia la aldea para dar aviso del cumplimiento de la misión, cuando llegaron frente a la mansión la joven Inanna le pidió a Sylar, que esperase afuera, el chico accedió a esto y la joven guerrera pudo entrar a la mansión del alcalde. La chica al esta adentro de la residencia se dirigió al escritorio donde se encontraba trabajando el dirigente de la aldea.



-Puedo pasar-Inanna toco la puerta para que se escuchaste que había llegado y agrego-He cumplido la misión.



-¿En serio que la has cumplido?-La voz del alcalde se escucho sorprendida, y alegre exclamo-Claro que puedes pasar señorita Inanna, hija de la diosa Rosefire.



La joven guerrera entró a la sala de trabajo del dirigente del lugar y para dar fe de su acción, sacó de una bolsa de cuero la cabeza del líder, la cual había cortado antes de salir de la cueva, y la puso encima de la mesa. El alcalde sorprendió y un poco asqueado, dejó sus pergaminos a un lado para que no se manchara con la sangre que un goteaba del macabro trofeo, y observó la cabeza con detenimiento, y comprobó que era la cara del bandido.



-Entonces es verdad, lograste derrotar a los bandidos-El alcalde miró asombrado la cabeza y agrego-En todo caso puede quedarte con ese macabro trofeo.



-Era para demostrar que cumplí mi misión-La joven guardo la cabeza en la bolsa y luego agregó-Espero que cumpla lo prometido, tranquilo, no exige recompensa alguna, ya que he tomado varias objetos valiosos de la guarida de los bandidos y con eso me basta, pero me gustaría pedirle algo.



-Le doy las gracia por no exigir tanto a esta aldea, y si mandate a construir ese altar a su madre, la diosa Rosefire-El alcalde le dijo a Inanna y le pregunto a la joven-Entonces, ¿que quieres pedir? , ya que has ayudado mucho a esta aldea pide lo que quiera, y te será concedido, siempre y cuando este dentro de nuestras posibilidades, claro está.



Inanna le preguntó al alcalde por alojamiento gratuito en la aldea, el dirigente del lugar, encontró que la petición de la chica, estaba dentro de lo razonable, así que le entregó a la chica un pequeño pergamino, que le permitía tener alojamiento gratuito. Inanna tomó con agrado el pergamino y luego tomó la bolsa. La joven se despidió del alcalde y se fue de la habitación, y al salir de la mansión se encontró con Sylar, que esperaba a un lado de la residencia.



-Vamos a una posada-Inanna le comento a su compañero y agrego-Necesito un baño y descansar.



-B... bien-Le contesto con timidez el joven curandero.



Los dos se dirigieron a la posada de la aldea, en aquel lugar la joven guerrera mostró aquel pergamino que le permitía estadía gratuita, la encargada de la posada examinó aquella identificación y luego le dijo a la joven que estaba todo en orden.

Los dos se dirigieron a la posada de la aldea, en aquel lugar la joven guerrera mostró aquel pergamino que le permitía estadía gratuita, la encargada de la posada examinó aquella identificación y luego le dijo a la joven que estaba todo en orden

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-Tenemos la mejor pieza para ustedes-La posadera le comento a la chica y agrego dandole la llave de aquella habitación-Aunque es solo una cama y es doble plaza.



-No da mucha importancia, nos podemos adecuar a esa situación-Inanna le contestó a la recepcionista, y luego miró al joven que la acompañaba-Entonces descansemos durante el resto del día.



El joven Sylar estuvo de acuerdo con su compañera, así que la siguió hacia el cuarto, pero al entrar observó que sólo había una sola cama y está era de dos plaza.



-Este... señorita, ¿a dónde dormiré yo? -De repente surgieron dudas en la mente de aquel muchacho.



-Conmigo-La adalid le contestó al chico con una sonrisa coqueta y agregó mientras se quitaba su armadura-En estos momento, esta volviendo a subir mi lujuria, es un tipo de maldición que me impuso mi madre, esto con el objetivo de hacerme más fuerte, el problema es que cuando tengo mi lujuria alta... bueno digamos que me vuelvo loca, y hago cosas fuera de lugar, así que necesito saciar mi lujuria.



La joven Innana se quito la parte inferior de su escaza armadura, se acercó a un nervioso Sylar, que trago saliva al ver el cuerpo desnudo y bien atractivo, que tenía su compañera. Innana sonrío de manera pícara al ver el comportamiento vergonzoso que tenía su compañero, para ella aquella forma de ser del curandero, le atraía de una grata manera, tal vez era porque de alguna forma aquel chico le recordaba a ella, en su vida anterior, esa aburrida que tenía antes de que fuese convocado, y cuando tenía aquel débil cuerpo.



-Me encanta cuando te pones nervioso, hace que mi corazón lata a mil por hora-Innana le susurro a su oído con una voz seductora y luego observó abajo, y se dio cuenta que el miembro viril de su compañero estaba recto-Veo que también, te encanta estas cosas.



-No es eso, es que... bueno... -Sylar al fin hablo, pero no sabía que contestar en aquellos momentos, en su cara se podía ver un fuerte sonrojo.



-Te vez tierno-Innana bajo su mano hacia la entrepierna de su compañero, para bajarle los pantalones y sacar su miembro viril, el cual toqueteo con una cierta ternura-Déjame que yo te ayude con esto, después de todo yo fui que te causó tal erección.



Innana manoseo el erecto miembro viró de su compañero, la chica sintió como este palpitaba, ya que quería derramar su primera carga, el curandero no pudo más que soltó algo de líquido seminal en las manos de Innana, la cual con una sonrisa lamio aquel líquido y lo encontró delicioso. La chica le sonrío a su compañero, tal vez en un tiempo pasado la adalid fuese un hombre, pero ahora ya había asumido su nuevo género biológico como mujer, así que disfrutar del miembro de Sylar, no le causaría vergüenza alguna.



La chica se agachó hasta quedar a la altura del miembro de su compañero, entonces de nuevo manejo aquella barra orgánica, y antes que volviese a flaquear comenzó a causar una nueva reacción de erección en el pene de su compañero. Cuando vio que ya estaba grande y grueso, la joven comenzó a chupar aquel pene, ella no sentía culpa alguna ya que su cordura dependía de estos momentos.



-Por Algún razón me hace sentir maravillado-Sylar había pasado de un estado de asombro a uno de éxtasis total- Voy a correrme, señorita.



-Tranquilo, yo me tragare la cantidad que salga-La joven le dijo al chico, mientras seguía con su labor de utilizar su boca para juguetear con el pene de su compañero.



Entonces el chico se corrió adentro de su boca, y Sylar se trago aquel semen, para ella ese líquido fue un festín, después de eso y para evitar que el pene de su compañero volviese a languidecer, la chica empujó a Sylar hacia la cama y comenzó a meter el pene de su compañero en su vagina, acción que volvió a repetir una variedad de veces, hasta que después de algunas horas y de varias corridas, ambos cayeron en la cama cansados por el agotado ejercicio del sexo.



Era media noche cuando la joven adalid abrió sus ojos, y observó que su compañero estaba durmiendo, abrazado a ella, la chica se sentía muy reconfortado al sentir que aquel chico le abrazaba, así que no le quiso despertar. La joven aprovecho para invocar el menú y observar como estaba su lujuria, se dio cuenta que esta estaba controlada, y que estaba a un nivel bajo, eso le tranquilizó, ya que no podía pensar muy bien si la tenía muy alta.



Entonces la adalid aprovecho para averiguar más sobre las habilidades de su compañero, se dio que aunque Sylar estaba aún nivel bajo, tenía un gran potencial para subirlo con rapidez y realmente necesitaba aún curandero, ya que no podía depender todo el tiempo de sus propias habilidades curativas o de las pociones que traía, además necesitaba a alguien que le ayudase a cargar ciertos objetos, y tal vez a controlar sus niveles de lujuria por las noches.



-Sylar, me vas hacer muy útil, después de todo-La joven adalid rasco la cabeza de su nuevo compañero, y luego lo abrazo para sentirse augusta y pensó, «Además el se parece mucho a mi otro yo, y siento que debo ayudarle a tener más carácter de la que tuve yo, cuando vivía mi otra vida»





Adalid de una diosa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora