Conflicto En El Bosque.

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El sol hace un par de hora volvía a reclamar su dominio en el cielo, la joven Inanna junto con Sylar, estaba caminando por el feudo, la chica se había despertado con la inquietud de querer conocer aquel feudo. La chica observó las casas, y las comparo con las casas rurales hecha de adobe y tejas, que había visto en su mundo de origen, y las encontró muy parecidas, tambien se dio cuenta que los habitantes hace rato comenzaron a trabajar la tierra.

«Claramente, son gente muy esforzada», pensó la joven y luego agregó a aquellos pensamiento, «Pero tienen un señor muy tirano»

La chica desvío su mirada hacia el castillo del señor feudal, un gran construcción que se veía desde kilómetros, aquella estructura fue construida en tiempos anteriores con frías piedras, con la finalidad de albergar al señor de aquellas tierras, y a sus hijos. El castillo estaba rodeado por un pozo de agua, y en el fondo de esta se había colocado unas largas estacas, para la defensa del señor feudal y su familia.

-Interesante sitio, si es que se requiere la necesidad de protegerse de un asedio-Comentó la joven Inanna, y agregó con una sonrisa-Pero, no creo que dure más de un mes

En aquel momento se escucho el sonido del batir de las alas, seguido por unos gruñidos guturales, la joven aventurera, sabía lo que significaba aquel sonido, era la presencia de las criaturas conocidas como demonios. Inanna hizo una señal a Sylar, y corrió junto con el hacia la dirección en donde provenían aquellos sonidos.

Al llegar al lugar observaron a dos criaturas, las cuales parecían ser humanoides, el color de su piel era de un rojo intenso, su espaldas eran anchas y su cuerpo mostraba músculos, un hocico de cocodrilo, dos colmillos largos que sobresalían, ojos amarillos, pupilas negras y de forma alargada, en cada manos y pies tenían garras afiladas y de metal, estas criaturas poseían unas grandes alas negras, las batían como si fuesen aves, y vestían con taparrabos amarillos.

Uno de estos seres, cargaba entre sus manos a un niño que no debía tener más de ocho años de edad, mientras volaba a algunos maestros sobre el suelo, y estas criaturas estavab siendo observadas por un joven de diecinueve años, el cual asustado había caído al suelo, y no podía gritar por el miedo que estás criaturas provocaban. El chico apuntaba hacia las criaturas, tratando de emitir palabras de auxilio.

-Demonios-Exclamó Inanna, había peleado con estos en la arena de práctica, así que conocía su fuerza y poder, y luego se acordó de lo que le había contado el posadero sobre los demonios-Veo que se han vuelto más atrevidos con sus secuestros.

-[Expulsar demonios] -Sylar lanzó un hechizo consistente en una bola blanca de energía pura, la cual parecía fuerte, pero sólo pudo dañar levemente a uno de los demonios.

El demonio que ya estaba a una considerable altura observó con enfado al chico, aunque el resultado del ataque fue leve, le había causado a la criatura, gran dolor y molestia, he iba a lanzarse al ataque, pero fue detenido por su compañero, que negó con su cabeza, y le dijo a su acompañante con una voz chillona, que dejase eso a un lado por aquel momento, y se concentrarse en la misión.

El demonio afirmó con su cabeza y junto con su aliado, volaron hacia un bosque cercano, y se internaron en este, la joven Inanna corrió hacia el hombre joven, que estaba tirado en el suelo, para ayudarle y saber más de lo que había pasado. Al llegar la joven, miró que el sujeto tenía su cara rasguñada, signo que daba la señal que el había luchado contra aquellos seres, también se fijo en una daga de hierro, que estaba al lado del herido.

«Una daga de mala cálidas», pensó la joven sobre la arma del campesino y agregó a sus pensamientos, «Es normal que allá terminado con esas heridas»

Adalid de una diosa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora