18.- ¡Recuerdame!

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Narra Caroline.

Días antes del reencuentro.

-Así que la angelita decidió cooperar...- Dijo Sadios, aun en su trono de obsidiana.

-No tengo otra opción- Trate de sonar decidida, pero sonó como si lo hubiera dicho de forma dudosa, insegura.

-Empezaremos ahora mismo- Y con eso, ambos desaparecimos. Luke ni pensaba irse de ahí.

(...)

Con una coleta y una espada formada a partir de la magia de demonios que poseía, practicaba con maniquíes mis estrategias de ataque. Era difícil, a veces la espada se iba a otras partes y costaba manejarla.

También me enseñaron a usar una armadura, solo por saber doblar bien las extremidades y tener máxima movilidad con ella, eso fue mas fácil.

Pocos días pasaron desde que me volví servidora de Sadios, el me enseño que ante la guerra, no hay piedad, no hay alegría, ni amigos, nada.

Perdí todo lo que alguna vez fui, y no veía que tenia de malo eso.

Narra Harry.

¿No... Me recordaba?

Mis ojos se habían humedecido, tal vez de pena o miedo ante la nueva Caroline. De apariencia era igual, hablando de personalidad era otra persona. Una persona despiadada, aun que de frialdad forzada.

-Caroline... S-Soy Harry, tu amigo- Trate de hablar bien, pero mi voz estaba demasiado rota.

-No tengo amigos, me debes haber confundido con otra Caroline- Decía aun con seriedad.

Mire a Jake unos segundos, para esperar alguna ayuda. Pero solo se encogió de hombros. Seguí insistiendo, pero justo Caroline quería emprender vuelo.

-¡Por favor!- Suplique, arrojándome a sus brazos y abrazándola como nunca lo había hecho. Una lágrima ya estaba recorriendo mi mejilla- ¡Recuerdame!

Pero no reacciono como esperaba. Termino por empujarme con brusquedad e hizo que cayera de espaldas. Hice muecas de dolor mientras me recomponía.

-Imbécil- Siseo Jake- Caroline, ¿no recuerdas absolutamente nada..?

-Solo se que soy servidora de Sadios- Ahora parecía algo asustada, como si el abrazo la hubiera incomodado.

Negué con la cabeza y me acerque de nuevo, tuve que apartarle las manos a Jake para que me dejara hacerlo. Me estaba volviendo loco solo porque dolia el hecho de que no me recordara.

-Tu no eres eso, eres mi amiga.. Amiga de el- Apunte al pelirrojo- Tu jamas atacarias inocentes, ¡no eres servidora de nadie!

-Harry, deberíamos..- Lo interrumpí.

-Por favor Caroline, recuerdalo, detén esta masacre.

Ella chasqueo la lengua y se volteo con indiferencia notable.

-No puedo perder mi tiempo- Y emprendió el vuelo.

Esta vez no la detuve. Me rendí. Ignore todo ruido que hacían los otros demonios y ángeles y volví a ver a Jake, quien permanecía callado.

-Vamonos- Dije, y a la vez gritaron.

Ambos miramos hacia de donde venía el grito, el jefe y la tropa ya se marchaban. Empezaron a volar junto con una Caroline que iba poniéndose el casco y se camuflaba entre los otros.

-Hagamosle una visita a el maravilloso Satanas- Por fin hablo Jake, y me arrastro hasta fuera del callejón.

Ahí fue cuando pronunciamos el hechizo y aparecimos en las puertas del infierno. Siempre abiertas.

Un Demonio diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora