¿Será Para Siempre?

Akira.

Hablando de hoy. Mientras tenía mi último receso observaba de lejos a Akira la cual estaba ayudando a una chica a llevar su bandeja de comida al basurero.

— ¡Heaven!- gritó cristal.

— Dios, Cristal ¿me quieres dar
un ataque de corazón?.

— ¿En que tanto piensas?, te has quedado cinco minutos mirando hacia un punto fijo.

— No lo sé, ¿el proyecto de historia?. — miré a Cristal tratando de disimular.

— Ajá, estás pensando en el hecho de que te tocará hacer el proyecto con Akira. ¿Te da miedo ella?.

— Fijate que sí, ¿no vez lo intimidante que se ve?

— Ella misma le ha pedido a la maestra trabajar contigo, para mi que te quiere.

— No me apetece tener que estar en silencio mientras hacemos ese maldito proyecto porque según tú, no le puedo hablar.

— ¿Te gusta?

— ¿Qué?, ¡no!— suspiré. — mira, la verdad no tengo los ovarios para estar cerca de Akira. ¿Si?.

— Es inútil que no te atrevas, eres débil.

— ¿Qué quieres decir?, yo no dejo que ella me trate como quiera.

— Heaven, desde que ambas entraron a esta highschool no se dejan de meter en problemas y tú no haces nada al respecto.

— ¿Que quieres que haga?, se sienta a mi lado.

— Entonces adiós, resuelvelo tú sola.

— No pensaba pedirte ayuda si me vas a estar llamando homosexual. Básicamente.

— ¡Lo eres!

Cristal es mi... ¿amiga? no lo sé, ella es de esas "¡eligeme a mi chico!", muy estúpida y para consejos no es tan buena. Termina lastimándote.
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Ya era hora de salida así que cuando estaba caminando hacia mi motora pude ver a alguien parada justo alado de esta, era Akira. No quise demostrar interés ni miedo así que simplemente me monté en mi moto.

— ¿No piensas planear?.

Volteo mi cabeza para observarla.

— Eh... si cómo sea, vienes a mi casa mañana en cuanto termine de acomodar mi habitación.

— Me parece bien. — se dió la vuelta y se acercó poco a poco.— chiquita, ¿puedo pedirte un favor?

— Apurate, tengo que llegar a tiempo a mis otras clases.

— ¿Puedes llevarme a mi casa?, luego te lo devuelvo.

— ¿Y tu guapísimo Mustang?, no pienso montarte en mi moto sabiendo todo lo que me has hecho.

— Mi mamá me atrapó viendo paginas malas así que por favor, no vivo tan lejos.

— ¿Estás bromeando?, igual te lo puedo creer.

— Mi auto solo está en el mecánico.
— sonrió.

— Móntate pero antes, apaga ese cigarro.

Ella se montó en mi moto para luego colocar sus manos en mi cintura. Bien, ¿Esto acaba de hacer que mi cuerpo temblara un poco? Si.

— Obligame.

Agarré el cigarro de su boca, lo apagué y lo lancé a un pequeño basurero que había cerca.

— Toma mi casco. Yo si me preocupo
por tí.

— Chistosa. — se colocó mi casco mientras me fulminaba con la mirada.

Aceleré la moto a toda velocidad. esto parecía asustarle a Akira así que cada vez que aceleraba apretaba con más fuerzas mi cintura. Cuando llegamos a un semáforo comencé a reírme a carcajadas.

— Pensé que eras "valiente". — agrego  las entrecomillas con mis dedos.

— Lo soy pero no si estoy con otra persona que quiere matarme.

Aceleré nuevamente.

— Siguelo a tu clase de danzas, vivo cerca. — gritó.

— ¿Cómo sabes dónde exactamente tomo mis clases?, ¿Y cómo sabes que es de danza?.

— Porque te veo entrar.

—¿Me estás acosando?.

— No sé decirte.

— No pienso ignorar esto, ¿sabes que te puedo demandar?.

— No lo hagas, no es como que me importe lo que haces.

— Si, eso espero. ¿Si sabes que vivo cerca también?.

— No.

Cuando llegué al local me estacione justo alfrente de este para luego bajarme.

— Gracias. — me entregó mi casco. — que te vaya bien y linda moto por cierto.

— Gracias.

— Yo por mí te pediría que me dieras una montada en tu moto todas las noches.

— Reí.— ¿Que te qué?

— Eres una mente sucia — ríe.— bonita tarde.

— Igual para tí.

Después de todo... nunca me ha caído bien pero esto ha sido la excepción. Entré al local y me asomé por la ventana para ver donde Akira vivía. Estoy haciendo lo que supuestamente me molesta que Akira haga. Acosarla.

— ¿A quien miras?. — susurró.

Dí un pequeño salto al escucharla— ¿Que tiene la gente con asustarme hoy?.

— Ni idea pero, ¿a quien miras?. — se asomó igualmente.

— A nadie Marisol, estaba... estaba sacando mi ropa de baile. — tartamudeo.

— Apresúrate, ya empezará la clase.

Ella se dió la vuelta y entro al salón mientras yo todavía estaba en los pasillos mirando hacia la ventana. La vi entrar en la casa de los riquillos entonces ahí supe... es por eso que el señor Pablo Stone y Akira se parecen tanto, de el sacó tanta belleza. Me dí la vuelta y entré a uno de los baños para cambiarme.

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Mientras aprendíamos nuevos pasos en pareja, Marisol cruzó mirada conmigo, no era una mirada de felicidad, era más de preocupación.

— Te notas... rara.

— No es nada.

— ¿Te enamoraste de un chico skater?. — sonrió.

La miro a los ojos y comencé a negar con la cabeza entonces Marisol lo entendió. Abrió sus ojos como platos y dejó de sonreír.

— solo estoy cansada, ¿si?.

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Espero les guste, gracias por llegar hasta aquí. 🫶🏻

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