Un cafe amargo

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Capítulo 4: Un cafe amargo

POV Lena Luthor

Lena tenia siete años cuando asesinó su primer monstruo: un zombie que tenia tantas llagas en su piel que le hizo tener pesadillas por días. Su padre, Lionel Luthor, solía decir que un buen cazador era aquel que podía mirar directamente a los ojos a una bestia y asesinarle aun cuando sentía miedo.

En ocasiones, habia deseado ser una niña normal. Una que temía a los monstruos que vivian en el armario o debajo de la cama. Pero los monstruos suyos vivian a las afueras de la casa, paseándose entre los arboles...amenazando con entrar a la primera oportunidad.

Lionel Luthor era un gran cazador...pero no era un buen padre. El valoraba la fuerza, la templanza, la violencia. Lena era todo lo que el habia querido en un hijo. Ella se estaba convirtiendo en el remplazo de Lex Luthor, su hermano mayor que había sido brutalmente asesinado.

Era una cazadora despiada para cuando cumplió los diez años. Ella solo deseaba proteger a Lexa de los monstruos que infectaban el mundo. Cuando nació Kate...ella le juró a su madre que la pequeña jamás tendría que pelear contra aquellas bestias, porque ellas las destruiría a todas.

Fue en ese entonces que se mudaron a Ciudad Nacional.

BEAST, la organizacion para la que trabajaron sus padres, y para la cual trabajaba Lexa en la actualidad, habia encomendado una mision a la familia Luthor. Querían destruir a El Legado. Poderosos vampiros que eran considerados inmortales.

La noche que sus padres llevaron acabo el primera ataque...Lena permaneció mirando por la ventana, esperando en silencio el regreso de sus padres mientras Lexa observaba su programa animado favorito y Kate dormía. Era una noche de Luna menguante. Era una noche fria. El aire traía vientos de muerte...y muerte fue todo lo que recibieron esa noche...

-¿Desea ordenar, señorita?- preguntó el mesero despertándola de sus pensamientos.

La ojiverde sacó la mirada del menú que habia estado observando durante los últimos diez minutos. Habia elegido una cafeteria-bar que se ubicaba en el medio de la ciudad, asegurándose que habia tanta gente que Kara Fairmont ni siquiera pensaria en atacarla. Cerró el menú, sonriendo al hombre de tez morena que esperaba su respuesta.

-No, estoy esperando a alguien. Cuando llegue, ordenaremos.- explicó despidiendo al hombre y apoyando sus codos de la pulcra superficie.

La ojiverde enfocó la mirada en la puerta, preguntándose si Kara se atrevería a cruzar aquel umbral cuando sus hermanas habian atacado a dos Luthor el día anterior. Lena recordó su rostro, su mandíbula delineada, sus ojos azules, brillantes y cautivadores. Recordó como habia observado sus colmillos cuando entró a su oficina. Al parecer habia algo en la sangre Luthor que los Fairmont encontraban tentador.

Kara parecía tener mas control que sus hermanas. La pelinegra habia percibido la batalla que estaba en su interior cuando estuvieron a solas en la oficina. Habia sentido los ojos azules arrastrándose por su cuerpo. Notó la manera en que habia lamido sus labios, y tambien fue consciente de la oscuridad en sus ojos.

Un buen cazador...siempre es capaz de distinguir la mirada de un depredador.

Kara Fairmont era un depredador...

Lena no jugaba con depredadores.

-Oh, lo siento tanto...- la dulce voz de aquella rubia le obligó a salir de sus pensamientos.

La joven ojiazul habia tropezado con una mujer en la puerta. Tenía una sonrisa amable en sus labios, el tipo de sonrisa que podría hacerte pensar que era el héroe de la historia y no el villano. Lena observó su interacción con la señora que habia derribado. La vió ayudar a la mujer a levantarse, la vió sonreír y bromear...

El Legado (Pausada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora