Capitulo 14

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CHOCOLATE

Es día, el anterior, no lo olvidaré, pero ni yo ni ella.

Después de que Andi me dejara en casa y que yo entrase, me fui a dormir. Al día siguiente,  me desperté y vi la chaqueta que Andi me había prestado el día anterior y automáticamente apareció una sonrisa en mi boca. Me preparé para el colegio, esperando verla.

Al llegar al colegio, hablé con Dixon un poco y me contó que había hecho avances con MJ y que me los contaría luego ya que teníamos clase. Las tres rumberas horas pasaron sin más, no la vi entre los pasillo pero no pensé nada malo, lo malo llegó a la hora del recreo ya que no había venido ese día. Me lo confirmo MJ. No entendía el porque, está claro que se lo preguntaría mas tarde.

Pasaron el resto de las horas, y efectivamente ella no había venido al colegio. Cuando llegué a mi casa, mi madre me dijo que tenía Sam pasaría la tarde fuera por estar en casa de una amiga así que tendría la casa sola para mi, esto me ayudaría a adelantarme un poco estudiando todo lo que llevábamos de las asignaturas que próximamente tendríamos examen.  Después de que ella se fueran, me puse a estudiar, no descanse porque sino no haría nada esa tarde, siempre retraso la hora de empezar a estudiar. En realidad solo tendría su estudiar física y química, que aunque no es mi fuerte lo entendía bastante, y matemáticas, aquí no este día nada, me esperaba una buena tarde de números.

Pasaron un par de horas, había terminado con física y me iba a poner con mates pero llamaron al timbre de mi casa. Fui a abrir sin mirar la mejilla, gran error, aunque no tan mal error.

Era ella, si era con la que estuve pasando toda la tarde de ayer, la misma persona que había faltado ese día y la misma persona a a que ya echaba de menos. Pero no era ella, no era la misma persona que me echaba esas preciosas miradas en el recreo, esa que siempre bromeaba, ahora tenia lagrimas en los preciosos ojos negros que, aunque me costaba admitir, me encantaban.

Al abrir la puerta, nos miramos y cuando la vi así, solo abrí mis brazos para ella, que ella aceptó sin pensárselo mucho. Enrollé mis brazos en su cuello y sus bazos pasaron por mi cintura, como siempre solo que esta vez fue  ella la que metió su cabeza en mi cuello. Por la diferencia de altura, me reía que poner de puntillas y ella se bajaba un poco. Cerré la puerta, para tener mas privacidad. Ella sollozaba en mi cuello y yo le acariciaba la espalda en forma de apoyo. Andi se veía tan débil, tan destrozada que me partía por dentro. Pasamos asi durante unos minutos, los necesarios para que se pudiera calmar, no había prisa. Solo éramos ella y yo. Al cabo de un rato sus sollozos se habían calmado y sentí como se movía un poco en mi cuello así que afloje el abrazo.

Mmm... Buenas tardes, Emilia.- dijo mirando al suelo, una vez que salió de su escondite, rascándose la nuca.

Buenas tardes, mejor?- le pregunté volviéndole a abrazar.

Si ahora mejor.- me contestó volviendo sus brazos a mi cintura.

Sabes, realmente lo necesitaba.- me dijo después de un silencio y un largo suspiro.

Quieres hablar?- le pregunté y su respuesta fue negar con la cabeza y meterse de nuevo en mi cuello- Esta bien.- dije.

Yo lo siento.- me dijo al romper el abrazo.

Por?- le pregunté.

Por no avisar, por montarte este número, por infinitas cosas.- me contestó.

Ella- Andi y Emilia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora