Mire el reloj de enfrente de mi mientras revisaba que estuviera todo bien puesto del examen. O bueno lo poco que había puesto.
Revisé una y otra vez sabiendo perfectamente que no estaba entregando mi mejor examen. Ninguno de los que hiciera aquella semana iba a serlo. No había tenido ganas para estudiar, me había tenido que obligar a sentarme en la maldita mesa de estudio a pasar horas, haciendo como que leía aquellos aburridos libros de texto cuando en verdad cada minuto del tiempo de estudio había tenido la mente ocupada en otros sitios.
"Te vas a cargar el curso"
Me había dicho papá en cuanto llegó mi primer cuatro en francés. Y yo sentía que ya no solo se estaba desmoronando mi vida personal sino también la académica.
Como si fuera un castillo de naipes. Cada día un aspecto de mi vida temblaba: mis notas, mi estabilidad mental, mi relación con mi hermano que cada vez estaba más tensa, mi amistad con Amy que estaba siendo atacada por mi culpabilidad, mi novio....Toda mi vida perfecta, en todos los aspectos estaba desmoronándose.
No entendía como había llegado a este punto. Como alguien podía tener ese poder sobre mi misma y hacer que todo temblase a su paso. No podía dormir, no quería comer, no podía estudiar...Cada puñetero momento de mi día estaba dedicado a repetir en mi cabeza una y otra vez todas las veces que Ed y yo habíamos coincidido, todas nuestras conversaciones, todos los roces, cada mirada o cada sonrisa que me había dedicado.
Me había vuelto adicta a pensar en él, a romantizar cada momento juntos, a comerme la cabeza intentando entender el sentido de todo lo que me había dicho, a intentar desamar ese puzzle tan complicado que era él....me había vuelto adicta a él.
Quería llorar de la frustración todo el día, de lo culpable que me sentía por haberme dejado arrastrar hasta aquel punto. Conocía a Ed de toda la vida, nunca me había sentido así, jamás, era como si acabara de conocer a una persona completamente distinta.
Aquella sensación que de verdad pensaba que estaba muerta y enterrada de las mil mariposas en el estómago, las ganas de vomitar solo con pensar en verle y la necesidad constante de que alguien le mencionara para poder hablar de él, había vuelto. Multiplicada por mil.
Pero al margen de eso, yo seguía con un examen medio en blanco del que como mucho sacaría un cinco y pico, cuando yo necesitaba unas excelentes notas para la universidad. Notas que había tenido toda mi vida, pero que este trimestre no habían decidido seguirme.
Estaba tambaleando mi sueño de ser arquitecta y todo por un chico. Eso puede que fuera lo que más me gustaba de Jason y era la tranquilidad que me transmitía, no nos peleábamos, no había sentimientos tan fuertes que me distrayeran de nada, todo era perfecto, nada daba problemas.
Me mordí la uña nerviosa sin saber si entregar o esperar un poco más a que más gente decidiera levantarse. Oí el ruido de una silla y alguien levantándose. No quise mirar, me iba a poner más nerviosa si por casualidad veía algo de su examen y no coincidía con el mío.
―Psst Chiara― Amy intentó llamar mi atención. ― La cuatro― susurró
Miré la pregunta y vi que la tenía en blanco.
―No la tengo― susurré y Amy me miró extrañada
―Pero si se te dan genial los sistemas ― se quejó
Se me daban genial, tenía razón pero mi falta de concentración había hecho q lo único que había sacado de ese sistema era una hoja en sucio llena de cálculos sin ningún tipo de resultado.
―Joder, venga Chiara ― me dije a mi misma viendo el sistema sabiendo que en casa había resulto cien como aquel.
―¿Chiara no te sale el sistema?
― me preguntó el señor Patricks pasando a mi lado ― pero si has hecho sistemas perfectos más difíciles en el primer trimestre. Piénsalo un poco y ya verás como te sale.
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Esa Virgen será Mía
Teen FictionChiara Ricci ha crecido escuchando una y otra vez la historia de como sus padres, comparándola amargamente con su frustrada relación con el amor de su infancia que debido a las distancias y a la inseguridad acabó terminando. Pero aquella bonita hist...