8.Que comiencen los juegos del hambre

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Oliver planeaba algo y desde luego no era nada bueno.

Aquella mañana, durante el desayuno, estuvo callado todo el tiempo. Podría ser una actitud normal, pero no en él. Que mi hermano no haya tenido ni una vez la necesidad de hacer ningún comentario era algo que sin lugar a dudas una señal de que algo por primera vez en su vida se estaba cociendo en esa maquiavélica cabeza.

Le observé desde el asiento del copiloto, analizando sus gestos, intentando intuir que estaba maquinando. Ni siquiera había protestado por ponerse detrás con Caden en vez de luchar por el asiento del copiloto como era normal, no, hoy todo era distinto. En el coche se respiraba tensión y un silencio sepulcral interrumpido solo por los gritos de papá cada vez que un coche se cruzaba de carril sin dar a los intermitentes. 

Incluso Caden no hablaba, como si respetara ese ambiente de secretismo y silencio que se había formado. 

La postura corporal de mi hermano era de profunda relajación y tranquilidad. Los primeros botones de la camisa desabrochados, con el lateral del pie apoyado en su rodilla contraria, un poco escurrido en el asiento del coche. Pero había un gesto, que siempre le delataba, morderse un poco el labio, igual que mi madre. Sabía que quería hacer, por que era consciente de que llevaba dándole vueltas desde que mis padres lo mencionaron aquel día.

Oliver se moría por revivir las viejas glorias de la Élite, le conocía lo suficiente como para saber lo fascinado que estaba por aquella anécdota. Tal vez en su cabeza el estaba destinado a ser el próximo gran Marco Ricci y quería seguir la bonita tradición familiar de acosar a chicas solo por no haber tenido sexo antes. Daba igual lo arrepentidos que estuvieran todos de lo que hicieron, la ilusión que vi ese día en sus ojos no se había borrado por las palabras disuasorias de los que conformaban la Élite original.

Si en cualquier caso mi hermano decidiera sacar adelante tal espantosa idea, yo estaba protegida...tenía novio y eso era excusa más que suficiente para que nadie decidiera rondarme. O eso pensaba hasta que vi la actitud de Ed ayer. 

Estaba paranoica, una nueva Élite no tenía sentido. Hunter tenía novia y Jason también, todo sería una competición entre Oliver y Ed, por que no creo que ningún otro chico de clase tuviera una oportunidad contra ellos dos. 

Por alguna razón, las chicas encuentran atractivo a mi hermano, hay que ser sinceros, a ambos nos han tocado unos genes buenos. Oliver tiene el pelo castaño ondulado un poco más claro que yo, sus ojos verdes gran herencia de mi padre y que yo también comparto, unas suaves pecas en la nariz que le dan un aire inocente y que contrastan con una mandíbula bien marcada enmarcada en una cara tirando a redondeada parecida a la de mi madre. El universo, que vio que inteligencia le había tocado poca, lo compensó con la altura, no tanto como Hunter que alcanzaba un metro noventa, pero mi hermano llegó al metro ochenta y tres. En cuanto a la actitud, bueno, mamá siempre habla de lo mucho que le recuerda al tío Aiden, gracioso, pícaro despreocupado, tirando a irresponsable pero también bajo toda esa fachada sensible. Seamos realistas todas las chicas queremos un tío duro que en el fondo sabemos que tiene sentimientos.

Así que con todo esto, sí, mi hermano podría hacerse perfectamente hacerse fácilmente con el "premio" que pongan en la competición. ¿Pero contra Ed? Mi hermano es el gracioso,  Hunter la novedad, Jason el bueno y Ed es el misterioso. Como he dicho, el modelo de gracioso y pícaro que representa mi hermano funciona con las chicas, sí, pero aunque en la teoría queremos a un chico que veamos que tiene sentimientos, todas somos conscientes de que el típico chico que tiene cara de que nos va a joder la vida pero nos va a gustar es mil veces más atractivo.

Ed y Hunter son ese tipo. Solo con mirarles a los ojos, sabes que vas a sufrir, lo vas a pasar mal, llorarás, te dejarán la autoestima por los suelos y el poco amor propio que te quedaba va a desaparecer, pero da igual: tu te acercas y dejas que te destrocen. En parte por que, tu complejo de psicóloga piensa que puedes cambiarles y por otro lado por que ese halo de misterio es completamente adictivo. 

Esa Virgen será MíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora