32.Solo estamos tú y yo

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Nervios, confusión, miedo.

Ansiedad.

Mucha ansiedad.

Mil sentimientos se arremolinaban en mi interior mientras entraba otra vez al interior de la casa. La mayoría de los adultos que habían escuchado los gritos bajaron y algo desorientados no sabían muy bien a quien preguntar.

―Chiara...― me llamó Aiden― ¿Qué ha pasado? Solo hemos escuchado los gritos y no sabemos si habéis tenido algún problema

―Nada...― susurré sin mucha convicción y algo aturdida

Grace y Hannah comentaban por lo bajo lo poco que habían entendido

Dante y Gavin hablaban con Amy que intentaba medio explicar lo ocurrido mientras yo buscaba desesperada con la mirada o bien a Ed o a mis padres. 

―Marco ha ido detrás de él...por que lo ha escuchado todo― escuché a Paul hablando con Hunter y se me heló la sangre

―¿Mi padre ha escuchado lo que ha pasado?

Paul asintió y me señaló la cocina

―Voy contigo― se ofreció Hunter y yo corrí pensando en lo que le debía de estar diciendo a Ed. Me imaginé mil escenarios catastróficos en los que mi padre le amenazaba con volver a acercarse a mi en algún momento de su vida, pero cuando llegué me encontré a Jason sentando en una silla mientras mi padre de pie y enfadado como no le había visto en la vida, le parecía estar echando la bronca de su vida

―Jamás en tu vida vuelvas a referirte a mi hija en esos términos. ¿Me has entendido? Mi hija hace lo que la da la gana, con quien la da la gana y hasta donde tengo entendido ya no está contigo así que con quien se acueste o se deje de acostar no es tu problema ni de tu interés. ¿Capito?

―Si

―Como me entere de que vuelves a hablarla así...créeme no tienes ciudad para correr. 

Oliver se acercó a mi lado― Sabes que Jason no es un mal tío

―Lo sé― y lo pensaba de verdad

―Se le ha ido un poco la pinza

―Por mi culpa― susurré. Vi como intentaba aguantarse las lágrimas mientras mi padre seguía amenazándole en italiano y realmente me sentí mal. No iba a pensar que todo su compartimiento era por mí, pero sabía que en unas circunstancias normales no se habría comportado así

De repente llegó a mi otro sentimiento: la vergüenza.

Vergüenza de que Jason pensara eso de mi.

Vergüenza de mis padres lo hubiesen escuchado.

Vergüenza.

―Mamá y papá se tienen que estar pensando...

―No nos pensamos nada Chiara― se unió mamá a nosotros y me acarició el pelo― nadie se piensa nada

―Yo no he hecho nada yo...

―Shh, nadie te va a pedir esas explicaciones, ni tienes que darlas. Nunca. Jamás.

―Papá está muy enfadado

Mamá asintió― Yo también quiero matar a Jason pero he dejado que vaya tu padre, da más miedo

―No te creas― murmuró Oliver― cuando te enfadas das muchísimo miedo

―¿De verdad?― preguntó mamá y sonrió― supongo que sí, pero tu padre con el acento italiano...es otro rollo

Esa Virgen será MíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora