13. 21 Guns

55.5K 4.6K 5.4K
                                    

Ocho de la tarde, tarde del treinta y uno de octubre. Caden sopló las velas de la tarta y todos aplaudimos mientras se oía a mamá llorando de fondo.

―Trece...trece. Soy vieja Marco, dentro de poco tendré artritis y se me caerá el pelo y....

―Por dios Olivia no sea dramática, si no tenemos ni cuarenta años, si nos diera la gana podríamos tener otro niño― respondió papá y mamá le puso una mirada suplicante

―¿Lo dices enserio? 

―He dicho si nos diera la gana, no que vayamos a tenerlo. Aunque bueno el proceso no es algo que me disguste...― bromeo papá mientras Oliver y yo poníamos una mueca de asco 

―Ahorraros vuestras referencias sexuales por favor, por que todos estamos en unas edades en las que las entendemos perfectamente 

Papá le dio un beso en la mejilla a mamá y yo sonreí, les adoraba.

Miré el reloj impaciente. Siempre me ha encantado que el cumpleaños de Caden cayera el día de halloween, era algo que hacía ese día aún más especial, pero este año tenía prisa...y mucha.

No estaba orgullosa de lo que iba a hacer y el sentimiento de culpabilidad empañaba en parte las ganas y la emoción que tenía por que llegara ya la hora a la que Gavin viniera a por mí. Mamá y papá nunca han sido unos padres extremadamente estrictos, pero me seguían considerando muy pequeña para muchas cosas, entre ellas salir de fiesta hoy, la fiesta de Halloween. Algo bastante injusto teniendo en cuenta la libertad que sus padres les dieron a ellos a mi edad, pero en vez de enfrentarme y crearme un problema en casa, lo arreglé para poder quedarme a una supuesta fiesta de pijamas en casa de Amy.

Por supuesto esto solo era una excusa para poder salir. Gavin tenía hoy cena en el despacho de arquitectos y según Amy, parecía que tenía nueva novia a la que todavía no conocía, pero que en noches como hoy aprovechaba y dormían en un hotel. Todo esto se traducía en casa sola para nosotras, o lo que era lo mismo, una coartada maravillosa. 

Gavin me recogería en diez minutos, me llevaría a casa y se iría directamente a la cena. Una vez allí, Amy y yo nos cambiaríamos y los chicos pasarían con el coche para recogernos. Oliver se quedaba con la misma excusa en casa de Ed pero en verdad si mi coartada no se viera en peligro, no dudaría ni un segundo en delatarle.

―¿Quien va a conducir?― le susurré a Oliver― por que sabes que si eres tú no puedes beber

―Creo que van a llevar dos coches, por que no cabemos todos en uno

―Si cabemos, si nos haces un favor y te metemos en el maletero

―Muy gracioso, supongo que Jason querrá pasar a por vosotros y nosotros iremos en el de Ed probablemente, por que no creo que Hunter nos deje pisar el suyo. ¿Para que coño se compra un coche si no va dejar que nadie se suba?

Se me escapó una sonrisa al recordar todas las veces que yo he estado dentro de aquel jeep― Ya, no tiene sentido― le seguí la corriente. Oliver se rascó la palma de la mano nervioso y yo alcé una ceja―¿Te pasa algo?

―No, no es nada― murmuró mientras volvía a reposar su mirada ausente en Caden 

―Oli― le llamé como cuando éramos pequeños― Te conozco y sé que te preocupa algo.

Me miró unos segundos dudando sobre si contármelo o no, pero se frotó la cara y volvió a instaurar su perpetua sonrisa ―Que no es nada pesada.― le miré con el ceño fruncido―¿Tú como vas a manejar hoy el hecho de que van a estar tu novio, tu ex y tu....lo que sea que Ed sea, contigo y tu con un par de copas?

Esa Virgen será MíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora