Yo

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Tras aquél susto, quedé inmóvil, pero al ver que no se movía lo más mínimo, arqueé una ceja -¿No piensas hacerme nada?- Ahora lo veo, me veo. Qué estúpido fuí, era un espejo. Volví a quedarme asombrado y acerqué mis dedos al espejo. Posteriormente, acaricié mi mejilla, era yo, soy yo, sí. Esta era la primera vez que me veía, el flequillo empapado me caía por la cara, mi pelo enmarañado y largo, unos labios secos y quemados y unos ojos pardo-verdosos. Después de un cuarto de hora mirándome, noté una molestia en mi estómago, como si estuviese incompleto, y mi garganta volvía a joderme, así que me dirigí a la cocina. Allí me alimenté y bebí agua. Decidí adentrarme en las calles a estas horas: las 23:30, y aun así parecía que eran las 18:00 de la tarde un sábado...

Bueno, cogí un cuchillo en el momento oportuno pues justo oí cómo se abría la puerta de entrada, por lo que me escondí y allí esperé a quien fuese... - Menudo día de trabajo, heh, a saber donde lo han...- Sí, no le dió tiempo a terminar la frase y por los nervios en una vuelta de esquina, le clavé el cuchillo en la yugular. Mis manos temblaron, no recuerdo nada de hace más de media hora y creo que ya he matado a alguien -Joder...¡me cago en la puta!- repetía mientras me dirigía a la salida, callándome una vez me adentraba en el bullicio; después de 1 hora de camino, escuchaba a lo lejos las sirenas de vehículos... Ya no había nada que pudiera hacer, la policía comenzaría a buscarme, no puedo fiarme de nadie, y lo peor, estoy tan empapado que cogería una neumonía...; bueno, no es lo peor, pero tengo derecho a quejarme.

A lo lejos, en la periferia del centro de la ciudad, tiritaba de frío, no sé cómo demonios voy a aguantar esto, me siento desolado y perdido, he de pensar, y rápido, aunque la luz que encubría mis esperanzas se iba desvaneciendo.

OlvidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora