Operación Walter

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Estábamos nerviosos realmente. Otros grupos se encargarían de realizar disturbios en varias partes de la ciudad para que las autoridades no se concentraran en el nuestro. Todos al menos teníamos una pistola, alguno que otro un fusil, por lo que no me parecía que muchos fueran a hacer caso a las palabras que dijo Sullivan. -¿Estáis preparados? Vamos, Sullivan, "amigo", al coche.- Lydia se fue junto a Sullivan al coche, mientras que el otro grupo de chavales que se encargaría de parar el coche de Walter se metieron en lo que creo que era un Hammer. Esos coches están bastante reforzados y son caros. Me senté en la parte de atrás mientras que Sullivan se encargaba de conducir y Lydia iba de copiloto. -Bien... Entonces sólo hay que meterlo en el coche, ¿no? Será algo rápido, supongo.- Me miraron de reojo y se rieron. -Claro, amigo. ¿Crees que queremos poner en peligro a todos? Tú lo dijiste: No hay que ser como esos animales de C.I.N.- Bueno, me quedaba más tranquilo. Ya veíamos el coche de este tipo por una avenida. Era de madrugada, apenas había gente, sólo que le escoltaban otros dos coches. -Sullivan... Esto va a ir mal, le están protegiendo dos coches en lugar de ir sólo con el suyo y tres militares...- Mencionó la chica, preocupada. Me temía lo peor, que iba a haber un tiroteo. Al hombre poco le importaba el riesgo. -Chicos, soy Sullivan. Cuando queráis, dadle.- Hablaba a través de un móvil y nosotros ya podíamos ver los rostros cubiertos de los militares. En un abrir y cerrar de ojos, el Hammer salió de otra calle y embistió brutalmente el lateral del coche de Walter, quedando este atrapado en un callejón. Los militares rápidamente salieron de los coches con los fusiles de asalto, disparando al Hammer y este volcándose en un intento de huida. -Mierda, ¡vamos Sullivan, rápido!- Dije esto mientras bajaba del coche y los militares disparaban. Me parapeté detrás del automóvil pero no iba a durar mucho. A mi lado se encontraban Lydia y Sullivan. -Amigo, creo que si no disparamos, van a dejarnos como un colador...- Las balas impactaban contra el metal de nuestro coche. Cuando estas cesaron, debido a que estaban recargando, corrí con Sullivan hacia Walter disparando mientras Lydia nos cubría. Me dolían los oídos, sólo escuchaba los silbidos de las balas y los impactos en el entorno. Lydia les estaba dando bien, pues de 8 que eran, 5 habían caído, aunque ahora dirigían el fuego hacia ella. -¡Encárgate de Walter! ¡No voy a dejar que maten a Lydia!- Posterior a esto, corrió como un diablo hacia los militares. Yo dirigí mi atención a Walter, que se había desmayado de un golpe. El conductor y el copiloto estaban destrozados brutalmente del choque. Me dediqué a abrir la puerta a golpes y a arrastrar al tipo. Pesaba lo suyo, cómo se notaba que era un pez gordo. Me dirigía hacia el coche y veía cómo se acercaba Sullivan cojeando en un intento de huida. Vi que se tiró al suelo y atrás explotó una granada, supongo. Los automóviles quedaron hechos trizas, y Sullivan se arrastró hasta nuestro coche agujereado.

Metí a Walter en el asiento de atrás y Lydia ayudó al hombre rubio a ponerse de copiloto. Tenía un cuchillo clavado en la pierna, pero se le veía contento porque la misión estaba siendo un éxito. -Tenemos que marcharnos de aquí, ya viene la policía...- Dijo la médico mientras acariciaba la mejilla de Sullivan e intentaba arrancar el auto con éxito. -Yo me quedo, no voy a abandonar a esos chicos.- Sullivan me miró de reojo. -Amigo... Esos chicos ya están pérdidos, y si te quedas, tú también. A veces pasan estas cosas...- Me negué rápidamente y me dirijí al Hammer. El automóvil arrancó y se marchó. Yo abrí la puerta y saqué al que conducía, con un disparo en el pecho y una brecha, y ayudé al copiloto que al parecer se había roto un brazo. -Gracias... C-creía que nos iban a dejar aquí plantados...- El conductor no podía caminar y el pobre copiloto me dijo eso como muestra de sus pocas esperanzas. -Tranquilo... Sal corriendo, yo me encargaré de llevarle.- El chico asintió y yo agarré al otro para llevarlo. -Aguanta, tú puedes... Venga, no seas el único que fallezca de nuestro equipo...- Me lo llevé como pude de allí. Oí como el Hammer estalló. Seguro que perdió gasolina y alguien o algo tuvo mala suerte de originar una combustión.

Ya casi estaba amaneciendo y el chico este estaba helado. Me encontraba con él en un callejón intentando subir por unas escalerillas porque estábamos rodeados. -E-e-scucha... Yo... Yo no voy a conseguirlo, ¿verdad?... H-e per-dido mucha sangre ya...- Era deprimente lo que me estaba diciendo. Tenía aceptada su muerte, y yo pensaba que tenía razón, pero no quería dejarle ahí... -Vamos... No digas eso, tienes que aguantar- El chico se negó llorando. -L-os dos sabemos que voy a morir... V-ete t-ú... De veras, g-racias... Ah-ora vete- Me miró decidido, dejándose caer apoyado en la pared y tosiendo sangre. Yo asentí y me levanté. -Vale... Tu muerte no será en vano.- Ese chico se comportó de una forma muy honorable, pero yo me encontraba cabreado. ¿Cómo habían sido tan egoístas de irse?

Huí de allí a través del tejado. Había una cuerda que cruzaba varios edificios. Decidí usar la pistola para deslizarme por ella como una tirolina y eso hice. Cuando llegué al otro edificio, los brazos me dolian bastante, pero aún no había salido del peligro. Aquí aún estaban en alerta, así que bajé de ahí por unas escaleras de incendios y corrí hacia el bar. Esta zona me la había visto ya.

Ya llegaba... Me encontraba mal por no haber podido hacer mucho por aquel chico. Si mi equipo hubiera estado ahí conmigo... Me metí en el bar y todo el mundo me miró callado. Sullivan se acercó. -Salvaste al chico, mi amig-...- Rápidamente le corté. -¡Y si hubiérais estado conmigo, habríamos salvado el otro, seguiría vivo! Tenia tan pocas esperanzas que me dijo que me fuera, estaba condenado a muerte... ¿Sabes lo que cuesta dejar atrás a una persona que se sacrifica por tí? ¡¿Lo sabes?!- Después de decirle aquello, intentó excusarse. -Creía que si nos quedábamos, nos iban a pillar a todos y no podríamos sacar a la luz la verdad. Tenemos a Walter, no está todo tan mal.- Me abalancé y le golpeé repetidamente. Él también se defendió y empezamos a pelearnos en el suelo, hasta que nos separaron. -No la sigas cagando, amigo... Dejo pasar esta por tu ayuda...- Me advirtió mientras se tocaba la cara, seguro que le dolía. -Creo que el que la ha cagado eres tú, por huir.- Me fuí al cuarto de baño y me eché agua en la cara, mirándome al espejo. -Cada día que pasa tengo peor la cara...- Pensaba que no tenía que morir nadie más, pero siempre me temía lo peor. Después salí y a todos nos sirvieron algo para recuperarnos. Lo bueno es que tendría un techo bajo el que dormir. La verdad es que por las noches lo pasaba mal pensando en Rebecca. ¿Por qué tuviste que irte? Te echaba de menos.

OlvidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora