Sonata del caos

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Se oían explosiones y la gente intentaba huir, aunque otros se dedicaban a matar o incluso suicidarse. Supongo que deben de ser esos chips. Salí de aquellas salas con Rebecca y ahora nos encontrábamos corriendo a través de los laberintos. Había cadáveres por todas partes. Mientras corría, mi móvil vibró, una llamada. La cogí sin cesar el ritmo de la huída. -¿¡Sí!?- Pude leer que era el número de Sullivan. -Escucha, ¿dónde estás? Te dije que no dejaría a nadie y el resto ha salido. Sólo quedas tú, ¿necesitas que vaya a buscarte?- Sería mala idea y no quiero que fallezca en el camino por una explosión o un disparo, además de que me encontraba con Rebecca. -Tranquilo. Quédate guardando el ascensor y si ves que las cosas se ponen feas, vete.- Colgué. -D, ¡al suelo!- Ella se tiró encima mía porque un tipo comenzó a disparar con un subfusil a ciegas. Otro le disparó y en el pasillo de en frente se formó una guerrilla entre los guardas, doctores, ingenieros... ¿Cuánto poder pueden llegar a tener esos aparatos de control? De una manera u otra, fuimos reptando a cubierto hasta otro pasillo libre. Una vez a salvo de los disparos, nos pusimos en pie y seguimos corriendo. -D, estamos cerca del ascensor, sólo un poco más-

Tuvimos mala suerte de que un tipo con una especie de traje mecánico estuviese también como un zombie y loco, matando todo a su paso. -¿Qué demonios es eso?- Miré a Rebecca, pues estaba dudando de si saldríamos vivos de aquí. -Eso que ves es un prototipo de un traje guardián. No está terminado e iba a ser usado para aumentar la vigilancia de aquí, pero ese tipo no va a responder a nuestras voces- Cargó el revólver. -Tú también tienes una pistola, ¿verdad? Con unos cuantos tiros fijo que acertamos a algún punto que lo dañe- Tras decir eso, nos preparamos con nuestras pistolas mientras el tipo se nos acercaba torpemente. Comenzamos a disparar y el muy cabronazo pateó un contenedor. Pude esquivarlo pero Rebecca voló unos cuantos metros atrás. -¡Rebecca!- Ella zarandeó las manos para que me moviese rápido, puesto que el "robot" estaba frente a mí para aplastarme y... En ese momento, explosionó una bomba en el techo, por lo que se le desmoronó parte encima. Me levanté rápidamente y ayudé a Rebecca a levantarse. -¿Estás bien...?- Se rió. -Me pregunto cómo harás para tener tanta suerte. Estoy dolorida, y tardaremos más en salir si me ayudas, por lo que todo volará en pedazos. Déjame aquí y vete anda, que encima te traicioné. Te pido disculpas por eso...- ¿Dejarla? No, no voy a dejar que le pase lo que a aquel chico. Puede que me haya traicionado pero tomó el camino correcto al final. La aguanté bien. -Venga, no seas pesimista, vamos a salir de aquí, que estamos cerca- Y tras eso, le ayudé a caminar hasta el ascensor. Oí un ruido mecánico a nuestras espaldas. No me jodas que es ese cabronazo de nuevo. -Ese robot me tiene hasta los...- Pero faltaba muy poco. -D... Si seguimos un poco más... Gracias por ayudarme.- Ella sonrió y el robot se oía cada vez más cerca. Me da a mí que a este ritmo nos pillaría y sólo nos falta un poco más... -¡Mi amigo! ¡Te dije que saldríamos todos!- Era Sullivan que salió a tiempo de una esquina disparando al maldito de atrás, menuda suerte. El ascensor estaba abierto. -Sullivan, ¡ven aquí, rápido!- Me miró y negó. -Este tipo nos va a seguir si no lo paramos aquí. Venga amigo, déjame hacerme el héroe por una vez, quiero estar orgulloso. Ahora iros.- ¿Qué dice? Aquí se va a morir... -D... Cuanto más tiempo perdamos, menos valdrá el esfuerzo de tu amigo- Tras decir eso, ella pulsó el botón de parking y el ascensor se iba cerrando. Vi que el hombre rubio levantó un pulgar con una sonrisa. -Cogeremos cualquier coche e iremos a por ese maldito de Mike... ¡Pararemos esto...!- Estaba decidido. Rebecca cargó su arma y yo hice lo mismo con la mía. -Ya puedo mantenerme por mí misma-. Tras eso, el ascensor se abrió y pillamos a Mike tranquilo abriendo el coche. Le disparé. -¿Pero qué cojones? Dejadme en paz- Sin duda tuvo que arrancar el coche e irse a toda velocidad. Dos tipos con ametralladoras comenzaron a dispararnos y nos pusimos a cubierto. Una vez recargaron, nos los quitamos de en medio. -D, ¡cojamos rápidamente un vehículo!- Rompimos una ventana y ella se encargó de hacer un puente. Me ofreció conducir a mí, pues ella dispararía. -¡Vamos vamos, acelera!-

Salí del parking a toda velocidad y vimos que el verdadero infierno estaba fuera. Todo el mundo se estaba aniquilando entre sí, y había cuerpos hasta donde te alcanzara la vista. Pude detectar el coche de Mike a lo lejos y tuve que acercarme. -D, una vez te acerques lo suficiente, comenzaré a disparar. ¡Cuidado!- Me pasé a otro carril pues la gente conducía sin cuidado, se estrellaban, atropellaban a otros... Parecía el fin del mundo. -¡D, a la derecha!- Con las rápidas indicaciones de Rebecca, podía esquivar a tiempo y alcanzar al capullo de Mike. No contamos con que tenía un tipo armado hasta los dientes con un fusil de asalto y que este nos dispararía. -¡Agáchate, Rebecca!- Y menos mal que lo hizo, pues su asiento casi desaparecía. Cuando el tipo empezó a recargar, ella comenzó a dispararle al coche y este intentaba esquivar. El guardaespaldas salió de nuevo por la ventanilla pero se fijó que delante venía un camión y no de muy buenas maneras, por lo que comenzó a acribillar al conductor, haciendo que el camión se volcase. El forense esquivó con el coche pero su amiguito se quedó sin medio cuerpo por estar casi fuera del vehículo. Gracias a esto comprendí lo de no sacar la cabeza por la ventanilla más a fondo. Me choqué de lado con el camión pero pude continuar. -Se dirige al aeropuerto, D... Hay que atraparle- Y no estaba equivocada.

Entramos a las pistas del aeropuerto a la fuerza a través de un vallado. Nuestro coche estaba casi que no daba a más. Vimos a Mike aparcar al lado de un avión y eso hicimos nosotros. El maldito intentó cerrar la puerta de la aeronave pero se lo impedí disparándole mientras corría hacia él. Conseguimos entrar y se cerró la puerta. El avión se puso en marcha. -La cabina del conductor debe de estar cerrada a cal y canto, pero a mí me vale con parar a este maldito- Eso es lo que quería Rebecca también, así que decidimos buscar al tipo, que estaría en la cola del avión. Llegamos y ahí estaba, sentado y tomándose un vino. -Hasta aquí habéis llegado, puesto que ya mi plan va a funcionar- Heh, este tipo no sabe que está hablando con dos personas. -Dos contra uno, ríndete y listo- Se rió, cosa que no me gustó. -No, será un combate de dos contra dos.- Esa voz vino de un tipo a nuestras espaldas pero era la misma que la de Mike. Al mirarle y apuntarle con la pistola, nos desarmó y las tiró lejos. ¿Otro Mike? -Hermano... Os presento a Williams... Gracias a la cooperación, estuvimos metidos en la policía y en C.I.N cambiando roles. Y bueno, ahora es un dos contra dos- Arrojó la copa de vino. -Rebecca... Déjame a Mike, tú a por William- Se acercaba nuestra última batalla.

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