El fin de semana llegó y Dream no podía estar más nervioso. Después de un buen rato armándose de valor, había invitado a Georges a su primera cita oficial a ni más ni menos que un parque acuático.
Habían quedado a las 3, pero por los nervios, Dream estaba ahí desde las 2:30. Cuando el reloj marcó las 3, al fin, se acercó a la puerta y tocó el timbre.
Cuando la puerta se abrió, vio a George con su mismo look de siempre, una camiseta azul con un buzo y una chaqueta negra, pero a pesar de eso, no pudo evitar pensar en lo hermoso que se veía el chico.
- Hola.
- Hola.
Se miraron mutuamente por unos instantes, dios sabrá lo que pasaba por la mente del más bajo, pero Dream había comenzado a notar un gran rubor en sus mejillas.
- Te ves bien. -dijo el rubio sonriéndole.
- Gracias, ¿vamos?
Dream sintió como si le hubieran dado un fuerte golpe en el estómago, ¿que acaso el no se veía bien también? Aguantando sus ganas de preguntar, se volteo o comenzó a caminar hacia el taxi, abriéndole la puerta al más bajo y dejando que entré al auto para después entrar él.
Después de una media hora, finalmente llegaron al parque. Mientras el rubio pagaba las entradas, por el rabillo de su ojo podía ver al emocionado George tratando de ocultar las ganas que tenia de entrar, que ternura.
- Toma, te tienes que poner esta pulsera, es tu entrada. -dijo Dream estirándole una pulsera.
- ¿Me la puedes poner tú por favor? Nunca he sido bueno poniéndomelas. -respondió el pelimarrón estirando su brazo.
Con mucho cuidado, como si en algún momento se fuese a romper en pedacitos, el ojiverde le colocó y ajustó la pulsera en la muñeca a George.
- Gracias, ¿ahora vamos?
El rubio asintió y entraron al parque acuático, viendo los alrededores y explorando todo en completo y total silencio.
Cuando el sol se ocultó y la noche reinó, el parque acuático se prendió, con luces de colores cambiantes y música sonando por los enormes altavoces que habían por doquier.
Dream le acababa de comprar un algodón de azúcar a George, y este estaba sonriendo como un niño pequeño por la felicidad que sentía.
Comenzaron a caminar pero en un momento, Dream decidió que era momento de decir el discurso que había preparado desde hace una semana, así que paro en seco dentro de uno de los círculos del suelo y miró al más bajo, el cual confundido lo vio de vuelta.
- George, hay algo que siento que te debo decir, porque, bueno, no te lo dije en el momento en el que debía.
El pelimarrón siguió viéndolo con la misma expresión y el rubio al ver que no había ninguna respuesta o comentario por su parte decidió continuar con su discurso.
- Bueno, ehh, lo que quería decirte es que, bueno, me gustas George. Y me gustas bastante. De hecho, creo que eres la primera persona que realmente me gusta y con la que realmente quiero estar. Pienso en verte cuando no te veo y pienso en como te querré ver cuando ya no estés. Ah, y, ehh.. me pareces el chico más lindo que haya visto jamás. No te lo dije ese día porque bueno, no hubo momento, pero solo, solo quería dejártelo en claro... supongo.
Cuando Dream finalmente se atrevió a ver al más bajo a los ojos, vio ese mismo brillo inusual pero bastante usual al mismo tiempo en sus ojos. Su corazón ardió por un segundo y se sintió pequeño, vulnerable de una manera bonita.
- Clay.. yo-
Antes de que George pudiese terminar su frase, los dispersores de agua que habían se activaron, y por su mala suerte, Dream había decidido pararse justamente donde habían varios, haciendo así que toda el agua les cayera encima.
El más alto soltó un grito agudo y comenzó a tratar de huir de los dispersores, pero no importaba donde pisara, siempre había uno justo debajo de él.
Dream se siguió quejando sin parar hasta que levantó la cabeza por instante para ver a George, el cual no había parado de reír desde que lo mojó el primer chorro.
- Ahh no, tu no te burlas de mi. ¡Ven aquí, enano! -dijo el rubio mientras tomaba al pobre y desprevenido George por el brazo y lo atraía hacia él.
El más bajo soltó un grito de disgusto y comenzó a querer huir de Dream, sin embargo, no pudo. En uno de sus intentos de soltarse del más alto, este lo tomó de la cintura y lo atrajo hacia el, terminando pecho contra pecho el uno del otro.
La cercanía entre ambos hizo que George sintiese como su corazón paraba de latir por unos leves momentos, y cuando levantó la cabeza se encontró con la mirada punzante del rubio, el cual sonreía como si fuese su cumpleaños.
- ¿Quién ríe ahora, pequeño? -dijo sonriente mientras gotas de agua caían de su pelo.
George solo lo miró, no dijo nada, no hizo nada, solo eso. Sus ojos brillaron y sus mejillas se sonrojaron, se sentía avergonzado, derrotado, humillado... enamorado. Enamorado de un ser malévolo que se estaba burlando de él. Era, sin embargo, algo que por una macabra razón hacía que le gustara aún más.
El ojimarrón puso sus manos sobre el pecho del más alto y le soltó un leve golpe antes de volver a mirarlo. Dream río y inesperadamente puso una mano en su mejilla.
- Te ves precioso sonrojado.
Una calidez increíblemente fuerte entro de los pies a la cabeza dentro del cuerpo de George. ¿Él? ¿Precioso? ¿Sonrojado? Nunca le habían dicho tal cosa. Nunca le habían dicho precioso. Quería que lo dijese de nuevo. Quería que Dream se lo dijese de nuevo.
El más bajo miro inevitablemente los labios del rubio, ¿cómo no hacerlo? Sus labios eran perfectos, como dos algodones de azúcar. Quería probarlos de nuevo. Pero George no se atrevería a hacerlo, no de nuevo. De hecho, había estado sobrepensando sin parar el hecho de que lo había besado esa vez y se había estado arrepintiendo por hacer algo tan vergonzoso como eso tan de la nada. Sin embargo, miró sus labios, deseando que tomara la indirecta.
Por suerte, Dream no es tonto y lo notó. Levantó levemente la cabeza del más bajo, haciendo que sus miradas se encontrarán y finalmente hizo que sus labios lo hicieran también.
George se alejó después de un segundo, pero eso no le bastaba al rubio, necesitaba probar más de él. Dream pasó su mano de la mejilla hasta la nuca del más bajo y volvió a atraerlo hacia él. Lo besó y comenzó a mover sus labios delicadamente, con miedo a asustar al más bajo. Los siguió moviendo hasta que comenzó a introducir lentamente su lengua, a la cual le dieron una entrada dudosa. Pero justo en el instante en el que sus lenguas se iban a encontrar, George se alejó. Los dispersores se apagaron.
- Perdón. -dijo el más bajo mirando sus pies.
- No, no, no pasa nada, es mi culpa, no debí asumir que querías, lo sien-
- ¡No es que no quiera! Digo, no es que no quiera.. Pero, no se besar. Nunca he besado realmente a nadie, nunca me había interesado hacerlo, ni siquiera la idea de hacerlo. No se nada de esto.
Él corazón del más alto se derritió junto con su expresión asustada.
- George... No te sientas culpable, no pasa nada. Ehm, más bien, si gustas, yo podría enseñarte. ¡Obviamente no soy un experto! Pero, podríamos practicar, un día, en mi casa. ¡No tengo otras intenciones lo juro!
El pelimarrón soltó una leve risa y asintió, sintiéndose comprendido y agradecido por la reacción del más alto. Que bendición.
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Limón Y Sal. - DreamNotFound
Fanfikce- "Por más que yo no quiera, te quiero." - "¿Con limón y sal?" - "Eres un idiota." warnings (? esta historia contiene yaoi. esta historia contiene dnf. esta historia contiene angst. esta historia contiene partes realmente tristes (en mi opinión) así...