Ha transcurrido casi un año desde la noche de mi revelación, y las cosas van muy bien. Resulté ser la primera de mi línea con ascendencia de la gran Ryvy; algo que, lejos de decepcionar a mis padres - como peor me temía -, los llenó de orgullo y excitación. Me presumen en las comunas en las que son delegados, y contrataron para mí dos tutores que me ayudan a aprender a dominar el caudal de las dos magias que habitan dentro de mí. Uno es una hechicera oscura con parábola blanca, Lucinda, el otro un hechicero blanco con parábola oscura, Bron. Con él mi familia estuvo un poco reticente al principio. No les gusta la idea de abrirle las puertas de nuestra casa a un hechicero de la luz, pero han tenido que ceder, aunque sin dejar de mostrar su antipatía. Sus ambiciones dependen de que pueda formarme correctamente. Ya han empezado a divagar... Mi madre está segura de que, si estudio bastante, podré llegar a postularme como emperatriz de la magia algún día. Es un sueño un poco loco, pero por ahora no quiero pinchar su globo.
Me gustan las clases de Lucinda y Bron, me ayudan a ver todo con una perspectiva más amplia. A través de ellos supe que la magia blanca es mucho más poderosa de lo que la gente suele pensar, incluso más que la oscura debido a que, además de tener pocos intermediarios, es la más antigua de todas, y de la que menos se sabe.
Mi condición es de veras excepcional: se han documentado pocos casos en la historia en los que el fénix se presente en una revelación, y hacía al menos tres siglos que no sucedía. Al principio me aterraba saberlo, pero ahora me intriga. Quiero conocer más de Ryvy, de mis antecesores y de todo cuanto haya por descubrir. El mundo, que antes ya me parecía rico e inacaparable por una biblioteca tan reducida como la mía, es un baúl de sorpresas interminables. Y ahora tengo la ayuda de mis tutores para abrirlo un poco más y ver qué hay dentro.
En cuanto a lo que ha cambiado desde aquella noche, como mis hermanos predijeron, comencé a sentirme más poderosa y segura de mí misma. Hay un antes y un después emocional luego del desarrollo como hechicero: se exacerba la sensación que padecí durante la salida de la luna, algo que, como me advirtió mi familia, debo mirar de cerca y no olvidar. Cuando eres joven, crees que podrás con todo y por eso haces locuras inimaginables que ponen tu vida en riesgo. Mi estado como hechicera de luna llena novicia acrescenta ese peligro; vuelve mi capacidad de evaluar las situaciones un completo desastre. Según el promedio, en dos de tres casos, si me permiten decidir, me arrojaré a los lobos sin razón aparente. No es más que la psicología del novicio: necesidad absurda de testear los límites de uno mismo. Para desacreditar a los <<recién desarrollados>> cuando nos exaltamos y queremos brindar a los adultos nuestra <<joven>> perspectiva, suelen recurrir al dicho popular más irritante de todos, que es algo como "no le hagan caso, está En-lunado".
Hablando justamente de lunas y de lobos, luego de confesarle a mi familia los sucesos previos a mi ceremonia - además de enojarse muchísimo -, avisaron a los jefes de la orden que nuestra localidad estaba <<infestada>>. En lugar de, como pensábamos mis hermanos y yo, hacer recorridos por todo el territorio para cazar a las criaturas del consejo mágico, aumentaron las medidas cautelares para que esas criaturas no nos encuentren jamás. Según Erno y Ácrata, cabezas de la orden, el consejo mágico es demasiado poderoso aún en sus desconcentrados. Y si le cortamos una cabeza al basilisco, es más que probable que le crezcan otras diez o veinte. Acabaríamos iniciando una guerra civil en el territorio del este, y lo que es peor, sin conocer el verdadero número de seres mágicos que se nos enfrentarían.
Me alegra que hayan tomado determinaciones tan cabales. En lo personal, preferiría dejar en paz a los Slint Vain. No he parado de pensar en Eileen durante los últimos meses... Físicamente, no volví a encontrarme con ella - luego de mi iniciación en clases de control mágico, ya no pude nadar más -, pero a veces aparece en mis sueños.
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El lado oscuro de la luna- Rebeca.
FantasyLa luna es hermosa, ¿no te parece? Mírala un poco mejor. Es tan vieja como todos nosotros; más que el tiempo medido hasta ahora. ¿Cuántas historias nos podría contar? ¿Cuántas vidas ha presenciado? Cuántas muertes... Te encandila, pero no apartes...