PERDER

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-¿Estás sordo o solo eres imbécil?- Louis chasqueó la lengua, y Harry reaccionó.

-Soy Harry.- Cerró el libro y se alejó para acomodarse en la cama. Dolía estar lejos.- ¿Tú?

-Sabía que solo eras imbécil.- Escupió con el rostro serio.- Si estás aquí leyendo un puto libro mío mientras balbuceas como un bebé idiota sabes quién soy.

-Te conozco más que tú mismo.- Le ladró serio, y se acercó un poco moviendo el tronco hacia adelante.- Y si te pregunto es para que contestes, imbécil, acabas de despertar de un puto coma de 17 días. Si no me reconoces tenemos un problema.- Apretó los dientes.- No solo con tu cerebro estúpido sino nosotros, no pienso aceptar que luego de toda tu mierda no recuerdes quién coño soy.

-Deja de hablar en ruso.- Escupió.

-Dime quién eres.- Se pasó al inglés, le dolía escuchar de Louis que sus sonrisas por sus avances eran mentira.

-Louis Vólkova.- Suspiró. Tal vez ese gigante con cara de zorra bonita tenía razón.- Bailarín principal del Gran Bolshói de Rusia.

-Dime dónde estás.

-En un hospital.- Le alzó las cejas.

-En dónde, Louis.

-Rusia.- Harry cerró los ojos.

-¿Cuántos años tienes?

-24.- Miró al rededor.- ¿Qué día es?

-18 de mayo.- Miró su reloj, vacío.- 19.

-No puede ser.- Chasqueó la lengua.- La temporada de verano terminó, estamos ensayando para...-

-19 de mayo del 2018.- Lo cortó, y Louis se quedó en silencio.- Renunciaste al Bolshói dos semanas antes del estreno del último ballet de la temporada.

Los dos se quedaron en silencio, mirándose atentos. Pero Harry bajó los ojos por primera vez y se paró dispuesto a alejarse.

Ni Louis ni él se esperaban la repentina mano tatuada que envolvió su muñeca, reteniéndolo solo con el gesto que al ruso le provocó una descarga de corriente eléctrica en el cuerpo. Él conocía esa piel, joder, también conocía esos ojos que lo miraron al segundo. Pero no conocía el rostro del hombre que parecía un muerto que respiraba.

-Tengo que llamar a un médico.- Murmuró, soltándose sin problemas y sin mirarlo.- Tienen que revisarte.

Louis no entendió por qué le molestó que se aleje.

Tonto primer bailarín que no recuerda la primera premisa; el cuerpo tiene memoria, tanto como el tacto que sabe reconocer lo que sostuvo tantas veces.

Harry llamó a la enfermera de turno, la eficiente Anna estaba allí, y se movió a su teléfono buscando el grupo de WhatsApp detestable que Niall creó, hablando en ruso sin pensar porque tenía a Liam en la cabeza.

AeternamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora