Capítulo 22: Eslabón débil

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Magno fue el primero en despertarse esa mañana nuevamente. Los recuerdos de la noche anterior volvieron de repente a su cabeza, como si se hubiera quedado grabado en su memoria de forma permanente. Se quedó un rato mirando al techo de la habitación, pensando lo que debían de hacer ese día. Lo más probable era que Lloyd les proporcionase más información sobre el accidente, como la posición de Harry cuando sobrevolaba los cielos y similar. Se giró hacia Aquiles, el Aogiri estaba durmiendo mirando hacia él. Pensó en lo adorable que era con los ojos cerrados, sin el pañuelo y durmiendo.

-  "Aquella vez que pensé que era adorable lo pensé en serio" - se dijo-. "Ahora lo he besado... Ay Dios, me resulta aún más adorable."

Se levantó, sin hacer ruido y salió de la habitación. Aún estaba asimilando su beso con Aquiles, le costaba creerlo. La casa estaba en silencio, solo se escuchaba el cantar de los Pokémon pájaros que provenían de la calle. Se dirigió a la cocina, la abuela Irene también estaba despierta y preparando los desayunos.

- Buenos días - saludó Magno.
- Oh, Magno - dijo Irene-. ¡Buenos días! ¿Te apetece desayunar?
- Claro, un poco de café me gustaría - El pelirrojo se sentó en una de las sillas y se arrimó a la mesa-. Recuerdo que la última vez que desayuné aquí tenía catorce años.
- El tiempo ha pasado demasiado rápido... - Irene sonrió-. Me alegra ver que ahora tanto Aquiles como tú sois dos jóvenes adultos hechos y derechos. Con objetivos algo peculiares, sí.

A Magno le caía muy bien la abuela de Aquiles. Era una persona amable y risueña, así como Harry. Utilizaba un vocabulario algo antiguo que pocos en Calagua podían entender a la perfección sus palabras. Le sirvió el café y le dejó el azúcar a un lado.

- Muchas gracias, Irene - Magno le dedicó una sonrisa.
- ¿Quieres algo más para acompañar el café? - preguntó-. Ah, ya sé, igual tengo algo por aquí...

Irene abrió un par de armario y sacó una caja redonda de latón con un dibujo grabado en metálico del monte cenizo en la tapa. Lo abrió, descubriendo así unas galletas lava con azúcar glas espolvoreado por encima.

- ¡Oh! - A Magno se le iluminó la mirada al ver las galletas originarias de su tierra-. ¡Muchas gracias, tú sí que sabes!

Cogió una y la mojó en el café mientras su mirada se tornaba algo más seria para pensar en lo ocurrido anoche. Aquiles no se había apartado, había aceptado el beso... ¿Entonces Aquiles también sentía algo por él? El pelirrojo negó mentalmente la cabeza.

- "Imposible..." - se dijo-. "Todo fue... un accidente, eso es... No le daré más importancia"

Trató de no pensar en ello, pero el recordar que Aquiles no se había apartado al recibir el beso hizo que ese pensamiento no saliera de su mente. Lloyd entró poco después en la cocina, estaba despelujado, delatando que se acababa de despertar. También llevaba el pijama, igual que Magno. La abuela Irene llevaba una bata, parecía que ella era la que más despierta estaba de los tres a pesar de que todos se fueron a dormir prácticamente a la vez la noche anterior.

- Mmmmmghhhh... - gruñó Lloyd-. Buenos días...
- ¡Otro que está dormido! - exclamó Irene-. Anda, hijo mío, vete al baño y lávate la cara, ya verás como te despiertas rápido.

Lloyd gruñó otra vez y salió de la cocina.

- ¡Y si no te despiertas, ya verás como te despierto yo! - acabó.

Soltó un pequeño suspiro. Realmente se echaba en falta a Harry.

- ¡Solo falta Aquiles! Hay que ver cuánto duermen en esta familia... - le dirigió una mirada a Magno-. Tú y yo somos los únicos que madrugamos aquí. Magno, querido, ¿me harías un favor? ¿Podrías ir a despertar a Aquiles por mí?
- ¿Hum? - Magno tenía la mitad de la galleta en la boca y la otra mitad se cayó en el café. Tragó rápidamente-. Oh, si. enseguida voy.

[Diferentes] - Hardenshipping (Magno/Maxie x Aquiles/Archie)- Pokémon ORASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora