Capítulo 28: Hogar dulce hogar

30 1 1
                                    

Salieron de la Senda Ígnea y entraron en la ruta 112. Cuando Magno miró hacia arriba, se fijó en que habían cruzado por el interior del Monte Cenizo, el lugar en que había tratado de despertar a Groudon en una situación anterior, pero sin éxito.

—Buenos tiempos —dijo Magno deteniéndose—. Por aquel entonces la región no estaba en peligro.

—¿Y ahora no son buenos tiempos? —preguntó Aquiles—. Con lo bien que estamos juntos, Magno.

El pelirrojo guardó silencio unos instantes y pensó. Entonces le dirigió una mirada tierna al Aogiri.

—A tu lado son mejores tiempos —contestó por fin. Se agarró a su brazo—. Me alegro de que esté todo bien entre nosotros, Aquiles.

—Está bien, pero... ¿Cómo bajamos de aquí? —Aquiles miró a lo lejos—. Quiero decir, podemos subir al volcán y bajar hasta Lavacalda desde ahí, que sería lo ideal, pero...

—Ya iremos al volcán otro día, tengo una idea —el pelirrojo se separó de Aquiles y sacó una Pokéball—. ¡Adelante, Camerupt!

—Oh, no... —musitó Aquiles—. Ya sé que fue una mala idea, pero que lo vayas a hacer tú no quiere decir que vaya a salir mejor.

—Iremos más despacio, tranquilo —Magno se montó en su Pokémon—. Venga, no te pasará nada.

Aquiles soltó un pequeño gruñido. Él era reticente a esas cosas, pero viendo que Magno había pasado por lo mismo cuando tenían que recorrer alguna ruta con agua, no se quejó y se montó detrás de él.

—¿Puedo darle la mano...? —preguntó Aquiles.

—Sí, claro —Magno le cogió la mano—. ¿Listo?

Aquiles asintió y Camerupt empezó a moverse hacia las vallas. El pobre iba montado detrás y le daba miedo desequilibrarse y caer del Pokémon, así que se agarró con fuerza al torso de Magno. El pelirrojo sonrió ante esto. Aquiles tenía tanto miedo que cerró incluso los ojos para no ver lo que estaba sucediendo.

Camerupt avanzaba poco a poco, pero cuando tenía que saltar una valla, cogía carrerilla y lograba pasar exitosamente. Magno se había planteado quemar las vallas, pero estaría haciendo daño a algo que no era suyo. De hecho se podría considerar un crimen. Cuando Camerupt saltó las vallas de la ruta, empezó a frenar. A lo lejos se podía ver Pueblo Lavacalda, estaban a punto de llegar.

Cuando se paró, Aquiles abrió los ojos poco a poco, hasta que los dos se vieron rodeados por las tradicionales casas del pueblo.

—Así como me preguntaste tú una vez —empezó Magno—, ¿Ha sido para tanto?

—Tenía mucho miedo, estábamos subiendo una cuesta muy empinada —explicó el Aogiri—. Además temía caerme de Camerupt y hacerme daño.

El Pokémon soltó un quejido y los dos se bajaron. Magno le guardó en su Pokéball y recorrieron parte del pueblo, buscando donde parar y descansar. Acabaron los dos en un banco, estaban agotados por lo que habían recorrido esa mañana.

—Tengo hambre... —musitó Aquiles—. Sabía que tenía que haber comprado algo de comida en Pardal...

—Si quieres podemos buscar la casa de mis padres y comer allí —sugirió Magno—. Estoy seguro de que no pondrán pegas —miró la hora en el PokeNav, marcaba las 16:24—. Es cierto que es un poco tarde, pero lo entenderán... Espero.

—Es tardísimo... —Aquiles se levantó del banco, dispuesto a buscar la casa de sus padres—. Da gracias a que somos vecinos y no tenemos que ir cada uno por un lado.

—Cierto —Magno recordó su visión y se puso en pie, listo para empezar a buscar—. Es un punto a nuestro favor, Aquiles.

Recorrieron varias calles y se pararon ante el Centro Pokémon. ¿Y si los padres de Magno no estaban en casa? Tendrían que dormir allí, supuso. Al cabo de unos minutos, vieron dos casas que estaban separadas del resto de la urbanización y Magno se acercó para ver si eran esas.

[Diferentes] - Hardenshipping (Magno/Maxie x Aquiles/Archie)- Pokémon ORASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora