Hyung [Taegi]

V

16 años

Taehyung se había acostumbrado a la idea de que, siendo popular, la fiesta nunca le faltaría. Tenía muchos beneficios ser reconocido y ser bonito, descubriendo ciertos aspectos del mundo junto a Yoongi. No se alejaron desde la confesión del último, teniendo un acuerdo tácito durante un tiempo de que aquello nunca pasó y que nunca se hablara al respecto. Pero las cosas a solas eran distintas. Ambos se acercaron tanto que los límites amistosos de alguna forma comenzaron a volverse flexibles. Ya no eran besos que después no se discutían. Ambos iban más allá y ambos disfrutaban con eso, manteniendo el nombre de amigos para todo eso. Durante este tiempo Taehyung comprendió de lo que era capaz de hacer, de que los beneficios más allá de su cara bonita podían ser más grandes con su lindo cuerpo.

Yoongi no terminaba por convencerse; no quería dejar las cosas así pero tampoco quería cambiarlas. Taehyung era lo más cercano al amor que sentía. Taehyung era calma y alegría para él. Entre tenerlo y no tenerlo, Yoongi no sabía por dónde irse. Aquel chico rubio se guardó tantas palabras hermosas que algún día esperaba decir. Mientras tanto, se convenció de que el solo verse le era suficiente.

...

Pronto era el cumpleaños de Hoseok. Taehyung estaba feliz porque eso significaba una oportunidad de acercarse a él, aun estando tan ocupado con su trabajo. Yoongi, en cambio, no estaba feliz por estas fechas, pues no existía otro tema de conversación entre él y Taehyung. Yoongi explotaba en celos a solas cuando Taehyung se iba, después de explicar lo maravilloso que bailaba Hoseok, alabar su sonrisa y cualquier otra cualidad irrelevante que solo Taehyung le prestaba atención.

En un momento, Taehyung, ya acostumbrado a la fiesta y tener algún acceso a bebidas, estaba feliz bailando en la zona de baile. Yoongi no estaba en Seúl y en el momento no lo necesitaba. La compañía, por más falsa que fuera, seguía siendo compañía para Taehyung; chicos dispuestos a consentirle caprichos del momento y que buscaban más que nada pasarla bien. Pero de pronto, como se sabe, todo lo que sube tiene que bajar, y entonces la euforia del trago comienza a descender y es ahí cuando el cerebro reacciona de forma más lenta, cuando las emociones empiezan a ser aquellas de las que se buscó escapar en primera instancia. Y de pronto, este solitario Taehyung solo sintió ganas de llorar y gritar el nombre de Hoseok.

- Disculpa, busco a un chico llamado Taehyung.

- Esta por allá, se desmayó hace poco. ¿Eres Hoseok? Por favor habla con él, se le pasó la mano creo.

En un viaje con un ebrio Taehyung como copiloto – luego de que le llamaran unos desconocidos al figurar como su número de emergencia – Hoseok decidió llevarlo a su propia casa. Conocía lo estrictos de los padres de Seokjin; Taehyung hacia tiempo se les había salido de control y ya tenía claro que en su casa las peleas eran más que frecuentes, sino constantes. No era sorpresa después del comportamiento habitual del menor de los Kim; siempre había sido tan controlado, que cuando salió y descubrió el mundo y lo que le podía dar se abrumó y emocionó demasiado. Llevarlo en ese estado a casa era asegurar un problema y pelea para todos. Hoseok quería ayudarlo un momento dejándolo descansar al menos hasta que se sintiera mejor.

Al llegar a casa y dejarlo en su cama, Hoseok tomó unas frazadas para ir a dormir a la sala.

- Hobi hyung – Canturreó Taehyung dormido, aun dominado por el alcohol en su cuerpo.

- Apestas, ¿Cuánto bebiste?

- Por favor quédate aquí – Extendió su mano, somnoliento y sonriente.

- No digas tonteras, Taehyungie. Duérmete y mañana hablamos.

- Jaja, es que me gusta tenerte cerca, debe ser porque te amo demasiado – Hoseok, que había reído de como el adolescente hilaba torpemente las palabras, dejó de reír. Intentó razonar que ese te amo era solamente una expresión de cariño, como él te amo que le decía a Seokjin.

- Por favor, duérmete.

- ¿Sabes desde cuando lo sé? Desde que tenía doce años. Siempre me has gustado, siempre te he querido...