VI

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17 años

Taehyung no se sentía feliz. Estaba comenzando para ese momento el segundo semestre del último año escolar; el ambiente amigable se acompañaba de nerviosismo y charlas entre compañeros que llegaban siempre al mismo tema sobre los próximos exámenes universitarios. ¿Qué estudiaras? ¿Qué harás después? ¿Tienes algún plan? Taehyung los escuchaba mientras veía Instagram en su celular y se guardaba sus comentarios para dentro de sí. La mayoría alrededor iba diciendo que esperaba entrar a equis universidad, otros ya tenían la meta de trabajar nada más. Cada uno estaba tomando un rumbo, pero Taehyung no tenía claridad de qué hacer y eso le estaba causando más incertidumbre de la que siempre había sentido.

Ni siquiera he pensado a soñar con algo.

La situación le estaba angustiando cada vez más. Todos tenían algo que cumplir, tomar caminos distintos. Taehyung tenía cierta presión sobre sus hombros; Seokjin ya estaba titulado como enfermero de la universidad hacía mucho, por lo que sus padres también esperaban ansiosos la decisión de su hijo menor. No sabía qué iba a ser de él, ni si quiera tenía claro qué le satisfacía. Fue entonces que apareció una lucecita al final del túnel, como se refirió al evento años después.

Escuela de modelaje.

...

Hoseok iba al volante de noche, manejando con el cansancio devorándole el cerebro. Lo apretó con fuerza cuando frenó el auto y desde las luces delanteras veía cuatro figuras con aspecto fiestero; eran las tres y media de la madrugada y esos muchachos esperaron, abrazándose para soportar la frescura de la noche. Suspiró fuerte. Estaba muy cansado; había bailado todo el día, mañana debía ver a su hijo y había tenido intensiones de mantener un sueño limpio y de corrido, pero las ganas de fiestas de cuatro adolescentes se lo impidieron. Ni siquiera sabía bien por qué había venido. Estaba exhausto de tan ajetreado día.

- ¡Al fin llegas, hyung! – Dijo Jimin en un tono animado cuando Hoseok bajó del auto. Ese muchacho se aferraba fuertemente a los hombros de otro chiquillo alto, quien le sujetaba para no caer en un desequilibrio por la emoción. La verdad era que estos chicos no consumían nada de alcohol y Hoseok lo sabía. Podían ingresar a fiestas de ese tipo gracias a influencias de Taehyung, pero abrazaban ese espíritu de divertirse sin consumir algo a lo que no estaban dispuestos. Los cuatro, excepto Taehyung.

- Este chico algún día me hará trizas – Dijo entre dientes, para luego suspirar y hacer notar su agotamiento. Los cuatro chicos estaban frente al auto. Hoseok tomó a un dormido Taehyung que dormía en el suelo, sosteniendo su cabeza en las piernas de ese chico rubio gruñón. Hoseok los miró con cierto enojo; sin decir nada, tomó uno de sus brazos bajo la mirada feroz pero camuflada de Yoongi. Pasó su brazo sobre sus hombros y lo levantó para llevarlo al auto – Huele feo, ¿Por qué tanta emoción hoy?

- Aunque no lo creas – Respondió Jungkook – no fue para autodestruirse.

- ¿A no?

- No – Soltó Yoongi toscamente – Le dieron muchos halagos en la prueba. Le dijeron que era lo que buscaban y que tenía mucho potencial. Estaba tan feliz que bailó toda la noche y aunque no lo creas, esta vez sí se le subió sin querer – Una vez asegurado Taehyung en el asiento trasero junto a Jimin y Jungkook a cada lado para cuidarle, Yoongi fue en el asiento delante junto a Hoseok quien manejaba.

Los cuatro chicos formaban el ambiente adolescente que cualquiera pensaría. Animado y hablando tonterías sin parar con términos que Hoseok de pronto no lograba entender del todo. No paraban de reír de las idioteces que había hecho Jungkook para hacer reír a Jimin toda la noche. Era un grupo interesante, pensó Hoseok, recordando sus aventuras juveniles junto a Seokjin y Namjoon, cuando le pedían al hermano mayor de Namjoon que fueran por ellos. Aunque le dolía la cabeza, disfrutaba un poco siendo el chofer. Pasando a dejar a los – en palabras de Yoongi – payasos de atrás, Yoongi y Hoseok quedaron a camino del hogar del rubio para resguardar a Taehyung de sus padres. Felices no estaban; pero ya la excusa estaba planeada.

- ¿No te molesta estar de alcahueta de Taehyung? – Atacó Yoongi de pronto, haciendo reír a Hoseok sin ver la verdadera intensión detrás aún.

- La verdad es que sí – Rió.

- ¿Entonces por qué le sigues ayudando?

- Quién sabe – Hoseok no pensaba mucho el motivo al respecto; menos siendo la hora que era. No era momento de reflexionar, creía.

- Debes parar.

- ¿Cómo?

- Detente – Dijo tan tajantemente Yoongi que Hoseok se desconcentró del camino al tener la mirada del menor tan furiosa contra sí – Deja de ayudarlo, aléjate de él, ¡Deja de buscarlo porque solo estas dándole alas! – Las palabras de Yoongi comenzaron a incomodarle y ponerle nervioso. Hoseok escuchaba como Yoongi empezaba, en algún grado, a alterarse y ponerse en una postura aún más confrontativa ante el mayor. El tema que Yoongi sacaba no le gustaba nada, por lo que se obligó a parar el auto para estacionar a la mitad de la carretera para comenzar a hablar sin distracciones. El adolescente se veía enojado, pero sabía que Yoongi se negaba a beber cualquier cosa. No estaba siendo invadido por ninguna sustancia que lo desinhibiera y reconocía la honestidad con la que enfrentaba las cosas; en cambio Hoseok se obligó a enfrentarlo.

- Yoongi, no estoy dando ningún tipo de alas, ¡No sé de qué diablos hablas!

- ¡Lo sabes bien! – Yoongi bajó la voz cuando Taehyung carraspeó, indicando una molestia en su sueño. Hoseok crispó los dedos, indicando que bajaran del vehículo para hablar con más libertad. Ya fuera, ambos personajes se vieron cara a cara; uno teniendo la percepción de tener en frente a un niño molesto con el mundo; el otro, enfrentándose con una persona que guardaba tremendo rencor desde hacía mucho tiempo – Siempre has estado presente para él, acude a ti en cualquier situación en que se siente amenazado o cuando se mete en problemas, aunque tiene un hermano mayor que puede ser igual o más de alcahuete que tú, ¡Dime! ¿No se te hace raro que eso sea tan recurrente y justamente a ti? Después empieza a decirte palabras de amor y tú no le detienes – Hoseok ciertamente estaba desconcertado ante las palabras del chico. Fregó sus ojos con sus dedos, cansado del tema en cuestión.

- Siempre le he dejado claro mis límites.

- ¡Claro, como si él los respetara! – Sonrió sarcásticamente.

- Yoongi – Hoseok adoptó una postura de cansancio, imponiendo presencia con su voz – Entiendo lo que estás insinuando, ¡Pero no es así! Jamás vería a Taehyung de esa forma, esto es solamente un capricho que tiene conmigo, se le quitará cuando crezca.

- ¡Entonces demuéstralo, por la mierda, Hoseok, hazme caso, deja de ayudarlo porque él está viviendo la fantasía de que puedes llegar a sentir lo mismo por él! – Empezó a gritar Yoongi – Si sigues estando ahí cuando lo necesite lo único que harás es que se meta en estas situaciones a propósito para buscarte, ¿En serio me creíste la excusa idiota de que estaba muy feliz para beber? ¡Claro que no! ¡Preparó todo esto solo para que fueras a buscarlo! ¡Toda la noche me comentó que quería verte, que seguro estarías feliz por él!

- No puedo creerlo – Hoseok, de alguna forma, sí había pecado de ingenuo y lo sentía hasta los huesos en ese momento.

- Créelo. En serio créelo porque lo conozco más que tú y sé que esto es más que un capricho, ¡No sabes la rabia que siento contra ti de que solo hable de ti cada que puede!

- Por favor olvídalo.

- ¡No, no puedo! – En ese instante Yoongi empezó a sacar los celos que con rabia guardaba desde hacía tanto – Él te ama, ¡No importa lo que yo haga, cuanto intente actuar como tú, él solo te ve a ti! ¡Lo único que quiero es que desaparezcas, vete! ¡Por favor...! Deja que Taehyung... me vea a mi... Solo desaparece...

Taehyung había comenzado a llorar después de oír pedazos de aquella charla y entonces comenzó a oír los sollozos de Yoongi desde el auto. Siguió oyendo una discusión, hasta de nuevo dormirse odiando haber oído los sentimientos de su mejor amigo.  

Hyung [Taegi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora