18 de abril de 1989
Alba se despertó mucho antes de que sonara la alarma. No es fácil dormir en dos en una cama individual. Amelia, a su lado, parecía descansar tranquila.
Estaba destinada a despertarse en esa habitación después de las grandes fiestas de su vida.
Le pasó después de la graduación y de nuevo hoy.
El día anterior fue su cumpleaños. ¡Treinta años!
Cuando tenia veinte años, pensó que los 30 serían "el principio del fin", y por lo tanto, decidiò no celebrar ese cumpleaños - aunque, como se sentía ahora, ella estaba pensando en posponer la fecha fatídica por lo menos diez años. Pero Natalia y Marina habían logrado convencerla de ir a cenar con ellas. Y cuando llegó a sus casa, unos diez amigos estaban allì.
Fue una fiesta divertida, con un final sorpresa, mas que la fiesta misma.
A la una, ya habían salido bastantes personas. Alba entró en la cocina para beber un vaso de agua, y encontró a Amelia haciendo lo mismo.
"Muchas gracias por el pastel. Lo hiciste tu, ¿verdad?
"Sí" - Sonrió Amelia.
"¿Puedo darle las gracias con un besito?"
Amelia se acercò, Alba puso las manos sobre sus caderas y le dio un beso en la mejilla, luego uno en sus labios. Ambas habían bebido bastante, era más fácil dejarse llevar, y el siguiente beso no fue tan casto.
Amelia también se despertó.
"Buenos días" - le dijo Alba.
"¡Buenos días!" - Respondió Amelia sonriendo - "¿Qué hora es?"
Alba miró el despertador en la mesita de noche: "Seis y medio."
"Es demasiado pronto para levantarse" - dijo Amelia, besándola.
Cuando dejaron de hacer el amor, seguían siendo abrazadas en silencio, mientras que Alba continuaba haciendo sus pequeñas caricias ligeras en las espaldas de la morena; fue entonces que Amelia con confianza se volvió hacia la otra.
"¿Lo intentamos de nuevo?"
La respuesta de Alba fue firme y inesperada.
"No."
"¿No?"
"No."
"¿Cómo sería decir que no? ¿Qué haces en mi cama?"
"Lo que siempre he hecho. Tomé lo único que me dejaste tomar, sexo. Porque dejaste tu corazón en el pueblo, aquí en Madrid nunca lo trajiste. Caì en tus redes una vez. Pensé que podría tener una historia contigo, pero no es posible.
La reacción de Amelia fue furiosa - quién sabe, tal vez precisamente porque le llamó la atención la verdad de las palabras de Alba - y a partir de ese día sus relaciones se volvieron casi inexistentes.
1 de enero de 1996
Amelia abrió los ojos y miró el despertador, eran casi las dos de la tarde. Había dormido siete horas, pero estaria aun en la cama. Decidió levantarse, no queria tener el riesgo de no dormir por la noche.
Se metió en la ducha y se quedó allí por una eternidad. Sentia la resaca todavia, eran los clásicos efectos secundarios de la fiesta de Nochevieja.
Comió algo, luego trató de recoger el libro que había empezado unos días antes, pero no pudo concentrarse.
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El futuro robado
FanfictionSe puede renunciar al amor por las convenciones, las responsabilidades, por un sentimiento de culpa? Asì arriesgarnos a comprender demasiado tarde que nos estamos robando el futuro, privándonos de la oportunidad de nuestra vida? Una historia que emp...