Capitulo 22

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Tres días después

 

Emmy se coloca una ramera mucho más grande que ella de los Beatles, unos short por debajo y unas zapatillas vans negras, aun luce su look esponjado hasta sus caderas. Aquellos ojos azules estaban tristones con ganas de dormir para siempre pero no dejaría que eso pasara.

Bajo por las escaleras tomando a Emmy de la mano, parecíamos madre e hija, yo con mi aspecto serio y Emmy como una nenita. Entramos al auto en silencio, durante el camino también guardábamos silencio hasta parar frente rehabilitación, miro a Emmy a los ojos ella solo se queda mirando sus manos posadas en su regazo pero sentía su respiración agitada, inhalaba con dificulta y exhalaba con suspiros.


Valeri: créeme, esto lo hago por tu bien-sonrió apoyando mi mano derecha en su hombre- vamos.


Ambas bajamos del auto comenzando a subir las escaleras del edificio, mujeres pasaban con sus uniformes de enfermeras, otras formales con aquellas faldas hasta las rodillas ajustadas y chales negros totalmente monocromáticos, miro hacia los lados sintiéndome pequeña pero fuerte, avanzo tomando del brazo a Emmy hasta el panel central, sonrió al ver que un hombre atendía la secretaria.


X: ¿Qué se les ofrece?


Trago y respondo.


Valeri: mi amiga ingresara hoy a tratamientos con el doctor Carmelo...

X: ¿Emmy Bost? —Pregunto arqueando las cejas-

Valeri: sí.

X: en el siguiente pasillo, primera puerta.


Tomo del brazo a Emmy arrastrándola entre las personas, entramos al consultorio, digo, habitación. Emmy se quedó paralizada en la entrada, trato de empujarla para que entre pero parece una estatua, el doctor suspira desde la camilla hasta que me ayuda a empujar a Emmy dentro la habitación. Siendo franca, no quiero dejarla acá un mes pero sé que mejorara mucho.


X: bienvenida, Emmy-dijo sonriendo-

Emmy: gracias-dijo en tono grave-

X: ¿estas lista?

Emmy: ehm eso creo-dijo dudosa-


Miro a Emmy sonriendo, ella se acerca para darme un abrazo, cierro  mis ojos abrazándola soltando una serie de suspiros largos.


Valeri: nos vemos, se una niña buena-digo con mi tono maternal-

Emmy: si mama-ríe-


La miro aun sonriendo pero mi sonrisa reflejaba todo lo que me costaba dejarla ahí, me doy la vuelta saliendo de la habitación, camine por los pasillos cuando escucho gritos de enfermeras y una loca pelirroja corriendo por las escaleras, rio un poco antes de abandonar el edificio.

Sentía culpa dentro de mí, algo que no podía describir muy bien aunque podía controlarlo. Baje en un café para sacar mi cabeza de esos pensamientos, me entregan el moca chino con una ración de seis galletas de chispas de chocolate  en un platillo color blanco, me siento en una de las mesas fuera del local, coloco mi teléfono para verlo un rato mientras como las galletas. Una canción sonaba en la radio que fácilmente podría reconocer, Little Bird de Ed  Sheeran, Emmy ama ese chico —obvio es Ed-  


Mes medio después


Me pregunto tantas cosas ¿Dónde estará Thomas? ¿Qué hizo después de dejarme en New York? ¿Estará feliz alado de otra chica o solo siguió su vida? ¿Aún me ama?  Obviamente es estúpido de mi parte, no lo quiero de vuelta a mi vida pero algo dentro de mi reclama a gritos que lo extraña, gritaba tan fuerte que a veces me hacía soltar gritos ahogados en mi habitación, hacia arder mi garganta con el aire seco de la desesperación, ¿Qué carajos era esto? Sacudo mi cabeza mirándome en el espejo, me doy la vuelta tomando rumbo hacia mi armario, miro una y otra vez la ropa que siempre uso: camisetas, jeans, camisetas, jeans. Tomo una camiseta algo ajustada de rayas negras, unos jeans blancos ajustados rasgados en las rodillas y unas zapatillas negras, tomo un abrigo, mientras salgo me lo coloco. El día de hoy era nublado, las lluvias estaban cerca pero algo que amaba de esto era que la lluvia me hacía dormir más por las mañanas, escucho música mientras camino, el cabello me volaba por la brisa, era fría algo fresca, podía pensar en tantas cosas, paso frente mi antiguo trabajo en el café donde conocí —castigablemente- a Thomas.

Recuerdo cuando lo vi, tan guapo notablemente caprichoso, sus palabras tan frívolas eran  asquerosas pero aun así me gusto, había algo de él que lo hacía diferente a los demás, era un cretino. Al parecer mi pasión por amar a un cretino crecía mucho más, fue mi culpa todo esto, yo fui a esa cita, yo lo lleve a casa, yo lo deje entrar en mi vida.

Paro de caminar en una plaza, me siento en una banca a pensar un rato más.

¿Cómo había pasado todo aquello? No lo sé, la respuesta era tan obvia, cegada por una belleza temporal.

Dejo caer una lágrima.


...

Goodbye Emmy (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora