Capitulo 23

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Nota: se acerca el final de la novela.

 

...

 

Abro los ojos, me exalto al ver que frente a mi hay alguien, unos ojos marrones oscuros me miran directamente, él está sentado en la banca de al frente, reposa su brazo derecho en el espaldar de la banca y su pierna izquierda sobre la derecha, nos miramos fijamente. Thomas.

Thomas: hola-dice sereno-

Miro a los lados.

Thomas: que estúpida-ríe-

Lo miro mal.

Thomas: ¿Qué? Es la verdad-dice en tono burlón-

Valeri: no has cambiado-digo cruzándome de brazos alzando la mirada hacia otro lado-

Thomas: ¡oh tus pucheritos!

Siempre que me cruzaba de brazos alzando la mirada por naturalidad mis labios hacen un puchero, es natural.

Valeri: que estúpido.

Thomas ríe.

Thomas: tú tampoco has cambiado ¿o sí? Te veo más delgada, algo más...mujer.

Valeri: la gente cambia-dirijo mis ojos a los suyos-

Thomas: creí que estarías obesa.

Valeri: aun no dejas tu viejo tono arrogante, lo odio.

Thomas: no creo que lo odies, con este tono te conquiste.

Valeri: pensándolo bien era la necesidad de tener algo con una persona me  hizo tomar esa decisión de ir a esa cita, por mi cuenta, jamás iría.

Thomas: pero fuiste-rio-

Valeri: ehm...-dije sin más palabras para seguir-

Thomas: Valeri, creo que sigues siendo tan terca como una mula ¿no?-ríe un poco mientras me muerdo discretamente el labio-

Valeri: ¿terca yo?-digo con un cierto tono de sarcasmo-

Thomas: no uses ese tono conmigo-dice serio-

Lo miro a los ojos con una sonrisa victoriosa, aquella sonrisa de lado con los hoyuelos demostrando mi gran talento en vencerlo al hablar. Me muevo hacia un lado y él se mueve de la misma forma que yo, me imita, cruzo las piernas, él lo hace, sonrió juguetona apoyando mis manos en la banca, tomo impulso y me levanto sobre ella, él sonríe de la misma forma haciendo lo mismo, muevo mi cabello colocando las manos en mi cintura, el cruza los brazos, salto y salta, un juego de niños a simple vista. Corro hasta el centro del parque donde unos niños jugaban, el columpio estaba libre, digamos que estoy delgada así que no creo que pese más de 60 kilos, tomo de nuevo impulso para levantarme en columpio pero Thomas corre frenético a mí, miro como se acerca pero empiezo a correr hasta más allá del parque...

Valeri: vete, largo, déjame en paz-digo aun corriendo con la respiración agitada-

Mis piernas comenzaron a arderme, ya mi velocidad disminuía lentamente hasta caer en el frio césped.

Thomas: ¿cansada, nena?

...


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Goodbye Emmy (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora