12.

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De entre todas las cosas que Kihyun temía, no servir bien a Shownu era una de las peores, ya que el alfa no sólo había sido su salvador en el pasado, sino que incluso cuando ya había alcanzado la semana 23 de su embarazo, él seguía apoyándolo en más cosas de las que debería. Pero la verdad es que para un omega en pleno embarazo, las cosas que antes le parecían simples como levantarse cuando la alarma sonara, eran terriblemente difíciles de hacer, y de vez en cuando se quedaba dormido justo después de apagar la alarma, lo que resultaba en que Shownu hiciera su propio desayuno y se fuera a trabajar, no sin antes dejarle una porción de comida para él, como ocurrió en ese día.

Kihyun se sentía mal consigo mismo por no ser tan útil como quisiera, pues aunque a Shownu parecía no molestarle, él había sido casi entrenado para tener que servir a su alfa en todo momento sin importar cómo se sintiera. Aunque después de pensarlo cayó en cuenta de que Shownu no era su alfa y quizá era tan condescendiente con él porque tenía a alguien más que lo cuidaba mejor.

Durante los últimos dias, Shownu ya no le permitía ir a su trabajo al menos que prometiera de antemano y estuviera 100% seguro de que Kihyun no haría nada estando allá. La razón es que la pancita de casi seis meses de embarazo ya no se podía esconder de ninguna manera.

Era firme y redondeada, un poco pesada para el omega quien tenía ligeros dolores de espalda de vez en cuando, pero que todavía se sentía capaz de ayudar.

Después de la hora de almuerzo Shownu ya debería haber llegado, pero no lo había hecho y Kihyun comenzó a ponerse un poco ansioso, así que le envió un audio.

—Hola... —susurró. —¿Cómo estás? ¿Vendrás pronto?

Sus palabras fueron interrumpidas por el sonido de la bocina de la motocicleta en la entrada de la casa.

El omega cortó el audio y abrió la puerta con rapidez, encontrandose a Shownu que bajaba del vehículo, y lo observaba con una sonrisa, y de repente toda la ansiedad que estaba sintiendo se desvaneció cuando corrió hacia él.

Shownu lo detuvo en un abrazo improvisado y lo miró, un poco extrañado de tal comportamiento.

—¿Qué ocurre? —dijo entre risas. —¿Todo bien? Oh por Dios, mírate. —se quejó al ver que el omega salió afuera con ropa que no lo abrigaba en absoluto. —Ya casi llega el invierno y te atreves a salir afuera con esta ropa y sin calcetines, ¿y si te resfrias? No, no... —en ese momento levantó al omega al estilo nupcial y lo llevó de regreso hacia adentro, provocandole un sonrojo bastante notorio. —¿Almorzaste?

Kihyun se removió para que lo pusiera de nuevo en el piso, y cuando lo hizo no pudo volver a verlo a la cara.

—Ya almorcé. —susurró. —¿Y tú?

Shownu asintió.

—Un compañero de trabajo estaba cumpliendo años, así que todos almorzamos con él. Espero que no te moleste que no haya comido en casa. —Kihyun inmediatamente negó, sintiendo que no tenía ningún derecho a quejarse por un asunto trivial como ese, y entonces Shownu lo sorprendió al ponerse de rodillas y tocar su pancita con ambas cálidas palmas. —¿Y cómo ha estado mi bebé? —dijo con voz tierna. —¿Has estado bien? ¿Papi te ha alimentado como debería?

En el momento que estaba soltando tales palabras, una rafaga de feromonas se desprendió de su cuerpo envolviendo el de Kihyun, haciendo que se sintiera inmediatamente tan relajado que se vio obligado a soltar un suspiro.

No sabía si era solo un asunto inexplicable de las feromonas, pero desde que sintió las feromonas de ese hombre por primera vez sintió que realmente le daban paz. Tanto que ya había llegado a preguntarse qué haría en un futuro cuando tuviera que irse y no poder sentirlas nunca más.

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