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Desde el día que llegó a ese lugar, ya sea por obra del destino o del infortunio, Kihyun fue recibido con más amor del que sentía que merecía y el encargado de eso fue Shownu. Un alfa que nunca tuvo la obligación de hacer nada por él pero que siempre estuvo dispuesto a hacer todo.

Hasta hace unos días Shownu se había mantenido en una postura muy parecida a la de un buen ciudadano que quería ayudar, pero al final terminó confesando a Kihyun su deseo de formar una familia, cosa que el omega no había procesado en todo ese tiempo hasta que abrió el último cajón del ropero y se encontró con una colección de ropa de bebé, accesorios tiernos y algunos utensilios útiles de maternidad que reposaban ahí, en secreto como si tuvieran temor de ser desechados. Pero la parte que más llamó la atención del omega fue un pequeño suéter de lana que iba a juego con un par de calcetas, que Shownu tejió con sus propias manos.

La niebla que se había mantenido en su mente de repente se disipó.

¿Por qué estaba triste por una mentira basada en un hecho del pasado y mencionada por una persona que no importaba?

¿Por qué rechazaba la amabilidad y el afecto del alfa que le había dado todo en cuanto podía?

¿Por qué pensaba siquiera en negarse a sí mismo, al bebé y al alfa la oportunidad de vivir vidas tranquilas juntos? ¿Qué motivos tenía para seguir huyendo?

Sus ojos se empaparon de la abrumadora emoción y sin molestarse en ordenar lo que desarregló, corrió hacia la cocina donde estaba Shownu y lo abrazó por la espalda, sorprendiéndolo.

El alfa no supo como reaccionar ante la muestra de afecto, pero su corazón estaba intranquilo porque escuchó sus sollozos.

—¿Qué ocurre? —preguntó preocupado, tratando de zafarse de su agarre para poder verlo frente a frente. —¿Te sientes mal? ¿Te duele algo? ¿Quieres que vayamos al médico?

Kihyun no pudo responder inmediatamente, en cambio se quedó en esa posición aspirando el aroma del alfa que le hacía sentir paz y poco a poco fue ralentizando su llanto hasta aflojar el agarre. Sin embargo, Shownu se giró y no dudó en asegurarse de que estuviera bien.

—Dime, ¿qué pasa? —preguntó con tristeza al ver sus ojos irritados mientras trataba de limpiar sus mejillas húmedas. —¿Dije algo malo? ¿Te sientes triste? ¿Por qué lloras?

El omega seguía guardando silencio y volvió a abrazarlo, esta vez dejándose envolver por los brazos del alfa, recibiendo un consuelo que ni siquiera él mismo se había dado cuenta que necesitaba.

Claro que se merecía todo el amor que estaba recibiendo, incluso si se sintiera culpable de no darle la oportunidad a alguien más, no quería que todo ese afecto fuera desviado a otra persona.

El alfa le dio su tiempo, y lo abrazó dejando suaves caricias en su espalda, soltando un leve flujo de feromonas para que se calmara y así permanecieron por muchos minutos, hasta que no hubo ni un sólo sollozo más.

Ambos mantenían el cálido abrazo intacto. Kihyun estaba acurrucado en el pecho del alfa, mientras que él, apoyado en la encimera de la cocina abrazaba suavemente al omega por la cintura, sin apretarlo demasiado para no incomodar demasiado su pancita de casi seis meses de embarazo que a esas alturas ya era muy notoria.

—Cuando dijiste que... —susurró con voz ronca. —Que querías cuidarnos, al bebé y a mí... ¿Lo dijiste en serio?

Shownu sonrió.

—¿Te parece que miento? —respondió en un susurro.

Kihyun apartó el rostro del pecho del alfa y lo miró a los ojos antes de suspirar.

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⏰ Última actualización: Sep 08, 2022 ⏰

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