Volkov llegó a la casa de Horacio, abrió la puerta y Perla fué a recibirlo, se agachó y la acarició durante unos segundos, encendió las luces y observó a su alrededor, todo en silencio.
Fué hacia la habitación, la cama estaba deshecha y una camisa suya estaba tirada sobre ella, supo que Horacio había dormido con ella y sintió una punzada en su corazón, la cogió, inspiró fuerte llevándosela a la nariz, el aroma del chico era embriagador.
Se sentó en la parte de la cama donde solía dormir, abrió el cajón de la mesilla y allí encontró su teléfono, como el último día que estuvo ahí estaba de vacaciones, lo dejó guardado y en silencio, por eso Horacio no supo que lo había olvidado.
Lo desbloqueó y aparecieron las llamadas que le había hecho el dia anterior,- si tan solo pudiera llamarte ahora y decirte que está todo bien,- Perla se subió en la cama y se recostó junto a él, la abrazó y dejó que sus lágrimas salieran libremente, abrió la bandeja de entrada de mensajes y leyó varias veces lo que su chico le había enviado,- incluso sin hablar las cosas me dices que me quieres,- lloró, se desahogó, rompió en llanto y durante el tiempo que necesitó, liberó todo lo que le estaba comiendo por dentro.
*Sé que no puedes leer esto ahora mismo pero algún dia lo harás, te amo Horacio, eres mi sol, mi luz, te quiero💙*
Contestó al mensaje, tenía la esperanza de que algún dia lo pudieran leer juntos y explicarle al joven cómo se sentía, quería poder recordar esta situación como algo que pasó, imaginó estar tumbado en esa misma cama junto al de cresta hablando de esta experiencia y hablar de ello en pasado, desearía adelantar el tiempo pero por ahora, solo le quedaba aguantar el dolor y seguir hacia adelante cuidando de la persona que más quería.
Fué al baño y se dió una ducha, todo le recordaba a él, el aroma de su champú, su perfume que reposaba en una balda, su secador, su maquillaje, los recuerdos de como le ayudó a asearse, los momentos compartidos en cada rincón de esa casa, no sabía si le haría mal o bien estar ahí pero lo que sí sabía era que no quería irse, iba a quedarse a esperar a que su otra mitad regresase, para empezar una vida juntos.
Fué a la nevera y buscó algo para cenar, no había comido en todo el dia y tampoco le apetecía pero, debía hacerlo para coger fuerzas porque si enfermaba no sería de ayuda para poder asistir al chico.
Al final se preparó un sandwich frio que terminó compartiendo con Perla, ya que no le entraba.
Fué a la cama y dejó que el perro se subiera para dormir con él, ni siquiera estiró las sábanas, se recostó en el lado de Horacio tal y como él lo había dejado.
Por la mañana se despertó, tardó un poco en ubicarse, buscó con la mano al muchacho que compartía esa cama con él, incorporándose cuando recordó la situación actual, se sentó y masajeó el puente de su nariz, debía espabilar y hacer las cosas que tenía pendientes para poder ir al hospital, hoy les enseñarían los cuidados que necesitaba Horacio y quería aprender todo para hacerlo él.
Se aseó, tomó un café, sacó a Perla un rato a la playa y jugó con ella, le puso comida y agua y la dió unos achuchones antes de salir hacia el hospital donde Gustabo le esperaba.
Cuando entró encontró al rubio dormido en la butaca, lo despertó dándole un suave golpe en el brazo y extendiéndole un café y unos croissant de la cafetería que tanto le gustaba, ganándose una amplia sonrisa del ojiazul.
-¿Qué tal noche has pasado?,- le preguntó el comisario mientras se acercaba a besar la frente de su amado.
-He dormido muy poco, he pensado mucho, en muchas cosas, no sé qué hacer ahora mismo con todo Volkov, he llamado a Greco varias veces pero el muy cabrón estará durmiendo, tiene el sueño muy profundo, no hay quien lo despierte,- hablaba con la boca llena, estaba deborando el desayuno.
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RED THREAD
De TodoEl comisario Volkov encuentra inconsciente en la calle a un hermoso muchacho de cresta azul, el chico sufre de diabetes lo que le provoca hipoglucemias haciendo que se desmaye, más una ceguera que debe ser operada antes de que vaya a más. Horacio al...