Ash lavaba los trastes de la merienda y Eiji los estaba secando hasta que su celular sonó.
—Qué raro, nadie me llama a esta hora un día sábado... — dijo el omega tras ver a su alfa un poco confundido.
—¿Quieres que vaya por tu teléfono?
Debido al avanzado estado de gestación del japonés, sus pasos se tornaron lentos y pesados, incluso podía llegar a quejarse durante todo el camino. No era una exageración, al tener treinta y dos semanas de embarazo parecía que le cobraba factura en sus cansados y, en ocasiones, entumecidos tobillos.
—No, no, yo puedo — sonrió cálidamente. —. Si se pierde la llamada, volveré a marcar.
Así, el omega se dirigió hacia su habitación, teniendo por detrás a Buddy, y se encerró en ella mientras que Ash terminaba con el resto del oficio. Desde la lejanía no podía escuchar la conversación que tenía pero el rastro de feromonas dulces en el ambiente le hizo preocuparse menos.
Desde que se mudó al apartamento de Eiji, ha pasado tantas cosas en tan poco tiempo: las pesadillas continuaban pero eran menos frecuentes, lo que más amparaba al omega en esas ocasiones era estar con él en sus brazos, dejándolo llorar y paulatinamente calmarse hasta quedarse dormido; las visitas con el psicólogo estaban dando sus frutos, según su perspectiva, quizá no sea notorio pero su estado de ánimo era mejor manejado de a poco y era más abierto a sus sentimientos; ambos se apoyaban mutuamente, por cuestiones de trabajo, familiar o emocional.
Las relaciones sexuales estaban fuera de discusión; las caricias y besos permanecían al margen, lo importante ahora era lo más próximo: el nacimiento de la bebé. Ha sido duro en querer sobrellevarlo, pero no tienen otra opción.
Max, Jessica, Shorter, Sing y Yut Lung, hasta incluso el propio Blanca con Natasha y los niños Michael y Skipper, han sido buenos con su omega, sus agradecimientos sobrepasan sus palabras.
Sin embargo, no todo era miel sobre hojuelas.
La familia de Eiji se abstiene en hablarlo, le preocupa en ese aspecto, intentan tapar el sol con el dedo... su novio tampoco ha sido claro en cómo se siente al respecto.
Entonces, al terminar con el quehacer del hogar y percatarse que el japonés se ha tardado más de la cuenta, Ash se apuró a ir hacia el cuarto. Al quedarse en el umbral, notó que había puro silencio.
Por un momento vaciló por la presión en el pecho, lo ignoró rápidamente al pensar que su omega necesitaba de su apoyo.
En eso, tocó la puerta con suavidad antes de asomarse y verlo sentado, cabizbajo, en el filo de la cama con el celular aún en sus manos, la pantalla se hallaba apagada, por lo que sugería que la llamada se había terminado.
—¿Eiji...?
El rubio se sentó a su lado lo más pronto posible, sostuvo sus manos contra las suyas y las entrelazó lentamente. El aroma concentrado en perplejidad y zozobra se disipó en las cuatro paredes.
Al omega le tomó su tiempo ordenar sus ideas y sus emociones. Al calmarse brevemente, dio un apretón al agarre empático de sus manos mientras cerró sus ojos.
—Eran los de la agencia de adopción... —musitó.
Ash quedó sin aliento.
—¿Y...?
En un momento de valentía, Eiji alzó su rostro, esbozando angustia que no pudo ocultar siquiera en sus feromonas.
—Ya tienen a la familia adoptiva...
Lo que más temían y esperaban a lo largo del embarazo, por fin sucedió.
El alfa tensó su quijada e intentó suavizar su mirada.
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Confía, ama y crece
Fanfiction|COMPLETA| El omega Eiji ocultaba secretos e inconscientemente, el alfa que se hacía llamar por el sobrenombre Ash, los descubrirá de a poco. Créditos a llama_art sobre la portada en twitter: https://twitter.com/llama_art/status/134068945123691315...